¿Qué es el TLC? Es un acuerdo comercial suscrito por los cinco paÃses de Centroamérica y Estados Unidos, que tiene dos partes: una normativa, que contiene reglas comunes que regulan el comercio entre los paÃses que firmaron el acuerdo, y otra con disposiciones sobre el acceso de los productos de un paÃs al mercado de otro. Esta segunda parte, de acceso a mercados, contiene los compromisos que los paÃses adquieren para la eliminación gradual de los impuestos y las restricciones al comercio recÃproco. Costa Rica ha negociado TLCs con México (1995), Chile (2002), República Dominicana (2002), Canadá (2002) y los paÃses caribeños reunidos en el CARICOM (2004 ) y tiene vigente, desde hace muchos años, un esquema de integración comercial aun más ambicioso con el resto de paÃses centroamericanos. ¿Por qué es importante para Costa Rica la firma del TLC? La suscripción del TLC es un paso importante en la polÃtica comercial de Costa Rica que busca la apertura de nuevos mercados para sus exportaciones, el estÃmulo a la producción y la creación de más empleos de mejor calidad. Todo ello orientado hacia el logro de un mayor bienestar para los costarricenses. El TLC tiene gran relevancia por ser Estados Unidos el principal socio comercial de Costa Rica. A ese paÃs se vende la mitad de todo lo que se exporta y se compra la mitad de todo lo que se importa. En productos agrÃcolas Costa Rica vende a ese paÃs tres veces más de lo que le compra. Además, según un estudio exhaustivo de Procomer, existen 482.804 empleos costarricenses relacionados de manera directa o indirecta con ese mercado. En el campo de la inversión productiva, dos terceras partes de las inversiones extranjeras son originadas en Estados Unidos. ¿Cómo nos beneficiamos los costarricenses del TLC con EE.UU.? El TLC, como instrumento comercial que promueve las exportaciones y la competitividad del sector productivo, incide positivamente en la creación de empleos. El que los productos costarricenses tengan asegurado el poder entrar a Estados Unidos sin pagar impuestos de importación estimula la creación de más empresas exportadoras y la ampliación de las ya existentes y, con ello, de más fuentes de trabajo. No sólo quienes venden directamente productos costarricenses en el exterior se benefician de la exportación. También se benefician las empresas que producen los bienes que luego se exportan por las comercializadoras, asà como las empresas que venden a estas otras sus insumos, servicios y materias primas. AsÃ, por ejemplo, las exportaciones de café benefician no sólo a las empresas que ponen el producto en el barco, sino a los miles de costarricenses que participan en todo el proceso. Lo mismo es cierto para todos los productos de exportación. Además, como el valor agregado que generan las exportaciones es muy grande, con ello se benefician también pulperÃas, restaurantes, profesionales, empresas de transportes y todo tipo de empresas nacionales que necesitan que los costarricenses tengan ingresos para que puedan comprarles. Igualmente, la eliminación de barreras al comercio entre los paÃses del acuerdo, brinda a su vez nuevas opciones a los consumidores. Todos estos elementos son claves para lograr un mayor desarrollo económico y un mejor nivel de vida para los costarricenses. El pasado 28 de mayo Costa Rica firmó, junto con los demás paÃses del istmo, el texto definitivo del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos. La negociación del acuerdo concluyó en enero pasado, después de todo un año de duras negociaciones, mediante las cuales el paÃs logró cumplir con los objetivos establecidos al inicio del proceso. Próximamente, después de incorporar a República Dominicana al acuerdo, el TLC será enviado a la Asamblea Legislativa para que se proceda a su discusión y votación, según lo establece la Constitución PolÃtica.
PIB, ¿para qué?
Alberto Valiente Thoresen
cartas@elfaro.net
Enviar Imprimir
Según cifras de FUSADES, el Producto Interno Bruto salvadoreño habrá crecido en total tan solo 1.5 % durante el año 2004. Las cifras preliminares del Banco Central de Reserva apuntan a similar conclusión. Al mismo tiempo, de acuerdo a la Dirección General de EstadÃstica y Censos (DIGESTYC) y las Naciones Unidas, la población salvadoreña ha crecido a un ritmo de 2% anual en los últimos ocho años. De mantenerse estas tendencias para el 2004, querrá decir que el Producto Interno Bruto por habitante habrá caÃdo un 0.5% este año. Estas cifras han generado alarma y gran parte de la atención del público se ha concentrado en ellas y en intentar determinar las causas de tal situación.
¿Pero qué significan estos datos? ¿Para qué sirven? ¿Qué tipo de implicaciones concretas reflejan para las vidas de los salvadoreños? Para responder a estas preguntas hay que definir primero qué significa el PIB y qué es lo que mide la tasa de crecimiento de esta variable.
El Producto Interno Bruto de El Salvador es el valor en dólares de todos los flujos de bienes y servicios finales producidos y consumidos en el territorio salvadoreño en un año. Bienes y servicios finales son aquellos que son comprados por los consumidores finales. Quiere decir que todos los productos y servicios que han pagado IVA durante el 2004 forman parte del PIB. La tasa de crecimiento del PIB salvadoreño del 2004 refleja el aumento en flujos de bienes y servicios finales durante el año 2004 con respecto al flujo de bienes y servicios finales durante el 2003.
Como puede verse, la relevancia del concepto del PIB está limitada a las cosas que este agregado estadÃstico puede medir y a la eficacia con las que las mide en la práctica. Quiere decir que hay una serie de factores cruciales de la economÃa sobre los cuales el PIB no proporciona información alguna. Primero porque no el concepto no incluye consideración de tales cosas y segundo porque las técnicas de medición del PIB hacen imposible tal tarea. Esto nos lleva a la conclusión que el PIB es de limitada utilidad para conocer la extensión total del verdadero estado de la economÃa salvadoreña y sus implicaciones concretas para los salvadoreños, porque hay una serie de factores sobre los cuales esta variable no proporciona conocimiento alguno. Sin embargo, no por esto son elementos menos importantes para hacer un análisis de la coyuntura económica de El Salvador.
Por ejemplo, el PIB no dice nada sobre la distribución del ingreso anual ni sobre la variación en el nivel de vida de la población. Si bien dice cuántos productos finales se han vendido en El Salvador en un año, puede ser que estos productos han sido inaccesibles para la mayor parte de la población, o puede ser que gran parte de los productos finales vendidos son medicinas, armas y sillas de ruedas, y por ello reflejan un nivel de vida más bajo en vez de uno más bueno en la sociedad. También hay ciertos bienes y servicios finales vendidos importantes no incluÃdos en el PIB, porque su valor total ha sido muy difÃcil de medir, debido a la peculiar forma como se han intercambiado en la economÃa. A estos productos finales difÃciles de medir que no están incluidos en los modelos económicos de los estadistas se les conoce comunmente como externalidades, precisamente porque son externos a la forma de pensar de los economistas convencionales.
Las externalidades son bienes y servicios consumidos que no han sido comprados; han sido comprados y no han pagado impuestos; o son cosas a las cuales es difÃcil asignarles un valor monetario, porque no se venden en mercados que operan por medio de la moneda de circulación legal. Este tipo de cosas podrÃan incrementar o disminuir el valor total de los flujos de bienes y servicios producidos en un año en El Salvador, dependiendo de si tienen una valoración positva o negativa en las vidas de los salvadoreños.
Ejemplos de externalidades económicas pueden ser el humo de bus respirado por transeúntes en la calle, el trabajo que amas (y pocos amos) de casa realizan solo a cambio del cariño de sus familias, las labores de empleadas domésticas y jardineros por el cual ni ellos ni sus empleadores pagan impuestos, los productos de la agricultura de subsistencia, las conchas ofrecidas en la capital por una vendedora ambulante originaria de alguna ciudad portuaria, venta de drogas ilegales, gastos totales de retraso por tráfico, servicios de prostitución, en fin todo aquello que por una u otra razón no forma parte de los mercados de productos finales que generan registros medibles.
Gran parte de estas externalidades se originan en la economÃa informal, la cual se dice es informal precisamente porque no genera registros en las estadÃsticas oficiales. De acuerdo a los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo en la economÃa informal en El Salvador puede ser alrededor de 55.1 % de la población mayor de quince años, lo cual indica que estas externalidades no han de subestimarse de ninguna manera si se quiere saber qué es lo qué realmente está pasando en El Salvador.
Por el momento serÃa muy difÃcil hacer proyecciones para saber si la sumatoria de las externalidades y el tipo de bienes prducidos representan finalmente efectos más positivos que negativos (o viceversa) sobre la sociedad salvadoreña. De manera que además de hacer intentos por formalizar todas las actividades económicas salvadoreñas legÃtimas, la única solución a la situación de ignorancia actual es desarrollar instrumentos de medición más sofisticados, que puedan incluir la mayor parte de estas externalidades y valorar los tipos de productos finales que se venden. Esto implicarÃa incluso corregir el Indice de Desarrollo Humano (IDH), el cual está basado grandemente en la cifra del PIB de un paÃs. Una vez se logre esto, el PIB por sà solo debe dejar de ser el indicador de desempeño económico salvadoreño real de mayor relevancia. Esta idea no es exclusiva a las economÃas con amplios sectores informales como la de El Salvador. También hay voces en el mundo desarrollado que abogan por otros instrumentos de medición más efectivos.
De acuerdo al economista francés Jean Gadrey, el concepto de crecimiento económico como generalmente se entiende hoy dÃa es una invención relativamente reciente, consecuencia directa del Fordismo, las reformas modernizadoras que siguieron a la Segunda Guerra Mundial por todo el mundo y el desarrollo consecuente de los sistemas de contabilidad nacionales. Para él, como lo ilustró Daniel Bell en su libro La Sociedad Post-Industrial, las economÃas desarrolladas dejaron de ser eminentemente industriales hace muchos años.
Consecuentemente, están basadas cada vez más en una serie de actividades que se concentran en la producción y el desarrollo de conocimiento, ciertas relaciones interpersonales especializadas, trabajo social y seguridad. El valor de dichas actividades no incrementa a mayores cantidades vendidas sino a menores cantidades necesarias consumidas. Para Gadrey, “el progreso de las economÃas de información descansa menos en el crecimiento de las unidades de tecnologÃa, información y comunicación producidas y más en el impacto de éstas en el funcionamiento de los sistemas técnicos y humanos”.
Por estas razones, el PIB debe pasar a ser utilizado simplemente como una variable estándar para hacer comparaciones limitadas en términos monetarios entre paÃses. Pero difÃcilmente deber seguir siendo la base de las recomendaciones de polÃtica nacionales, tanto en las economÃas ricas como en las pobres, eminentemente industriales, agrÃcolas o de servicios. En todos los estados deben desarrollarse indicadores especÃficos para cada economÃa, que sirvan a las autoridades locales para aproximarse más a hacer mediciones precisas del desempeño económico real. Aceptar esto es tener una actitud más cientÃfica. El desarrollo de indicadores que consideren los requerimientos particulares de cada tipo de economÃa se vuelve evidentemente problemático, pero no imposible como Amartya Sen lo ha demostrado en el trabajo que ha realizado en el área de desarrollo de indicadores de desarrollo humano para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sus esfuerzos de investigacón han sido la base para combinar cuantificación monetaria y valoración cualitativa de elementos que afectan a la producción, distribución, consumo y principalmente la calidad de vida de los miembros de una sociedad. Pero aún el trabajo de autores como Sen, debe corregirse, porque está basado en indicadores vagos como el PIB. El Salvador (gobierno, medios y público en general) tiene la oportunidad de innovar internacionalemente, institucionalizando una variable estadÃstica que mida valores sociales monetarios y no monetarios.
2006-09-11 07:00:32
·
answer #9
·
answered by SOLEDAD 2
·
0⤊
0⤋