Bueno, la ciencia ha progresado bastante con el asunto del genoma humano, pero el problema es más de naturaleza moral, ética y psicológica y un poco filosófico. Si nos atrevemos a cambiar el ADN para mejorar la calidad de vida del hombre, obviamente su propósito es benéfico para la humanidad en general. Sin embargo, los humanos del mañana podrían discriminar a aquellos que no han sido mejorados genéticamente, todo sobre la base de que las culturas y civilizaciones históricamente se han caracterizado por segregar a aquellos que se consideran inferiores desde cualquier punto de vista.
La fuerza de voluntad aquí no tiene cabida, ni el espíritu, por ser ambos conceptos puramente morales, religiosos y filosóficos, además de que no se ha probado que haya una relación entre un código genético y la naturaleza humana, entendida esta como la forma de ser de hombres y mujeres, es decir, su comportamiento a nivel social.
Sería interesante que leyeras artículos sobre "neotenia" y el ajolote o axolotl, un pez natural de México, pero que bajo condiciones particulares se transforma en Salamandra. Desde esta perspectiva la humanidad podría decirse que la humanidad ha evolucionado, o involucionado; la naturaleza es sabia en sus decisiones, pero a veces se equivoca, el medio ambiente donde estés te determina, por lo que es más influyente sobre tu código genético que tu voluntad o tu espíritu.
2006-09-09 13:23:50
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answer #1
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answered by germanus_fernando 2
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a célula de la sociedad es la familia. La familia se forma luego de informar a la sociedad. Se concierta un matrimonio civil, y estos tienen hijos. Por otro lado, el matrimonio religioso es para que lo sepa Dios y la Iglesia. Ambas (sociedad e Iglesia) son una. Es por ello que es algo contradictorio que se realice dos matrimonios.
Sea como fuere, el punto principal de todo esto es que hay que estar dentro de la legalidad de la sociedad y de la poderosa Iglesia para que la familia sea bien vista, aceptada y encumbrada sobre ambas.
Aquí hay medios de presión, que hacen que en el matrimonio se trate de evitar la infidelidad. Silva (1988, p. 315) dice: "Se entiende por monogamia el matrimonio de un hombre con una mujer...". El encumbramiento social y de boato que se hace de esto es tonto. Hay veces que pareciera que el que no es casado, llámese conviviente o soltero es integrante de menos categoría. "¡Ah! Ese es un solterón(a)". "De repente es homosexual (o lesbiana)". "Esos son covivientes. No están en gracia de Dios". Como si a Dios le importara realmente eso.
La situación del matrimonio se da más por presión social que por otra cosa. Claro que muchos sienten el deseo, pero generalmente escuchamos la exclamación de "¿cuándo se casarán estos?". También se escucha cuando una pareja rompe estando cerca del casorio: "se iban a casar y rompieron... ¿qué habrá pasado? ¿Quién habrá sido el causante?". Estas exclamaciones vienen con malicia de una intervención externa, sea cual fuere, pero que no debería ser lo suficientemente fuerte como para romper el lazo de novios.
En verdad, la sociedad es un monstruo, donde se debe aprender a no ser de una determinada manera, sino de la forma que los demás dictan. La libertad no es exclusiva de los seres humanos. Estamos sometidos por la anterior y por nuestras propias características genéticas. Aun para copular (o hacer el amor), está mal visto hacerlo fuera del matrimonio. La Iglesia, con su poder inmemorial, impone esa regla, pretextando que se está en contra de Dios si no se hace. Para eso se inventa, también, el matrimonio.
Silva (1988, p. 324) nos dice que: "El matrimonio aunque es un medio para la satisfacción sexual, tiene...", dando a entender otras actividades. Pero este instinto genético, que nos sirve para preservar la especie, tiene que darse dentro de una acción instituida. Hay casos que están mal visto por la Iglesia. Por ejemplo, los hijos que no están dentro de su seno y aquellos cuyos padres no están casados. En nuestra realidad de 1998, se observa que los hijos de personas no casados por la Iglesia no pueden ingresar a colegios religiosos. ¿Castigo por no estar a "derecho"?
Así es la realidad. Y lo peor es que, sabiendo que la misma es de esa manera, resulta que casarse para tener relaciones sexuales en forma legal, es una amenaza para la pareja. Se les dice que sean responsables. "Aguanten sus instintos y deseos. Si no quieren hijos, usen el método del ritmo. Cualquier otro es pecado". Se sabe que dicho método es el más inseguro de todos.
Una vez establecido el nexo matrimonial, se sigue con los embarazos y con los hijos, que cada vez, son más y más en el planeta. Los niños son los encargados, una vez maduros, de formar otras familias. Pero para que los valores sean dignos, estos hijos tienen que vivir en el matrimonio para que los mismos no se distorsionen. En la realidad, es una verdad a medias. Es mentira porque existen familias patológicas que dan como resultados hijos patológicos. En estos y aquellos, los valores están alterados y los exponen de manera alterada; pero también es verdad que es mejor que los niños estén en una familia constituida porque los niños de familia tienen más probabilidades de sobrevivir que un niño de y en la calle. Es más, las uniones matrimoniales es la forma más propicia para la crianza de los hijos.
Hay que ser claros al decir que el hombre se guía por sus instintos. La inteligencia es nuestra "novedad" dentro de los animales, pero todavía tenemos cosas que nos acercan a nuestros parientes menos dotados. Hay veces que somos peores que ellos.
Lo genético del asunto, es decir, de la infidelidad, pasa por un montón de deducciones que tienen que comenzar necesariamente, por el final. No, no me estoy contradiciendo, sino que debe comenzar con el hombre actual. Somos seres vivientes, con un cerebro grande con conexiones neuronales diversas. Amo del mundo, y quizá con un poco de buena o mala suerte, del universo. A lo largo de la historia, ha desarrollado tecnología que le ha dado comodidad a su vida, a riesgo de destruir la naturaleza. Pero para que haga todo eso, necesito de evolución, desarrollo, genética. Estos tres puntales moldearon, cincelaron, perfeccionaron al Homo Sapiens. Pero con todo, queda todavía, ya no en lo gestual, sino en lo subconsciente cosas animalescas: agresividad, miedo, instinto, sexo.
Y de este último, es donde salió el hombre. Por este último es que el hombre es hombre y no otra cosa. Silva (1988, p. 213) dice del sexo que "... ha cumplido un papel decisivo en el proceso de hominización". ¡Qué gran verdad! Todavía cumple un papel importante dentro de la citada hominización. Es más, a veces la desbordamos por una serie de fenómenos que lo explicamos más o menos. El desborde es la infidelidad genética que pretendo demostrar, no la social. Somos seres sexuados, y como tales, queremos que esa necesidad sea cubierta de una manera u otra. Claro que debido al planteamiento intelectual de cada uno y de la sociedad en general, no estamos teniendo relaciones sexuales en medio de la calle como los hacen perros y gatos. La sociedad ha preferido reprimir (con sus consecuencias) la sexualidad hasta el mínimo. Se escucha mucho la expresión de dominio de los instintos, cuando son estos los que nos mantienen vivos. Sin estos instintos, la especia humana hace mucho, mucho, pero mucho tiempo, hubiese dejado de existir.
La prueba es que arrastramos el atavismo de ser un animal, es que existe el incesto. Si se conoce un caso del mismo, es un escándalo social inimaginable, sin detenernos a pensar en su posibilidad genética. El hombre, en su afán de organizar su núcleo social, decidió ampliar esta por medio de la formación de clanes y luego de tribus. Al hacer esto, el incesto pasó de algo natural a algo proscrito.
Una manera de probar estas últimas afirmaciones es lo que dijo Silva (1988, p. 329-330):
"1. No existe un horror universal hacia el incesto y muchas sociedades no tienen severos castigos contra él; otros lo practican y en otros reina una verdadera indiferencia.
2. No se trata de una repugnancia instintiva. Las causas por la que se condena el incesto son socioculturales, no biológicas.
3. [...]
4. Las regulaciones del incesto tienen por lo menos tres funciones principales: a) mantener la unidad y estabilidad familiares; b)regularizar determinadas funciones económicas, fundamentalmente de reciprocidad; y c)asegurar que los impulsos sexuales se dirijan al objetivo de establecer relaciones esenciales entre familias. En resumen, evitar la ruptura y la desorganización de los sistemas de parentesco, base fundamental de la estructura social".
2006-09-09 20:24:33
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answer #4
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answered by brian m 4
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