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2006-09-09 07:25:31 · 4 respuestas · pregunta de xime_anas 1 en Sociedad y cultura Otros - Sociedad y cultura

4 respuestas

pues quien sabe, esta dificil..... mmm

2006-09-09 07:31:36 · answer #1 · answered by Kendy 4 · 0 0

Cómo nacieron las palabras? ¿Cuál es su origen? ¿Son producto de un arbitrario acuerdo de las colectividades humanas o, por el contrario, forman parte de un orden natural de las cosas? Tempranamente, en los albores de la civilización occidental, en Grecia, origen de tantas explicaciones y de tantos desciframientos humanos, las dos tesis se enfrentaron. Para el mundo antiguo y para los griegos, las palabras eran un sustituto de lo nombrado, un reflejo de las cosas. La palabra, más que un concepto, era una representación. Pronunciar un nombre significaba aludir a la cosa nombrada, con todas sus cualidades esenciales. La palabra cobraba, así, valor de cosa y el mundo de los nombres y el mundo real se hacían una unidad. En su diálogo Cratilo, Platón opuso a esta visión la de la arbitrariedad. En el diálogo, dos personajes, Hermógenes y Cratilo, contrastan sus puntos de vista. Hermógenes defiende la idea de que las palabras sean el producto de una convención. "No puedo convencerme -dice- que la rectitud del nombre sea otra cosa que acuerdo y convenio. me parece que el nombre que se atribuye a una cosa es el nombre justo, y si se le cambia por otro y se abandona al primer nombre, el último nombre no es menos justo que el primero". Cratilo, por su parte, apoya la idea de una relación natural entre las cosas y los nombres. "¿Qué poder -le pregunta Sócrates- tienen para nosotros los nombres?". Y la respuesta de Cratilo es contundente: "quien sabe los nombres sabe las cosas". Para refutar los argumentos de ambos, el personaje de Sócrates (el propio Platón) extrema ambas interpretaciones llevándolas al absurdo. Si las palabras fueran producto de una convención totalmente arbitraria, entonces cada individuo o cada sociedad, en algún momento, podría cambiarlas a su antojo. Pero, por otra parte, si las palabras fuesen el reflejo exacto de las cosas, entonces el mundo todo podría duplicarse en las palabras. "Bajo el poder de los nombres -dice- pasarían cosas ridículas a las cosas cuyos son los nombres, si del todo se asemejaran ellas a ellos, porque todo sería doble, y no tendrías como decir cuál de los dos es la cosa y cuál el nombre". Sócrates-Platón apunta, pues, hacia su propia conclusión: ni convencionalidad absoluta ni duplicación. Las palabras son convenciones que obedecen a un nomos, esto es, a una norma o una ley. La existencia de la norma permitiría considerar a las palabras como "correctas", porque, a pesar de haber sido originalmente el producto de un acuerdo arbitrario entre los hombres, su uso las ha ido convirtiendo en norma. Así, lo que alguna vez fue convención, comenzó a imponerse como ley natural en razón misma de su “rectitud”. La norma ha hecho de las palabras “naturaleza” que ninguna voluntad, individual o colectiva, podría cambiar.

El Cratilo fue, de muchas maneras, un remoto punto de partida de las modernas teorías lingüísticas. Fue la respuesta de la razón y la lógica frente a una primitiva concepción mágica del lenguaje. Con el correr del tiempo, la Razón llegaría a postular algo más extremo: las palabras no eran sino un instrumento de la lógica y de la voluntad humanas. La todopoderosa Razón identificó el origen de las palabras con un designio humano que las convertía en herramienta de la inteligencia, apenas un apéndice de la potestad de los hombres para convertirse en protagonistas del universo. Sin embargo, ya incluso en el tiempo de la Ilustración, en el siglo XVIII, ciertas voces disidentes retomaron la vieja idea del poder superior de los lenguajes. Johan Georg Hamman y Johan Gottfried Herder fueron dos pensadores antirracionalistas que rechazaron la idea de que el lenguaje fuese un instrumento creado por la lógica humana. Hamman sostenía que el lenguaje provenía de Dios y por El había sido entregado a los hombres. Por su parte, para Herder el lenguaje lo era todo, pues en él se apoyaba el pensamiento. Para él, toda la inteligencia humana, todo nuestro razonar era, esencialmente, un acto lingüístico; el pensamiento no era otra cosa que lenguaje interior. Las tesis de Hamman y Herder desembocarían en la visión del lenguaje de Guillermo de Humboldt, para quien la palabra, mucho más que nombrar el mundo, lo construía. De la época romántica de Humboldt, ha llegado hasta nuestros días la imagen de que las palabras son, de hecho, las constructoras de nuestro mundo humano. En palabras de Heidegger, en la cita que utilizo como epígrafe de este libro: “únicamente donde haya palabra habrá mundo”. En suma: ninguna realidad humana es ajena al hecho lingüístico. Nada existe fuera de las palabras. Al ser diseñadoras de la realidad, ellas mismas son, también, realidad.
De la vieja percepción de un poder mágico asociado a las palabras, los hombres hemos llegado a la concepción de la palabra como origen del mundo, forma de lo que normalmente llamamos “Creación”; génesis de un universo humanizado. En ese sentido, aceptamos que, efectivamente, las palabras dan vida, hacen nacer las cosas. El hombre de hoy se acerca, así, a ese hombre del más remoto ayer que comenzó a hablar y que, gracias a sus palabras, logró comunicarse con la infinita totalidad que lo rodeaba, trayéndola hacia su experiencia y su comprensión humanas.

2006-09-09 15:03:09 · answer #2 · answered by Espe.- 3 · 0 0

La palabra tiene un origen incierto, y alrededor de este se han tejido varias teorías. La que me resulta más lógica dice que en un comienzo, por desventajas naturales obvias del hombre frente a otros animales (la fuerza, la rapidez) el hombre buscó la forma de entablar una relación más simbiótica con su comunidad, al principio por medio de ruidos, quizás imitando a otros animales, por ejemplo, para alertar a los demás de la presencia de una presa o un depredador.
Cuando estos sonidos empiezan a tomar una forma más compleja, con una relación más arbitraria entre lo que significan y como se expresa dicho significado, allí surge el lenguaje, que está compuesto de la lengua (que tiene dos componentes: el ssignificado, la idea que uno tiene sobre las cosas; y el significante, la idea que uno tiene de como se expresa) y el habla (que son las palabras en sí, sin ningún sentido)
Si te interesa el tema te recomiendo que leas a Ferdinand de Saussure, "curso de lingüística general", es el libro de cabecera de la lingüística moderna. También Bloomfield (no sé el título de sus obras) hizo unos cuantos experimentos muy interesantes con respecto al lenguaje.
Espero que te haya servido, chau!

2006-09-09 14:47:24 · answer #3 · answered by La guapa 2 · 0 0

Quisiera saber, pero si estoy seguro que tuvo que haber sido una mujer... porque nunca se callan.

2006-09-09 14:29:21 · answer #4 · answered by ARBITRO2006 5 · 0 0

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