La Atlántida es uno de los mitos mundiales más antiguos. La historia sobre una civilización floreciente que vive en una isla "más allá de las columnas de Hércules" fue contada por Platón (427-347 a.C.) en sus diálogos Timeo y Critias. Platón citaba como fuente al historiador Solón, que 200 años antes, había oído hablar en Egipto sobre la destrucción de una isla "al oeste". Platón convirtió el mito de la isla destruida en una parábola sobre una civilización que, cegada por su propio poder y esplendor, desafía a los mismo dioses, por lo que es destruida en un día y una noche, sobre el año 9.500 a.C., aunque ni siquiera en este particular hay acuerdo entre los autores: la fecha de destrucción de la Atlántida varía entre el 10.000 a.C. y el 8.500 a.C.
Desde el siglo pasado, la historia de la Atlántida empezó a ser tomada en serio por mucha gente y, a partir de la mitad de nuestro siglo, entró a formar parte de la literatura paracientífica, junto (y muchas veces asociada) a temas como los Objetos Volantes No Identificados, el Triángulo de las Bermudas o las civilizaciones perdidas. Autores muy populares como Charles Berlitz han dedicado una gran cantidad de libros a intentar demostrar, muchas veces incurriendo en graves errores geológicos, arqueológicos e históricos, que la Atlántida existió y se hundió bajo el mar, que fue la cuna de una civilización muy avanzada, tal vez de origen extraterrestre, y que las grandes civilizaciones como Egipto o los imperios mesoamericanos son sus descendientes.
En este trabajo se intentará demostrar que un continente no puede desaparecer sin dejar rastro, que las pruebas geológicas y arqueológicas habitualmente expuestas no muestran que la Atlántida exista, y que las civilizaciones habitualmente señaladas como herederas de la Atlántida no pueden serlo; por último veremos una pequeña perspectiva histórica del mito de la Atlántida.
La Destrucción de la Atlántida
¿Se puede hundir un continente? No.
Lo primero, para clarificar la situación, he supuesto que la Atlántida se forma por erupciones volcánicas en la corteza oceánica, dado que la existencia de un continente como tal, formado por corteza continental, en pleno Atlántico, es imposible (y más imposible que se hunda).
A continuación repasaremos algunas de las hipótesis más populares en relación al fin de la civilización atlante y de su propia isla.
Elevación del Nivel del Mar
Imaginemos una isla en medio del Atlántico hace 18.000 años (en plena era glacial). Hace 10.000 años termina la era glacial y los casquetes polares vuelven a su posición actual. Por supuesto el resto del hielo se transforma en agua ¿inundando el mundo? No.
Sólo hay que ver cualquier mapa paleogeográfico (por ejemplo en Paleomap Project) para comprobar que las zonas inundadas corresponden a la plataforma continental, es decir, los márgenes más litorales de los continentes. De hecho, la elevación media del nivel del mar en los últimos 10.000 años ha sido entre 35 y 110 m (Rice, 1983), Así, si la Atlántida se hubiese inundado, aunque hubiese sido una isla completamente plana, deberíamos encontrar una gigantesca superfice apenas cubierta por las aguas en medio del Atlántico.
¿Existe algo así? Según Platón, la isla tenía una superficie algo inferior a 11.000.000 km2, es decir, más grande que China o Estados Unidos, y estaba salpicada por montañas. El Atlántico ha sido bastante bien cartografiado en los últimos años y no se conoce ninguna isla con estas características, ni sumergida ni emergida.
Erupción Volcánica
La hipótesis más "aceptada" es que una explosión volcánica destruyó la Atlántida, pero para ello la erupción debería haber destruido COMPLETAMENTE la isla, sin dejar rastro. Veamos algún ejemplo.
El ejemplo más utilizado es el de la isla de Krakatoa, que sufrió una erupción volcánica de tipo paroxísmico o freático (Melendez y Fuster, 1984, Anguita y Moreno, 1991) en agosto de 1883. Una erupción volcánica de este tipo se produce cuando el magma que asciende se encuentra con rocas impregnadas en agua (cerca de la superficie); el magma se enfría y evapora el agua, por lo que se produce un efecto de "olla a presión" gigantesco.
La explosión de la isla Krakatoa voló literalmente dos tercios de la isla (es decir, unos 35 km2) y dejó una caldera (una depresión) de 8 km de diámetro y 300 m de profundidad. Es decir, parte de la isla voló, pero quedó lo que los ingleses llaman "smoking gun", es decir, la prueba de la explosión.
Por lo tanto, cuando una explosión destruye completamente una isla (y en el caso de Krakatoa no lo hizo) se encuentra la caldera de la explosión y pruebas en el registro sedimentario de los continentes adyacentes de las tsunamis provocadas por la explosión, así como restos del polvo y las cenizas en los sedimentos. De hecho, El registro de la Tierra no muestra ninguna erupción volcánica de la magnitud suficiente para volar una gran extensión de terreno.
Yo nunca he oído hablar de pruebas de una explosión paroxísmica en el Atlántico, y menos que vuele un continente entero, pero animo a los crédulos a que busquen en el registro geológico reciente estas características.
Impacto Meteorítico
A la luz de la teoría, cada vez mas establecida, según la cual un impacto meteorítico desencadenó la extinción de gran parte de las especies de seres vivos, entre ellos los dinosaurios, a finales del Cretácico, hay quien ha intentado aprovechar para aplicar el mismo destino a la Atlántida, pero una simple mirada a los efectos del impacto cretácico nos desengaña enseguida.
El cráter de dicho impacto, enterrado en lo que ahora es la península del Yucatán, en México, tiene un diámetro de entre 200 y 300 kilómetros, lo que bastaría sin duda para hacer desaparecer una isla de apreciable tamaño, aunque no tan grande como la Atlántida de Platón. Un impacto de una magnitud similar a la del mencionado asteroide e provocaría unos efectos similares, fácilmente distinguibles si sólo ha ocurrido hace 10.000 años: una capa de polvo fácilmente identificable en todo el mundo, bajada drástica de las temperaturas debido al polvo en suspensión, un gigantesco cráter de impacto y la extinción de gran parte de los seres vivos, probablemente incluidos nosotros...
Subducción Continental
Otra hipótesis es que la Atlántida ha sido subducida ("tragada") junto con la placa oceánica que la contenía bajo una placa continental. Bueno, la subducción, como la generación del fondo oceánico, es un proceso muy lento (2.8 cm al año en el Atlántico), y se produce a gran profundidad bajo el mar (recordemos las fosas abisales); además, en el Atlántico no hay subducción salvo en la zona de las Antillas.
¿Pudo subducir la Atlántida bajo las Antillas? Bien, a una velocidad de 2.8 cm/año, en 20.000 años habrían subducido unos 560 m de la isla. De hecho, ni siquiera esto es exacto, dado que lo más probable es que la Atlántida estuviese empezando a chocar con el complejo subductivo y deformarse... a unos 9.000 m de profundidad, donde llevaría varios millones de años. Y que yo recuerde la Atlántida estaba en la superficie. Más tarde volveremos a hablar de las Antillas.
Otra opción que se aplica a la Atlántida es que fuese una isla situada en el Atlántico, más o menos a la altura en que se cruzan el Trópico de Cáncer y el meridiano 40º, y que hubiese sido destruida por la extensión del fondo oceánico. Pero hay dos problemas:
1) El Atlántico se abrió hace 180 millones de años.
2) Excepto en Islandia, que existe desde hace más de 3 m.a., no existen zonas emergidas de la dorsal atlántica, hallándose en general entre 1.500 y 3.000 m de profundidad. De hecho, en el punto señalado no existe ninguna elevación susceptible de haber sido una isla en ningún momento.
2006-09-08 23:21:11
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answer #3
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answered by Tito 5
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