¡HOLA ROSALINDA!
MI NOMBRE ES GABRIEL... FÍSICAMENTE VIVO EN ARGENTINA... PERO, CONSCIENTE DE QUE NO ES NECESARIO ESTAR EN LA MONTAÑA PARA "SENTIR" LA MONTAÑA...
Porque... Todo ser humano debe tener un propósito trascendente y encauzar sus acciones bajo propósitos inmediatos. La mayoría de la gente vive apegada a todo aquello que su imaginación le dice que si no tuviera no podría vivir. No son “libres” para elegir. Sus elecciones están condicionadas por sus miedos y las justifican en nombre de una libertad que nunca alcanzan a vislumbrar.
El propósito trascendente ha de ser conducido por el sentimiento de saber que nada se tiene, y que sólo se puede aspirar a “estar de manera consciente y voluntaria” en lo que “siempre se ha estado”; convencidos de que realmente existe una realidad infinita y eterna, no conocida por la psicología humana.
El arte está en dejarse llevar, en discurrir, en observar y, desde allí, determinar los actos que nos conducen de manera coherente por el sentimiento de la unidad. Sin embargo, para ello es indispensable que cada uno se atreva a mirarse, a reconocerse y a metabolizar su vida, su sociedad, su cultura, su mundo, sus ideas, su mente y sus creencias religiosas.
La mayoría de las personas no se dan cuenta que sus discursos y conversaciones no tienen ninguna coherencia con sus actos, con sus pensamientos y, mucho menos, con sus sentimientos. Parecen “árboles” que caminan por las calles con sus “raíces desnudas”, como flotantes. Viven atrapadas en mentiras y contradicciones, justificando sus actos y comportamientos de acuerdo con la ocasión. Cuando una de estas personas hace un alto y se logra ver tal como es, realiza el primer acto de sabiduría que le permite anular sus contradicciones y el propio dolor. Cuando una persona reconoce lo que en verdad “es”, sin críticas ni juicios, comienza a recuperar la “historia pérdida”, a sanar el dolor, a sanar las enfermedades de su cuerpo y alcanza la Paz del Corazón.
Pero, el camino es difícil, exige la vida y eso es mucho esfuerzo para entregar. Algunas personas prefieren seguir atrapadas en su propia estrechez mental, en el poder de las estatuas; prefieren seguir creyendo en la suerte, en el destino y en la ilusión de lo que llaman “libertad y conocimiento”. Prefieren continuar ignorando que la realidad o la existencia, es un hecho pragmático, por cuanto jamás puede ser una mera idea humana o un mero pensamiento mundano.
Si bien la mayoría de las personas son conscientes, desde el punto de vista racional, de sus dolores, ausencias, sus conflictos internos y de las desolaciones que enmarcan dentro de una historia personal que pueden narrar con sus personajes y acontecimientos, jamás pueden imaginar que si volvieran atrás, soltando las amarras del control y de la normalidad, podrían constatar que su Ser se halla detenido en un acto sin tiempo, en instancias y emociones que tarde o temprano deberían recuperar si sus propósitos son de asumir sus vida y vivirlas con integridad.
La mayoría de las personas vislumbran que el orden aparente en que se desarrollan sus propias vidas está construido sobre una base incierta de “supuestos” que satisfacen su necesidad de seguridad, de seguir adelante, como soldado herido que detrás del disfraz y de las armas amenazantes esconde la incomprensión de lo vivido, el llanto de lo perdido, la vulnerabilidad del estandarte que justifica sus actos y su discurso sobre la vida.
Pero, también tienen la posibilidad de arrepentirse sinceramente, de revertir sus comportamientos y de realizar un cambio de actitud frente a la vida, ya que ninguna persona al nacer ha firmado ningún contrato con nadie para comportarse de esta forma.
Las "formas" las elige cada uno y nada puede impedirnos, si alguna vez elegimos la incorrecta, a cambiar hoy de elección. Y, cambiar las "formas", sólo lleva un instante.
¿Tú qué crees Rosalinda?
GABYARTERO@YAHOO.COM.AR
2006-09-05 17:05:32
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answer #8
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answered by gabyartero 2
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