Jesús mismo dijo: "Os aseguro que entre los que nacen de mujer, no ha surgido ninguno mayor que Juan el Bautista" (Mateo 11:11).
Jesús no era solo un profeta. El es Dios mismo.
Alguanas veces, pareciera que los profetas ya no surgieron tan amenudo a partir del Nuevo Testamento. Sin embargo, Hechos 13:1 nos dice que aún había profetas en la iglesia cristiana: "Había entonces en la iglesia de Antioquía, profetas y maestros: Bernabé y Simón llamado Níger, Lucio el cireneo, Manaén, criado con Herodes el tetrarca, y Saulo".
El don de profecía es uno de los dones espirituales descritos en Efesios 4:11. "El mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para desempeñar su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:11-12). Y fue dado a la iglesia junto con los demás dones: "Así los puso Dios en la iglesia, primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después operadores de milagros, después dondes de sanidad, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas" (1 Corintios 12:28).
Sin embargo, no siempre se han mostrado en la iglesia todos estos dones. Entre el pueblo de Israel se levantaron muchos profetas, aunque a la mayoría ignoraron. Si hubo un tiempo cuando Dios no se comunicó con ellos por medio de profetas, si mal no recuerdo, fue durante el imperio de Grecia. A ese lapso se le conocio como un periodo de silencio de parte de Dios, porque no hubo ni un mensaje para el pueblo de Israel por medio de profetas. Por fin, llegó Juan el Bautista, ya durante el imperio Romano, como el primer profeta después de siglos de no haber habido ninguno. Su misión había sido profetisada desde hacía muchos años de anticipación: él sería el que prepararía al pueblo para recibir a Cristo.
Después del tiempo de los apóstoles, esto es, después del siglo I d.C., ya no se nos da indicios de que el don de profecía haya seguido entre la iglesia. Sin embargo, 1 Corintios 1:7 nos dice que mientras que esperamos la segunda venida de Cristo Jesús, no faltará ningún don en la iglesia, y ahora sabemos que entre uno de los dones esta el don de profecía. Apocalipsis 12:17 nos señala que el don de profecía se vería manifestado nuevamente entre los que "guardan los Mandamientos de Dios": "Entonces el dragón se airó contra la mujer, y fue a combatir al resto de sus hijos, los que guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús" (Apocalípsis 12:17); y Apocalípsis 19:10 nos dice: "Yo me postré a sus pies para adorarlo. Y él me dijo: 'No hagas eso. Yo soy siervo como tú y como tus hermanos que se atienen al testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía'".
Jesús nos advirtió que nos cuidaramos de los falsos profetas (Mateo 24:24). Pero, ¿cómo es posible distinguir entre un verdadero profeta y uno falso? La Biblia, una vez mas, nos da la respuesta: "¡A la Ley y al Testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isaias 8:20). Un verdadero profeta dirigirá la atención hacia Cristo en vez de hacia sí mismo. Hablará de Cristo como el Hijo de Dios. Predicara en favor de la Palabra de Dios, nunca en contra de ella. De hecho, es lógico: si el don de profecía es dado por el Espíritu Santo, y el Esíritu Santo inspiró la Biblia, no tuviera sentido si el Espíritu Santo de repente contradijera lo que ya había dicho en la Biblia, ¿no lo creen? Además, Dios es el mismo siempre; nunca cambia, ni mucho menos se contradice a sí mismo. El es perfecto.
En Mateo 7:15-20, Jesús nos da una pista mas: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen disfrazados de ovejas, y por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Se cosechan uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buen fruto; pero el árbol maleado da malos frutos. El buen árbol no puede dar malos frutos, ni el árbol maleado dar buenos frutos. Todo árbol que no lleva buen fruto, se corta, y se echa en el fuego. Así, por sus frutos los conoceréis". Un verdadero profeta mostrará en su vida los frutos del Espíritu Santo que aparecen en Gálatas 5: 22-23: "Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Contra estas virtudes, no hay ley". Un verdadero profeta debe de tener todas estas carácteristicas, porque tiene al Espíritu Santo. De hecho, no solo los profetas, sino todo cristiano que sostiene una relación de amistad con Cristo, mostrará estas virtudes en su vida: "Yo Soy la vid, vosotros los pámpanos. El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto. Porque separados de mí, nada podéis hacer" (Juan 15:5). De aqui podríamos sacar otra lección acerca de la justificación por la fe, pero quizas será para la próxima.
Buan pregunta. Dios nos ayude a alimentar nuestra amistad con El, y nos ayude a reflejar en nuestras vidas Su extraordinario carácter. Dios los bendiga!
2006-09-07 07:49:12
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answer #6
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answered by Cachanilla 3
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La biblia menciona que unos profetas seran asecinados en jerusaleny permaneceran sin ser enterrados por tres dias luego resucitaran .....creo que tus argumentos son falsos aun asi ,,,si consideramos a Jesus como profeta además de ser el hijo de DIOS pues seria Jesus y si lo escluimos como profeta,,,podria ser Juan el bautista de quien Jesus dijo que era el mas grande profeta nacido de mujer....
2006-09-05 10:22:39
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answer #9
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answered by GALGO 3
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