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2006-09-03 06:56:26 · 4 respuestas · pregunta de I'm Just a Jealous Guy 3 en Arte y humanidades Historia

4 respuestas

La caracterización del Antiguo Régimen francés como intolerante en lo religioso recae en gran parte en el reinado de Luis XIV. Esto no significa que antes o después de Luis XIV existiera una libertad religiosa digna de ser marcada.

Y así se llegaba al " Siglo de las Luces", con un panorama religioso complejo, detrás de la unidad religiosa del galicanismo existía una profunda división de cultos y una profunda crisis del clero.
La muerte de Luis XIV significó para los protestantes la vuelta a la práctica, pero a diferencia del siglo XVII en el siglo XVIII nace la idea de tolerancia, que puede ser leído como un agotamiento religioso.
Muchos de las características religiosas de Francia recaen justamente en la Revolución. Obviamente la religión pierde el lugar que ocupaba en el Antiguo Régimen. Si bien luego del gobierno jacobino podría decirse que la religión vuelve a su antiguo lugar, no es exacto, retoma sí importantes lugares, pero el lugar que ocupaba en el Antiguo Régimen no lo retoma. Y además tiene el lastre de haber vivido la revolución.

En ningún momento la revolución pensó en eliminar la religión, nada mas erróneo a los efectos de conservar el poder y el orden. Esta idea es fundamental para entender el ataque declarado por Robespierre a los descristianizadores. Hobsbawm en su libro " La Era de La Revolución" habla de una Revolución Francesa que inspiró ideológica y prácticamente a todos los movimientos posteriores, incluso los del siglo XX. Si uno observa el ataque que reciben las iglesias españolas durante la Guerra Civil, ve claramente reminiscencias descristianizadoras. Incluso el hecho de que las iglesias fueran transformadas en mercados, surge de ése momento en Francia. Buscando puntos de comparación al inicio de éste trabajo se presentó a Voltaire refiriéndose sobre lo peligroso que resultaba el ateísmo para una sociedad, algunos años después Robespierre dirá lo mismo y apoyado a la luz de los hechos.

La religión acompaña los ritmos de la revolución, durante la primer etapa de la misma vemos una religión que conserva su poder de decisión, progresivamente va perdiendo sus facultades, hasta llegar al pico máximo de radicalismo con los descristianizadores. Otra de las ideas que deben ser remarcadas es la que detrás de reformas a la Iglesia por cuestiones económicas se esconden cuestiones económicas, la religión pierde esa facultad de ser intocable.

Como se vio y se dijo en la introducción de este trabajo, el mismo no intentó ser un estudio la religión y la revolución como objetos de estudios separados. Sería más apropiado hablar de que se intentó mostrar una interacción entre estos dos grandes conceptos. Podría hacerse una lectura que refiera a una lucha de poderes, dónde la revolución en ciertos momentos quiere ocupar los lugares de la religión y dejarle sólo el mantenimiento del orden social. Y a su vez la Iglesia resiste, siendo la cabeza visible y el motor ideológico de la contrarrevolución.

Y por último volver a manejar la idea de Soboul sobre lo estrictamente necesario que resultaba para la revolución reformar la religión, si se querían lograr cambios de fondo era imposible no tocar el poder del clero.

Las mentalidades aportan mucho para este tipo de temas, y a su vez nos ayudan para complejizar los temas, para ver lo "diferente", que nos aproxima a una comprensión. Este trabajo intentó también relativizar constantemente las ideas vertidas, si se cae en verdades absolutas se escapa a lo diferente que también forma parte del entramado de la historia. A modo de ejemplo podría haberse presentado a un clero homogéneo y reticente a todo cambio, o a un pueblo sumiso que ante la descristianización actúa con indiferencia. Y en este trabajo se ven las dos cosas. Tampoco se puede hablar de voluntades unidireccionales, el peso del pueblo con respecto a la religión es decisivo, actuando como contrarrevolucionario, descristianizador o en forma pasiva negándose a acatar lo que el poder visible manda.

2006-09-03 09:24:42 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

Durante la Revolución Francesa, la Iglesia sufrió el último golpe después del galicanismo. La Iglesia en Francia tenía un carácter de cuño nacionalista por las conseciones que había otorgado Roma a Luis XIV un siglo antes.

Para esta altura, la Iglesia francesa dependía del poder central. Los obsipos y abades, que estaban acomodados como el resto de la nobleza, fueron echados de sus puestos pero no así los curas de pueblo.

Roma favoreció la contrarrevolución desde el exterior. Sin embargo, hay que recordar que estamos a fines del siglo XVIII, momento en el cual el peso de Iglesia como actor en los asuntos políticos está cada vez menos admitido y más desprestigiado. Por es que tampoco se la nombra tanto, simplemente no participó tan activamente.

Por último, me gustaría recordar que las reveindicaciones de la Revolución se vieron prontamente divididos y que las prospuestas más radicales atacaban directamente a la Iglesia.

2006-09-03 08:33:40 · answer #2 · answered by La_Prima 2 · 0 0

Como de costumbre, se mantuvo del lado de los ricos y poderosos.

2006-09-03 08:03:31 · answer #3 · answered by perla_chopin 2 · 0 0

no c
buscala en tu libro

2006-09-03 07:03:26 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 1

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