¿Por qué habría de permitir Dios el sufrimiento?
UNA razón común por la cual muchas personas dudan de la existencia de un Creador, según dicen, es la de que haya tanto sufrimiento en el mundo. A través de los siglos ha habido tanta crueldad, derramamiento de sangre y maldad manifiesta y directa que ha habido gran sufrimiento para millones de personas inocentes. Por eso, muchos preguntan: ‘Si hay un Dios, ¿por qué permite todo esto?’. Puesto que, como hemos visto, el relato de la Biblia se ajusta mejor a los hechos en cuanto a la creación, ¿puede la Biblia también ayudarnos a entender por qué un Creador poderoso habría de permitir tanto sufrimiento por tan largo tiempo?
2 Los capítulos de apertura de Génesis suministran los antecedentes para la respuesta a esta pregunta. Describen la creación de un mundo en que no había sufrimiento. El primer hombre y la primera mujer fueron colocados en un escenario paradisíaco, un hermoso hogar parecido a jardín que fue llamado Edén, y se les dio trabajo agradable y que era interesante por el reto que encerraba. En cuanto a la tierra, se les dijo que ‘la cultivaran y la cuidaran’. También tenían la supervisión de “los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”. (Génesis 1:28; 2:15.)
3 Además, puesto que los primeros humanos fueron creados con cuerpos y mentes perfectos, no había defecto de ninguna clase en ellos. Por eso, no había razón para que alguna vez experimentaran enfermedad, vejez ni muerte. En vez de eso, tenían ante sí la perspectiva de un futuro sin fin en un paraíso terrestre. (Deuteronomio 32:4.)
4 A la primera pareja se le dijo también que ‘fueran fructíferos y se hicieran muchos y llenaran la tierra’. A medida que tuvieran hijos, la familia humana aumentaría y extendería los límites del Paraíso de modo que este al fin abarcara toda la Tierra. Así, la raza humana sería una familia unida, y todos vivirían en salud perfecta sobre una Tierra que sería un Paraíso.
Necesario aceptar la gobernación de Dios
5 Sin embargo, para que esta armonía continuara, la primera pareja humana tenía que aceptar el derecho del Creador de gobernar los asuntos humanos. Es decir, tenían que aceptar la soberanía de Dios. ¿Por qué? Ante todo, porque aquello era apropiado. Ciertamente el hacedor de cualquier cosa tiene derecho a ejercer una medida de control sobre lo que ha hecho. Por siglos este principio se ha reflejado en leyes sobre la propiedad. Además, era necesario que los humanos aceptaran la dirección de su Hacedor debido a este hecho de crucial importancia: No habían sido diseñados con la capacidad de gobernarse a sí mismos con éxito en independencia de su Creador, tal como no podrían mantenerse vivos si no comían, bebían ni respiraban. La historia ha probado que la Biblia expresó lo correcto al decir: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23). Mientras los humanos se mantuvieran dentro de las pautas fijadas para ellos por su Creador, la vida sería continua, de buen éxito y feliz.
6 Además, los humanos fueron creados con libre albedrío. No fueron hechos para que reaccionaran como robots, ni obligados a hacer ciertas cosas principalmente por instinto, como sucede en el caso de los animales o los insectos. Sin embargo, esta libertad había de ser relativa, no absoluta. Había de ejercerse con responsabilidad, dentro de los límites de las leyes de Dios, leyes que funcionaban para el bien común. Note cómo la Biblia expone este principio: “Sean como personas libres, y sin embargo teniendo su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios” (1 Pedro 2:16). Sin ley que gobernara las interrelaciones humanas, habría anarquía, y esto tendría efecto adverso en la vida de toda persona.
7 Por eso, aunque la libertad relativa es deseable, el tener demasiada libertad no lo es. Si a un niño se le da demasiada libertad, eso pudiera llevarlo a jugar en una calle de mucho tránsito, o a colocar su mano sobre una estufa caliente. La libertad total para tomar todas nuestras propias decisiones sin considerar la dirección de nuestro Hacedor puede causar toda clase de problemas. Así sucedió en el caso de los primeros humanos. Ellos escogieron dar mal uso a su dádiva o don de libertad. Decidieron, equivocadamente, procurar independizarse de su Creador y así ‘ser como Dios’. Pensaron que podían determinar para sí mismos lo que era correcto y lo que era incorrecto. (Génesis 3:5.)
8 Cuando los primeros humanos se alejaron de la dirección de su Creador, lo que les sucedió fue similar a lo que sucede cuando se desenchufa un ventilador eléctrico. Mientras el ventilador esté enchufado a una fuente de energía, funciona. Pero cuando es desconectado, pierde velocidad y al fin cesa por completo de funcionar. Eso fue lo que sucedió cuando Adán y Eva se apartaron de su Creador, “la fuente de la vida” (Salmo 36:9). Puesto que escogieron voluntariosamente un proceder de independencia respecto a su Hacedor, él dejó que ellos aprendieran el significado pleno del proceder que habían escogido, al dejar que se las arreglaran por sí mismos. Como declara un principio bíblico: “Si lo dejan [a Dios], él los dejará a ustedes” (2 Crónicas 15:2). Sin el poder sustentador de su Creador, empezaron a experimentar una desintegración gradual de mente y cuerpo. Con el tiempo, envejecieron y murieron. (Génesis 3:19; 5:5.)
9 Cuando Adán y Eva escogieron independizarse de su Hacedor, cayeron de la perfección. Esto sucedió antes que tuvieran hijos. Como resultado de esto, posteriormente, cuando tuvieron hijos, estos reflejaron lo que sus padres ahora eran... fueron imperfectos. De modo que los primeros humanos llegaron a ser como un patrón defectuoso. Todo lo que se produjo de ellos también fue defectuoso. Por tanto, todos nacemos imperfectos y heredamos las incapacidades de envejecer, enfermar y morir. Esta imperfección, junto con la condición de estar separados del Creador y de sus leyes, abrió las compuertas para el impetuoso fluir de la insensatez humana. Así, pues, la historia de la humanidad ha llegado a estar llena de sufrimiento, dolor, enfermedad y muerte. (Salmo 51:5; Romanos 5:12.)
10 ¿Quiere decir esto que la iniquidad surgió enteramente de los humanos? No; hubo más que eso envuelto en el asunto. La creación de criaturas inteligentes no se limitó a humanos. Ya Dios había creado innumerables criaturas espirituales en los cielos (Job 38:4, 7). Estas criaturas también tenían libre albedrío y también tenían libertad de selección respecto a aceptar la dirección de su Creador. Una de aquellas criaturas espirituales escogió concentrar su pensamiento en un deseo de alcanzar independencia. Su ambición creció a tal grado que lo impulsó a desafiar la autoridad de Dios. Dijo a Eva, la esposa de Adán, que ellos podían violar la ley de Dios y, no obstante, como le aseguró: “Positivamente no morirán” (Génesis 3:4; Santiago 1:13-15). Sus declaraciones dieron a entender que ellos no necesitaban a su Creador para continuar teniendo vida y felicidad. En realidad, dijo que el violar la ley mejoraría de hecho los asuntos para ellos, pues les permitiría ser como Dios. Así, cuestionó la validez de las leyes de Dios y arrojó dudas sobre el modo como Dios los gobernaba. Sí, arrojó dudas sobre el mismísimo derecho del Creador de ellos a gobernar. Debido a esta falsa representación se le llegó a llamar Satanás, que significa “resistidor”, y Diablo, que significa “calumniador”. Durante los pasados 6.000 años esta actitud de Satanás ha ejercido influencia en la humanidad, y ha dado adelanto a una norma de ‘gobernar o destruir’. (Lucas 4:2-8; 1 Juan 5:19; Revelación 12:9.)
11 Pero ¿por qué no destruyó Dios desde el principio a estos violadores de la ley, tanto a los humanos como al espiritual? La respuesta está en el hecho de que delante de toda la creación inteligente se habían planteado cuestiones de profunda importancia. Una de las cuestiones envolvía preguntas como estas: ¿Traería alguna vez beneficios duraderos el independizarse de la soberanía de Dios? ¿Sería mejor para la gente que Dios la dirigiera, o sería mejor que el hombre se dirigiera a sí mismo? ¿Pudieran los humanos gobernar este mundo con éxito en independencia de su Creador? En pocas palabras, ¿necesitaban realmente los humanos la guía de Dios? Estas preguntas exigían respuestas que solo se podrían suministrar con el pasar del tiempo.
¿Por qué tanto tiempo?
12 No obstante, ¿por qué ha permitido Dios que haya pasado tanto tiempo antes de resolver estos asuntos... unos 6.000 años ya? ¿No pudieran haberse resuelto satisfactoriamente mucho tiempo atrás? Pues bien, si Dios hubiera intervenido mucho tiempo atrás, se pudiera haber presentado la acusación de que a los humanos no se les dio suficiente tiempo para que desarrollaran un gobierno que diera buen resultado, ni la tecnología necesaria para traer paz y prosperidad a todos. Por eso, en su sabiduría, Dios sabía que las cuestiones que se habían planteado requerirían tiempo para ser completamente resueltas. Permitió tal tiempo.
13 A través de los siglos se ha hecho la prueba de todo tipo de gobierno, todo tipo de sistema social y todo tipo de sistema económico. Además, los humanos han tenido suficiente tiempo para efectuar muchos avances tecnológicos, incluso el dominar el átomo y viajar a la Luna. ¿Con qué resultado? ¿Ha producido todo esto la clase de mundo que sea una bendición verdadera a toda la familia humana?
14 Lejos de ello. Nada de lo que los hombres han intentado ha traído verdadera paz y felicidad para todos. En vez de eso, después de todo este tiempo las condiciones son más inestables que nunca. El delito, la guerra, la desintegración de la familia, la pobreza y el hambre causan estragos en una nación tras otra. La mismísima existencia de la humanidad ha sido puesta en peligro. Mísiles nucleares de imponente poder destructivo pudieran aniquilar a casi toda la raza humana, si no a toda. Por eso, a pesar de miles de años de esfuerzo, a pesar de muchos siglos de experiencia humana sobre lo cual edificar, a pesar de haber alcanzado nuevos máximos de progreso tecnológico, la humanidad todavía lucha, sin éxito, con sus problemas más fundamentales.
15 Hasta la misma Tierra ha experimentado efectos adversos. La avaricia y la negligencia humanas han convertido ciertas áreas en desiertos al haberse acabado con los bosques que las protegían. Desechos químicos y de otra índole han contaminado la tierra, el mar y el aire. Esta descripción bíblica —de 2.000 años atrás— de la condición de la vida en la Tierra es hasta más exacta hoy día: “Toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora”. (Romanos 8:22.)
¿Qué ha quedado probado?
16 ¿Qué han probado, fuera de toda duda, los acontecimientos que han tenido lugar durante todo este tiempo? Que la gobernación humana en independencia del Creador del hombre no es satisfactoria. Se ha demostrado claramente que es imposible administrar con buen éxito los asuntos de la Tierra sin contar con el Hacedor del hombre. La historia continúa confirmando la franca evaluación bíblica de los esfuerzos del hombre por gobernar cuando dice: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. (Eclesiastés 8:9.)
17 ¡Cuán desastrosos han resultado los esfuerzos humanos, en comparación con el orden y la precisión que se hallan en el universo guiado por las leyes de su Creador! Queda patente que los humanos también necesitan esta clase de guía para gobernar sus asuntos, porque el no tomar en cuenta la supervisión divina ha sido desastroso. Se ha demostrado claramente, para todo tiempo, que necesitamos la dirección de Dios tan seguramente como necesitamos aire, agua y alimento. (Mateo 4:4.)
18 Además, Dios, al permitir suficiente tiempo para resolver las cuestiones relacionadas con la gobernación humana, ha establecido un precedente permanente para el futuro. Esto se pudiera asemejar a un caso fundamental de un tribunal supremo. Para todo tiempo la cuestión ha sido resuelta: La gobernación humana en independencia de Dios no puede resultar en condiciones deseables en la Tierra. Por eso, en el futuro, si cualquier agente con libre albedrío desafiara el modo como Dios hace las cosas, no sería necesario permitir otros miles de años para que esa persona tratara de probar lo que alegara. Todo lo que tiene que probarse ha sido probado en este período de unos 6.000 años que Dios ha permitido. Por eso, durante la eternidad del tiempo futuro, jamás se permitirá de nuevo que un rebelde eche a perder la paz y felicidad de la vida en la Tierra, ni que interfiera con la soberanía de Dios en ningún otro lugar del universo. Como lo declara enfáticamente la Biblia: “La angustia no se levantará segunda vez”. (Nahúm 1:9.)
La solución divina
19 Así la Biblia suministra una explicación razonable para la existencia del sufrimiento en un mundo creado por Dios. También la Biblia muestra con claridad que se ha acercado el tiempo en que Dios utilizará su omnipotencia para eliminar de la existencia a los que causan el sufrimiento. Proverbios 2:21 y 22 declara: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella”. Sí, Dios ‘causará la ruina de los que están arruinando la tierra’ (Revelación 11:18). Eso incluirá también, finalmente, la eliminación de Satanás el Diablo (Romanos 16:20). Dios no permitirá que los inicuos sigan afeando ni causando daño por mucho más tiempo a su hermosa creación, la Tierra. Cualesquiera que no se amolden a Sus leyes serán arrancados de raíz. Solo los que hagan la voluntad de Dios han de continuar viviendo (1 Juan 2:15-17). Usted no plantaría un jardín de flores en medio de un área llena de malas hierbas, ni colocaría pollitos y zorras en la misma jaula. Así, también, cuando Dios restaure el Paraíso para los humanos justos él no permitirá que a la misma vez anden a rienda suelta en él personas inclinadas a arruinarlo.
20 Aunque el sufrimiento que ha habido por siglos ha sido muy doloroso para las personas que han sido sus víctimas, ha cumplido con un buen propósito. Esto pudiera compararse con permitir uno que su hijo fuera sometido a una dolorosa operación para corregir un grave problema de salud. Los beneficios de largo plazo sobrepasan por mucho el dolor temporal. Además, el futuro que Dios se ha propuesto para esta Tierra y los humanos sobre ella quitará de la memoria la carga del pasado: “Las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón” (Isaías 65:17). Por tanto, los sufrimientos que los humanos han experimentado serán con el tiempo borrados de la mente de los que vivan cuando la gobernación de Dios rija sobre toda la Tierra. En ese tiempo los gozos no dejarán lugar en la mente para los malos recuerdos, porque Dios “‘limpiará toda lágrima de [los] ojos [de ellos], y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.’ Y El que estaba sentado sobre el trono dijo: ‘¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas’”. (Revelación 21:4, 5.)
21 Jesucristo llamó a este Nuevo Orden venidero “la re-creación” (Mateo 19:28). Las víctimas del sufrimiento y la muerte de tiempos pasados aprenderán entonces que Dios sí se interesa en ellas, porque en esa era también se verá la re-creación literal de los que están muertos en el sepulcro. Jesús dijo: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas [...] saldrán” en una resurrección a la vida en la Tierra (Juan 5:28, 29). De este modo, los muertos también recibirán la oportunidad de someterse a la gobernación justa de Dios y adquirir el privilegio de vivir para siempre “en el Paraíso”, como lo llamó Jesús. (Lucas 23:43.)
22 Hasta el reino animal estará en paz. La Biblia dice que “el lobo y el cordero mismos pacerán como uno solo, y el león comerá paja justamente como el toro”, y hasta “un simple muchachito será guía sobre ellos”. Los animales “no harán ningún daño ni causarán ninguna ruina” en el Nuevo Orden de Dios, ni unos a otros, ni a los humanos. (Isaías 11:6-9; 65:25.)
23 Así, en todo sentido, como declara Romanos 8:21, “la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. Con el tiempo, la Tierra llegará a ser un Paraíso, habitado por personas perfectas... libres de las enfermedades, el dolor y la muerte. El sufrimiento será para siempre una cosa del pasado. Todo aspecto de la creación terrestre de Dios llegará a estar en completa armonía con Su propósito, y así se habrá quitado la repugnante mancha que por miles de años ha afeado la belleza de Su universo.
24 Así explica la Biblia el que Dios haya permitido el sufrimiento, y lo que él hará para resolver este problema. Sin embargo, puede que algunos pregunten: ‘¿Cómo sé yo que realmente puedo confiar en lo que la Biblia dice?’.
2006-09-02 22:07:14
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answer #1
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answered by Shikage 2
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