que papel jugamos en esta vida?mucha gente dise que"la vida es injusta"esto es ironico si ellos mismos son injustos con los demas Dios lo unico que hase es mirarnos,para mi el es que se pregunta si al ser humano lo creo a su imagen y semejansa por que se desvio tanto del camino por el que tenia que andar si las condisones en las que estamos nos hacen mas fuertes por que existe gente que se tira abajo en la primera oportunidad hay un conosido dicho que dise que lo que no te mata te hase mas fuerte tendrian que pensar en las preguntas que estan formulando se las podrian responder ustedes mismos es cuestion de ponerse en el lugar de los demas por un segundo
2006-09-02 15:37:03
·
answer #6
·
answered by Anonymous
·
0⤊
0⤋
le preguntaria,-- porque???? me quitaste mis padres??? porque no me diste una vida feliz???porque no tuve infancia???porqué no me diste juguetes,porque´no me permitiste llamar a mis padres??porqué me diste una vida tan dura?? porqué me arrancaste a lo que yo queria??
porqué no me diste un hogar feliz?????porqué??????? porqué???? si pudiera preguntarle,a Dios,todo esto le preguntaría.--.-
'''
2006-09-02 15:21:02
·
answer #7
·
answered by rubiasexi 5
·
0⤊
0⤋
Si esto es cierto:
LOS ANTEOJOS DE DIOS
por Mamerto Menapace, publicado en Cuentos Rodados, Editorial Patria Grande
El cuento trata de un difunto. Anima bendita camino del cielo donde esperaba encontrarse con Tata Dios para el juicio sin trampas y a verdad desnuda. Y no era para menos, porque en la conciencia a más de llevar muchas cosas negras, tenÃa muy pocas positivas que hacer valer. Buscaba ansiosamente aquellos recuerdos de buenas acciones que habÃa hecho en sus largos años de usurero. HabÃa encontrado en los bolsillos del alma unos pocos recibos ‘Que Dios se lo pague’, medio arrugados y amarillentos por lo viejo. Fuera de eso, bien poca más. PertenecÃa a los ladrones de levita y galera, de quienes comentó un poeta: ‘No dijo malas palabras, ni realizó cosas buenas’.
Parece que en el cielo las primeras se perdonan y las segundas se exigen. Todo esto ahora lo veÃa clarito. Pero ya era tarde. La cercanÃa del juicio de Tata Dios lo tenÃa a muy mal traer.
Se acercó despacito a la entrada principal, y se extraño mucho al ver que allà no habÃa que hacer cola. O bien no habÃa demasiados clientes o quizá los trámites se realizaban sin complicaciones.
Quedó realmente desconcertado cuando se percató no sólo de que no se hacÃa cola sino que las puertas estaban abiertas de par en par, y además no habÃa nadie para vigilarlas. Golpeó las manos y gritó el Ave MarÃa PurÃsima. Pero nadie le respondió. Miró hacia adentro, y quedó maravillado de la cantidad de cosas lindas que se distinguÃan. Pero no vio a ninguno. Ni ángel, ni santo, ni nada que se le pareciera. Se animó un poco más y la curiosidad lo llevó a cruzar el umbral de las puertas celestiales. Y nada. Se encontró perfectamente dentro del paraÃso sin que nadie se lo impidiera.
-¡Caramba — se dijo — parece que aquà deber ser todos gente muy honrada! ¡Mirá que dejar todo abierto y sin guardia que vigile!
Poco a poco fue perdiendo el miedo, y fascinado por lo que veÃa se fue adentrando por los patios de la Gloria. Realmente una preciosura. Era para pasarse allà una eternidad mirando, porque a cada momento uno descubrÃa realidades asombrosas y bellas.
De patio en patio, de jardÃn en jardÃn y de sala en sala se fue internando en las mansiones celestiales, hasta que desembocó en lo que tendrÃa que ser la oficina de Tata Dios. Por supuesto, estaba abierta también ella de par en par. Titubeó un poquito antes de entrar. Pero en el cielo todo termina por inspirar confianza. Asà que penetró en la sala ocupada en su centro por el escritorio de Tata Dios. Y sobre el escritorio estaban sus anteojos. Nuestro amigo no pudo resistir la tentación — santa tentación al fin — de echar una miradita hacia la tierra con los anteojos de Tata Dios. Y fue ponérselos y caer en éxtasis. ¡Que maravilla! Se veÃa todo clarito y patente. Con esos anteojos se lograba ver la realidad profunda de todo y de todos sin la menor dificultad. Pudo mirar profundo de las intenciones de los polÃticos, las auténticas razones de los economistas, las tentaciones de los hombres de Iglesia, los sufrimientos de las dos terceras partes de la humanidad. Todo estaba patente a los anteojos de dios, como afirma la Biblia.
Entonces se le ocurrió una idea. TratarÃa de ubicar a su socio de la financiera para observarlo desde esta situación privilegiada. No le resulto difÃcil conseguirlo. Pero lo agarró en un mal momento. En ese preciso instante su colega esta estafando a una pobre mujer viuda mediante un crédito bochornoso que terminarÃa de hundirla en la miseria por sécula seculorum. (En el cielo todavÃa se entiende latÃn). Y al ver con meridiana claridad la cochinada que su socio estaba por realizar, le subió al corazón un profundo deseo de justicia. Nunca le habÃa pasado en la tierra. Pero, claro, ahora estaba en el cielo. Fue tan ardiente este deseo de hacer justicia, que sin pensar en otra cosa, buscó a tientas debajo de la mesa del banquito de Tata Dios, y revoleándolo por sobre su cabeza lo lanzó a la tierra con una tremenda punterÃa. Con semejante teleobjetivo el tiro fue certero. El banquito le pegó un formidable golpe a su socio, tumbándolo allà mismo.
En ese momento se sintió en el cielo una gran algarabÃa. Era Tata Dios que retornaba con sus angelitos, sus santas vÃrgenes, confesores y mártires, luego de un dÃa de picnic realizado en los collados eternos. La alegrÃa de todos se expresaba hasta por los poros del alma, haciendo una batahola celestial.
Nuestro amigo se sobresalto. Como era pura alma, el alma no se le fue a los pies, sino que se trató de esconder detrás del armario de las indulgencias. Pero ustedes comprenderás que la cosa no le sirvió de nada. Porque a los ojos de Dios todo está patente. Asà que fue no más entrar y llamarlo a su presencia. Pero Dios no estaba irritado. Gozaba de muy buen humor, como siempre. Simplemente le preguntó qué estaba haciendo.
La pobre alma trató de explicar balbuceando que habÃa entrado a la gloria, porque estando la puerta abierta nadie la habÃa respondido y el querÃa pedir permiso, pero no sabÃa a quién.
-No, no — le dijo Tata Dios — no te pregunto eso. Todo está muy bien. Lo que te pregunto es lo que hiciste con mi banquito donde apoyo los pies.
Reconfortado por la misericordiosa manera de ser de Tata Dios, el pobre tipo fue animado y le contó que habÃa entrado en su despacho, habÃa visto el escritorio y encima los anteojos, y que no habÃa resistido la tentación de colocárselos para echarle una miradita al mundo. Que le pedÃa perdón por el atrevimiento.
-No, no — volvió a decirle Tata Dios — Todo eso está muy bien. No hay nada que perdona. Mi deseo profundo es que todos los hombres fueran capaces de mirar el mundo como yo lo veo. En eso no hay pecado. Pero hiciste algo más. ¿Qué pasó con mi banquito donde apoyo los pies?
Ahora sà el ánima bendita se encontró animada del todo. Le contó a Tata Dios en forma apasionada que habÃa estado observando a su socio justamente cuando cometÃa una tremenda injusticia y que le habÃa subido al alma un gran deseo de justicia, y que sin pensar en nada habÃa manoteado el banquito y se lo habÃa arrojado por el lomo.
-¡Ah, no! — volvió a decirle Tata Dios. Ahà te equivocaste. No te diste cuenta de que si bien te habÃa puesto mis anteojos, te faltaba tener mi corazón. Imaginate que si yo cada vez que veo una injusticia en la tierra me decidiera a tirarles un banquito, no alcanzarÃan los carpinteros de todo el universo para abastecerme de proyectiles. No m’hijo. No. Hay que tener mucho cuidado con ponerse mis anteojos, si no se está bien seguro de tener también mi corazón. Sólo tiene derecho a juzgar, el que tiene el poder de salvar.
-Volvete ahora a la tierra. Y en penitencia, durante cinco años rezá todo los dÃas esta jaculatoria: ‘Jesús, manso y humilde de corazón dame un corazón semejante al tuyo’.
Y el hombre se despertó todo transpirado, observando por la ventana entreabierta que el sol ya habÃa salido y que afuera cantaban los pajaritos.
Hay historias que parecen sueños. Y sueños que podrÃan cambiar la historia
2006-09-02 15:14:37
·
answer #10
·
answered by LAURA V 5
·
0⤊
0⤋