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cuanto es suficiente????

2006-08-27 12:50:18 · 13 respuestas · pregunta de Anonymous en Belleza y estilo Moda y accesorios

13 respuestas

NO ES EL CUANTO SINO EL QUE COMPRA.

SE COMPRA LO QUE REALMENTE SE NECESITA. OTRAS COSAS QUE SE QUIERAN COMPRAR DEBES SER POR LA PRIORIDAD Y CONTANDO QUE SU COMPRA NO COMPROMETA EL INGRESO.

PARA NO SER COMPULSIVO, SE PLANIFICA COMPRAR ALGO QUE ES PARA DARSE UN GUSTO PERO NO DE URGENCIA, SE AHORRA Y LLEGA EL MOMENTO DE COMPRARLO. DE ESTA MANERA NO ADQUIERE DEUDAS QUE NO PUEDA PAGAR O DEJA DE CUBIR LAS NECESIDADAES BASICA DEL HOGAR O PERSONAL.

SE RECONOCE CUANDO SE ES COMPRADOR COMPULSIVO PORQUE AL POCO TIEMPO DE COMPRAR EL OBJETO YA NO TE INTERESA Y TU ATENCION YA VA PARA OTRA COSA, ES CUANDO SE DICE QUE FUE UN GASTO SUPERFLUO, Y ASI SIGUES COMPRANDO COSA QUE REALMENTE NO LAS NECESITAS.


Trastornos Obsesivo-Compulsivo

Definición Compulsión

"Locos por comprar"
Compra y compradores Compulsivos: Una patología?

Quien más quien menos se deja caer por las tiendas y los grandes almacenes para dar rienda suelta a su condición de consumidor. La ocasión es perfecta para regalar y regalarse cualquier cosa, y son muchos los que pierden el control de sus gastos en esta orgía de consumo. Para la mayoría de la gente, se trata sólo de unos días de exceso, pero algunos siguen comprando sin control durante todo el año.

Estos consumidores desbocados o compradores compulsivos son capaces de dilapidar más de lo que tienen y poner en peligro su trabajo y familia para satisfacer su ansia de comprar sin parar.

La excitación es comparable a otras situaciones como la sexual, el juego, la droga etc. Al igual que estas se apaga pronto, antes de llegar a casa con las compras. Por eso, lo de menos es lo que se haya comprado, normalmente cosas inútiles o repetidas: media docena de camisas iguales de distinto color o una docena de zapatos que nunca se llegarán a usar.

Al efímero placer le siguen los remordimientos, las peleas familiares por los gastos desmedidos, el sentimiento de culpa, la depresión y una ansiedad que sólo se apaga con un nuevo atracón consumista. Esta conducta tiene cierta similitud con la bulimia, de ahí que a estos compradores feroces e insaciables se les ha llamado «compradores bulímicos». La compra compulsiva comparte algunos rasgos con las conductas adictivas (se les llama también adictos a comprar o «shopaholics»), particularmente con la ludopatía o adicción al juego, pero sobre todo se parece a los llamados trastornos del control de los impulsos, como la cleptomanía o la piromanía. De hecho, prácticamente en lo único que se diferencian los cleptómanos y los compradores compulsivos es en que los primeros no pagan y éstos últimos sí, aunque a la postre muchos no puedan hacer frente a sus deudas.

Pero éste es sin duda un detalle importante, pues comprar está mucho mejor visto socialmente que robar. Por ahora la «shoppingmania», «compra compulsiva», «adicción a la caja registradora» o como quiera llamarse esta conducta no figura en los libros de psicopatología, quizá porque -como dicen algunos científicos sociales- en esta sociedad consumista todos somos no sólo compradores, sino compradores excesivos.

La prevalencia enla población está entre el 2 y el 8 % según difrentes estudios.

Muy a menudo la necesidad obsesiva de gastar es un síntoma de algún trastorno psicológico. La compra compulsiva es muy frecuente en el contexto de los estados hipomaniacos, cuando la persona se encuentra especialmente eufórica, como un signo más de su conducta expansiva en muchos casos. Elliot también destaca que muchos compradores compulsivos son en realidad enfermos depresivos. No es infrecuente que la compra compulsiva se acompañe de trastornos de la alimentación, especialmente bulimia, y ocasionalmente de cleptomanía.

El perfil típico del comprador compulsivo es una mujer, en torno a la treintena, de no importa que clase social, que ha desarrollado este hábito a fuerza de comprar ropa, zapatos, joyas y productos de belleza. También hay hombres, aunque muchos menos, y sus preferencias se decantan por los aparatos eléctricos y las herramientas para el hogar. Pero nadie sabe cuál será el futuro de este nuevo síndrome, todavía no catalogado entre los trastornos mentales. Puede que todo se quede en un moda pasajera o quizá adquiera las dimensiones de una epidemia.

La compra compulsiva se desarrolla, por dos mecanismos: en unos casos este hábito inadecuado se adquiere básicamente a fuerza de repetir una conducta que en un principio resulta agradable y luego se realiza de forma compulsiva, mientras que en otros esta conducta hay que entenderla predominantemente como una evasión, como una forma inadecuada de hacer frente a los problemas personales.


Datos a recordar:
El hábito de compra puede convertirse en la llamada: "Actitud Compulsiva"

La actitud compulsiva es un comportamiento patológico, está considerada como dependencia psicológica.

Es el patrón de consumo compulsivo hacia una sustancia o actitud que origina tolerancia ( termina incorporándose y aceptándose), con síntomas de una conducta repetitiva que se traduce en patología.

Una vez realizada una acción, se libera el malestar momentáneamente, aumentando la depresión y la ansiedad, como en los cuadros obsesivo-compulsivos

Esta situación se enmarca dentro de las afecciones neuróticas, es decir se centra en torno a la tensión y su descarga.
En la compra compulsiva, el individuo actúa irracionalmente, comprando algo que tal vez no necesita y no usará.

El comprador impulsivo responde al deseo de poseer un producto, el compulsivo compra con el deseo de aliviar su tensión y ansiedad.

El comprador compulsivo intenta mejorar su autoestima y satisfacer necesidades emocionales.

Lo anterior va ocasionando una dependencia psicológica, llegando a perder el control de sí mismo.

La compulsión está considerada como un comportamiento ritual, recurrente, que a pesar de los intentos por resistirse al impulso, ocurre.

Los compradores compulsivos, en ocasiones actúan inconcientemente para eliminar el sentimiento de culpa que los agobia.

La culpa puede ser provocada por haber comprado algo que no usaron o que no necesitaban, por lo que la conducta se repite como una compensación para borrar "la conducta mala".

Cuando el comprador compulsivo se encuentra en una etapa avanzada de neurosis, llega a incurrir en el uso excesivo de sus tarjetas de crédito u otra forma de obtener dinero, incluso robando.

Este hecho es común en el fármacodependiente, que hurta incluso a sus familiares más cercanos (padres), para conseguir lo que cree que necesita.

Otras consecuencias psicológicas de la compra compulsiva son la angustia, la depresión, los remordimientos, la vergüenza y la baja autoestima.

Todos los síntomas anteriores provocan un alto nivel de estrés, que puede acarrearle al afectado enfermedades como la úlcera, hipertensión, depresiones profundas y frecuentes dolores de cabeza. Los artículos que los compradores compulsivos adquieren con más frecuencia son ropa, zapatos, cosméticos, joyería, aparatos electrónicos, artículos coleccionables, antigüedades, equipos de sonido, discos, piezas de arte, autopartes y regalos.

El comprador compulsivo es eminentemente racionalizador, la cual es una estrategia cognocitiva que implica inventar razones plausibles y aceptables para ocultar las explicaciones reales de sí mismo.

Los compradores compulsivos pueden encontrarse en todos los niveles socioeconómicos y compran cosas para ellos mismos o exclusivamente para otros.

Es frecuente que una madre justifique sus compras colmando de regalos a sus hijos.

También es frecuente que lo que compre nunca sea desempacado, y por consecuencia, nunca utilizado. La racionalización es que el objeto comprado ya perdió valor.

Tratamiento

El primer punto es entender el trastorno dentro de un contexto más amplio , priorizando el diagnóstico. Es decir no hay medicamentos "exclusivos" para una patología específica llamada comprador compulsivo.

Los indicadores más recientes sitúan a los inhibidores de la recaptación de la serotina específicos o no, como los más indicados (ver antidepresivos)

Por otro lado las terapias de tipo comportamental, con intervención de elementos cognitivos, es decir sobre als ideas son las que han demostrado mayor eficación. Sin esta fase psicoterapéutica, aparentemente los síontomas vuelven a resurgir, por ello el uso desaconsejado de farmacoterapia aisladamente.

Compradores compulsivos
Retomamos nuestra serie acerca de los candidatos a convertirse en próximos hits de la Psiquiatría, con un “trastorno” o, si se prefiere una traducción más chusca, un “desorden” o “disturbio” que lleva más de 10 años de meritorio para incorporarse a nuestros catálogos nosológicos: la compra compulsiva.

Ahora bien: ¿qué es un comprador compulsivo? ¿Cómo puede definirse? ¿Qué características psicopatológicas le adornan? Un trabajo bastante antiguo, en estos tiempos en que todo lo del mes anterior ya está pasado de moda, reclutó 95 personas que aseguraron tener un “fuerte impulso de comprar que no puedo controlar”. Para descartar las que exageraran su descontrol comprador, se les pasó la Escala de Compra Compulsiva de Faber y O’Guinn, con lo que se redujo la muestra a 46 personas. El paciente tipo era una mujer joven (31 años de media), que gastaba esencialmente en ropa, discos y zapatos, y en la que DSM-III-R en mano existía comorbilidad en eje I (ansiedad, abuso de sustancias, trastornos afectivos) y el en eje II (trastornos de personalidad tipo límite, por evitación u obsesivo – compulsivo). Aportaciones posteriores de los autores pioneros han abundado en que entre las afectadas predominan las mujeres, así como en la abundante comorbilidad, tanto en los pacientes como en sus familiares de primer grado.

Intentos posteriores de caracterizar el síndrome, se han apoyado en escalas que permiten seleccionar más precisamente los sujetos afectados. El lector interesado puede autoaplicarse una de ellas, derivada de los criterios de McElroy y cols. Algunas escalas y modelos del trastorno parten de una conceptualización del cuadro como un trastorno del control de impulsos, en tanto que otras, como la Versión de Compras de la Escala de Trastorno Obsesivo Compulsivo Yale-Brown (YBOCS-SV) lo remiten –obviamente- a lo obsesivo (por cierto, que esta última escala, que no he podido localizar, sitúa el punto de corte en 17).

En cuanto al tratamiento, no se puede decir que la compra compulsiva sea un trastorno excesivamente original, si nos atenemos a las técnicas y orientaciones que se proponen. Como en otros trastornos de expresión conductual, se recomienda la terapia de autoayuda en grupo. La terapia cognitivo – conductual, paradigma psicoterápico de moda, parece útil. Y, por supuesto, desde el punto de vista psicofarmacológico se emplean los inevitables ISRS. Las primeras experiencias, con fluvoxamina, remiten a una conceptualización del cuadro como un fenómeno obsesivo(ide); las ulteriores, con otros ISRS, si nos atenemos a la amplísima gama de trastornos en los que se utilizan estos productos, remiten a una conceptualización del cuadro como cualquier cosa. Y, por cierto, hay en marcha un ensayo clínico comme il faut (aleatorizado, doble ciego) con escitalopram, lo que otorga una evidente carta de naturaleza y respetabilidad al cuadro.

En nuestro esfuerzo por reivindicar a este trastorno nos tomaremos la libertad de plantear algunas cuestiones que suelen ser muy socorridas en la exposición de cualquier trastorno que se precie. Siguiendo el esquema típico de los DSM, ya hemos visto que es un cuadro de predominio femenino y con elevada y variada comorbilidad. La influencia de la cultura occidental es evidente. Los hábitos de consumo de nuestra sociedad y los bienes que tenemos a nuestro alcance (generalmente de vida limitada y/o rápidamente superables por la moda, la oferta de novedades o los avances tecnológicos) suponen para los occidentales un enorme factor de riesgo, por lo que podríamos decir que se trata de un trastorno vinculado a la cultura. Existen pruebas de que la colonización de otras culturas (en especial los países antiguamente en la órbita comunista) por nuestros hábitos de consumo favorecen la aparición de compradores compulsivos, con gustos, por cierto, un tanto kistch. Existen factores de riesgo un tanto atípicos, como los astrológicos, en la medida que se ha observado una mayor disposición a la compra compulsiva entre los Aries, Géminis, Leo y Virgo.

Por otra parte, es muy posible que las temporadas de rebajas disparen las compras compulsivas, con lo que puede sugerirse que existan formas estacionales del cuadro (¡qué gran oportunidad para prescribir timorreguladores!). Y sin duda, existen claros casos de compradores compulsivos por poderes (by proxy), como puede certificar cualquier padre de nuestros días, cuyos churumbeles, sometidos a la presión asfixiante de la publicidad piden, demandan, exigen todo tipo de juguetes y chuminadas (¡me lo pido!).

¿Qué decir del diagnóstico diferencial? Podríamos mencionar el trastorno obsesivo compulsivo propiamente dicho (en torno al cual hay un creciente interés por las conductas de acúmulo compulsivo o silogomanía) o la hipomanía (que en principio debería ser fácilmente reconocible). Existen formas de compra compulsiva ego-sintónicas, como es el caso de los magnates nuevos ricos de los países excomunistas, que por otra parte no parecen tener límites financieros para sus compras; la egosintonía y la falta de repercusiones psicosiciales posiblemente nos impedirán emitir el diagnóstico. Tampoco parece que pueda diagnosticarse de este problema a los tiranos, tiranuelos y tiranuelas gananciales que en sus tiempos de gloria y poder acumularon cuadros, automóviles, zapatos o collares, porque es altamente dudoso que el mecanismo de adquisición fuera la compra. Tratándose de actividades que parecen ego-distónicas tampoco sería muy apropiado caracterizarlas como formas monosintomáticas de silogomanía obsesiva. Hay que profundizar en la investigación en este terreno.

Seguramente algún lector criticón se revolverá con esta exposición y cuestionará si tiene sentido individualizar un cuadro con tan elevada y surtida comorbilidad, hasta el punto de que los autores más repetidos en la bibliografía destacan la rareza de la compra compulsiva primaria y aislada. Sin duda es una objeción respetable, pero, ¿por qué cortarnos en el noble empeño de multiplicar las páginas de los DSM, máxime cuando nos hallamos ante un cuadro tan prometedor (promising)? Un síndrome, además, adornado de las cualidades necesarias para hacer fortuna en la cultura. No sólo porque en su momento fuera dado a conocer en programas televisivos en prime time, sino porque, ¿quién puede sentirse plenamente libre del problema? No podemos dejar escapar un concepto tan atractivo y tentador para cualquiera que tema (o desee, que a veces son afectos demasiado emparentados) estar enfermo de los nervios... o desresponsabilizarse. Puede que los estudios que calculan una prevalencia de hasta el 10% en los EEUU sean demasiado conservadores. Por otra parte, la contagiosidad de la idea (no necesariamente de la conducta) puede ser elevadísima en una sociedad hiperconsumidora, pero también ansiosa, histérica e hipocondriaca como es este opulento occidente que disfrutamos y –con la boca pequeña- criticamos.

La guinda del pastel, el único elemento que nos falta para dotar de fuste al concepto es encontrar un término griego ad hoc, ya que la terminología en inglés es en ocasiones confusa, con una sinonimia (compulsive buying y compulsive shopping) que difumina sus límites y su contenido. Con la ayuda de un diccionario de griego en internet y la inestimable colaboración de mi esposa, que estudió esa asignatura en el bachillerato, propongo el término agorasopatía o agorasomanía. Por cierto, el término remite a que la compra se hacía en el mercado o plaza (ágora) y sugiere un nexo, cuando menos etimológico con la agorafobia. Como alguien encuentre algún día una especial comorbilidad entre los dos trastornos la realidad insólita habrá superado definitivamente a la ficción.

2006-08-27 13:20:40 · answer #1 · answered by NELLGIR 4 · 1 0

Muy fácil. Cómprate lo que necesites sin dejar a un lado las obligaciones que tienes que pagar día con día y de ahorrar un poco para las emergencias. Actualmente está de moda gastarte lo que no tienes gracias a las tarjetas de crédito, sin embargo, tenemos que ser muy organizados y hacer un pequeño análisis de lo que vamos a comprar. Tenemos la ventaja de que hay mucha competencia, por lo tanto, hacer una comparación de los produtos que hay similares en el mercado te ayudará a elegir la mejor opción.

2006-08-27 19:59:14 · answer #2 · answered by Justine A 3 · 1 0

Cuando empiezas a pensar si eres comprador compulsivo es un buen momento para analizar la situacion. Si usas lo que compras, y no lo regalas o votas no esta mal, si es lo contrario, compras por el simple gusto de comprar y te endeudas y como quiera ni siquiera usas lo que compras puedes tener problemas pendientes que resolver.

2006-08-28 19:21:01 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

Eso depende de tus ingresos. Yo gastaría no más de un 70% y el resto lo ahorraría para invertirlo en cosas productivas.

2006-08-27 20:02:10 · answer #4 · answered by anaeugenia 5 · 0 0

Eres comprador compulsivo si en cuanto tienes dinero o alguna forma de pago ya estás pensando en qué comprar; generalmente son cosas que no necesitas. Comprar lo suficiente es cuando has comprado según tu presupuesto o lo que necesitabas.

2006-08-27 19:58:36 · answer #5 · answered by Lorraine 4 · 0 0

Mientras estes comprando cosas que necesitas de verdad y aparte mientras no compres por comprar todo esta bien.............Aunque para ser sincera es genial salir de compras y estar estrenando a cada rato ....

2006-08-27 19:58:22 · answer #6 · answered by mayeli 2 · 0 0

Para un comprador normal, suficiente es lo necesario en el momento que se necesita y dentro de un presupuesto.

2006-08-27 19:58:03 · answer #7 · answered by ARBITRO2006 5 · 0 0

hasta que te des cuenta que ya no tienes dinero para la gasolina o el taxi o de plano no puedas cargar las bolsas

2006-08-27 19:56:48 · answer #8 · answered by ۝ξל ħЦ∑▼☼Ω ☺☻ 5 · 0 0

creo q sos comprador compunsivo cuando compras cosas innecesarias y cuando podes en riesgo tu economia comprando cosas q no podés

2006-08-27 19:55:11 · answer #9 · answered by Dulce M 3 · 0 0

Lo excesivo es cuando gastas mas de lo que ganas, cuando te endeudas, cuando dejas de comprar lo básico para comprar cosas innecesarias, es ahi cuando ya es una compra impulsiva.

2006-08-27 19:54:51 · answer #10 · answered by Sandro David 6 · 0 0

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