También se aceptaban "brujos" sólo que era el 15% de los participantes, a continuación te amplÃo con detalle la cuestión.
Saludos ^^
El aquelarre, se trata de la convicción de que las brujas que habÃan pactado con el diablo le rendÃan culto colectivo y participaban en varios ritos blasfemos, inmorales y obscenos. Esta idea no estaba tan extendida como la del pacto y resultaba menos uniforme en sus diferentes expresiones. El aquelarre representa una inversión de las pautas morales de la sociedad, aunque esto puede variar dependiendo de la sociedad, pero goza de caracterÃsticas comunes en todas. El aquelarre europeo posee caracterÃsticas que provienen de la influencia del cristianismo medieval. La fuerte insistencia en los aspectos eróticos de éste deriva de la actitud desfavorable de la Iglesia medieval y moderna hacia el sexo. La parodia de la misa católica que aparece en muchas asambleas francesas, españolas y italianas, muestra el miedo cristiano hacia la burla de su ceremonia más sagrada. PodrÃamos encontrar su origen en las invenciones retóricas que realizaron los monjes contra los herejes en los siglos XI y XII. Una segunda fuente fue la imagen de los herejes que dieron los escritores patrÃsticos. Un tercer principio lo constituyó la convicción de las autoridades que los herejes se reunÃan en secreto, acusación fundamentada en el fracaso de su busca. Un cuarto fundamento fue el contenido doctrinal de la herejÃa; por ejemplo, los cátaros eran dualistas. A través de dichas fuentes se construyó en los últimos años del siglo XII y principios del XIII un estereotipo del hereje como adorador secreto del diablo, nocturno y sexualmente promiscuo.
Por lo que respecta al origen de la palabra aquelarre, la hipótesis de Mikel Azurmendi de que no es una palabra vasca, sino una construcción culta emanada del lenguaje jurÃdico culto, ha sido corroborada recientemente por Henningsen. Ãste afirma que se trata de una construcción erudita de principios del siglo XVII. Incluso precisa la creación de dicho término datándola entre el 14 de febrero de 1609, en que el Tribunal de Logroño recibe un nuevo grupo de presos de Zugarramurdi, y el 22 de mayo del mismo año, en que la palabra aparece por primera vez. Ha sido posible detectar como probable “inventor” de la palabra, al inquisidor Juan del Valle Albarado.
La cuestión de los vuelos proporcionaba una explicación a la facultad de las brujas para asistir a reuniones nocturnas secretas en zonas remotas sin que se detectara su ausencia. Cuando el aquelarre tenÃa lugar en paÃses distantes y el número de participantes era excepcionalmente grande, se recurrió como corolario necesario a la creencia en la capacidad de las brujas para volar. La convicción de los vuelos contribuyó de forma indirecta, tanto a la formación del concepto de aquelarre, como a la aceptación por parte de una elite instruida del pacto demonÃaco. De todos los medios de transporte de las brujas, el que se ha citado con más frecuencia ha sido la escoba, que representa un principio del sexo femenino y muestra, por tanto, la preponderancia de las brujas sobre los brujos. A veces se representaba a las brujas volando a través del viento o por sus propias fuerzas. En algunos casos se informó de la utilización de ungüentos para volar, planteándose asà la cuestión de si las unturas contenÃan alucinógenos que provocaban a las brujas la sensación de estar recorriendo grandes distancias, y hasta, la fantasÃa de su presencia en el aquelarre. Los experimentos realizados en el siglo ** con los ingredientes enumerados en las recetas para éstos ungüentos han demostrado que contenÃan antropinas y otros tóxicos que, en contacto con la piel, pueden producir una gran euforia, fantasÃas y sueños vividos; una explicación propuesta en el siglo XVI por algunos escépticos como Weyer, por otra parte. Pero no tenemos que extraer conclusiones precipitadas, ya que otras recetas antiguas para unturas voladoras contienen sólo elementos inertes. Los ungüentos de las brujas habrÃan de considerarse producto de un folklore ingenuo o de la teorÃa demonológica y no como sustancias psicotrópicas eficaces.
Y por último, una creencia popular estrechamente relacionada con el vuelo y que nunca se integró plenamente al concepto acumulativo de brujerÃa fue la de las metamorfosis. Dicha creencia con la realidad fÃsica del cambio de forma no fue aceptada en general por los intelectuales de la época moderna. Jean Bodin fue uno de los pocos que la aceptaron, pero sus ideas fueron rechazadas por Pierre Le Loyer y MartÃn del RÃo entre otros, que se basaban en que era producto de la ilusión demonÃaca. Pero en algunas zonas de Europa se juzgaron y sentenciaron como brujas a varios lobos. No obstante, la acusación de metamorfosis no apareció con frecuencia en los juicios como para considerarla integrante del concepto acumulativo de brujerÃa.
La figura protagonista
Con la intención de poder llegar a descubrir las tensiones sociales que propiciaron los procesos por brujerÃa, seria necesario determinar quiénes fueron las brujas realmente. Por otro lado, deberÃamos tener en cuenta que fundamentalmente nos basamos en los datos que nos han llegado a través de sus perseguidores.
Por lo que respecta al sexo, aproximadamente el 75% de los individuos procesados son mujeres. Estas cifras muestran que la brujerÃa era un delito relacionado con el sexo, aunque en la definición de brujerÃa no encontramos nada que excluya a los hombres. No obstante, encontramos dos paÃses, Rusia y Estonia, donde se produce el caso inverso, y en los paÃses escandinavos la distribución por sexos resulta casi equivalente. Según William Monter esto estarÃa relacionado con la vinculación a otras formas de herejÃa. La desvinculación entre sexo y herejÃa podrÃa explicar por qué las inquisiciones españolas y romana juzgaron a un número superior de brujos que la mayorÃa de los tribunales europeos. Russell expone que cuando el delito implicaba brujerÃa polÃtica, y por supuesto, cuando las “cazas de brujas” quedaban fuera de control, los hombres también quedaban expuestos a ser procesados.
Entre las causas de dicha situación podrÃamos encontrar el hecho que la mujer era considerada moralmente más débil, más carnal y sexualmente más inmoderada, y en consecuencia, sucumbÃa más fácilmente a la tentación del diablo. Pero, entre las clases populares dicha imagen poseÃa menos importancia, preocupaban más las atribuciones mágicas. En este sentido, las funciones habituales de las mujeres en la sociedad guardan una estrecha relación, ya que ofrecen mayores oportunidades de practicar la magia nociva: cocineras, curanderas y comadronas. Resulta interesante el hecho que las acusaciones se originaban por tensiones ocurridas entre mujeres, por eso una cifra importante de testimonios son mujeres. Otra explicación serÃa que las mujeres, que no disponÃan ni de poder polÃtico ni fÃsico, podÃan utilizar la brujerÃa como instrumento de protección y venganza.
Por lo que se refiere a la edad, el estereotipo de la bruja serÃa el de una mujer vieja, la mayorÃa tenÃan más de cincuenta años. Entre las razones que podrÃan explicar la supuesta edad avanzada encontrarÃamos el hecho de que fueran procesadas cuando las sospechas habÃan ido aumentando durante años. Algunas brujas eran curanderas y comadronas, oficios que realizaban mujeres de edad avanzada. También el paso del tiempo va ligado a conductas excéntricas y a debilidad fÃsica, por lo cual aumenta la posibilidad de recurrir a la brujerÃa. No obstante, esto no resulta incompatible con la idea de la bruja movida por el deseo sexual, pues se creÃa que el diablo se aparecÃa a las futuras brujas en forma de un joven atractivo. La edad de las brujas acusadas durante los primeros años de ejercer la magia amatoria oscila entre los veinte y treinta años. En algunas ocasiones se juzgó a niños y adolescentes, sobre todo cuando las “cazas de brujas” quedaban fuera de control. A veces los hijos de las brujas eran vÃctimas de acusaciones, ya que estaba extendida la creencia que el poder brujeril se propagaba por instrucción y por herencia.
El estado civil de las brujas varÃa en función de la ubicación temporal y territorial, pero podrÃamos encontrar algunos aspectos comunes. En la mayorÃa de regiones hablarÃamos de personas no casadas y, dentro de dicho grupo, las viudas eran las más numerosas. A diferencia de éstas, las brujas casadas generalmente no estuvieron expuestas a cargos por brujerÃa, pero sà observamos acusaciones debido a conflictos de carácter familiar.
Las brujas formaban parte de los estratos más bajos de la sociedad, por lo tanto estaban más dispuestas a recorrer a la venta de curas mágicas con la intención de sobrevivir, a utilizar la brujerÃa como medio de venganza y a pactar con el diablo para mejorar su situación económica. La “caza de brujas” guarda una estrecha relación con un momento histórico en el que la pobreza se extendió. No obstante, encontramos brujas, que excepcionalmente gozaron de una destacada posición social, en dicho caso, el origen de la acusación serÃa una conspiración polÃtica real o imaginada, o el deseo de los familiares de apoderarse de sus pertenencias.
2006-08-26 19:46:10
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answer #5
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answered by Satana23 3
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