1) Confusionismo vale tanto como enturbiamiento, como roce con la mentira; a veces, es la identificación con la mentira misma. El confusionismo en las ideas es la mezcla, más o menos patente, del error con la verdad; y la verdad no puede sino salir perdiendo en su contacto con el error. La mentira y la verdad mezcladas traen como consecuencia que la primera, aureolada con el prestigio de la segunda, se propague en el ánimo más fácilmente y se adueñe de él sin resistencia, mientras la verdad aparece desprestigiada, manchada por su contagio con el error. En un círculo de personas enfermas y sanas, nada podrán salir ganando estas últimas; si acaso, aumentarán la virulencia y el peligro de la enfermedad. Se impone, pues, depurar y aclarar las ideas en todos los órdenes en que haya entrado la desorientación.
El mundo está ahora, como nunca, atacado de este mal. Confusionismo de ideas tiene aquel que hace vida de burdel y vida de iglesia; confusionismo de ideas es el del estudiante que frecuenta la Comunión y vive olvidado del estudio y del trabajo; confusionismo el de aquéllos que se llaman caballeros cristianos y que, en el cumplimiento de sus deberes profesionales, prescinden de Jesucristo.
No en lo esencial, no en lo fundamental, pero sí en pequeños detalles, en ocasiones de poca monta, en apariencia, ¿no padeceremos nosotros también este confusionismo de ideas? Es difícil puntualizar, pero cada uno puede aplicar su inteligencia -como se aplica al estudio de otro negocio cualquiera-, para ver si descubre algo en su vida. Que cada uno indague y, si nada encuentra en un primer examen, insista con más detenimiento; si aun así no halla nada, busque en su pasado esas tinieblas; si ha salido de esa oscuridad, dé gracias a Dios de corazón y pídale su luz y su ayuda para siempre.
2) Confusionismo en el corazón. Hay personas que parecen llevar su corazón en la mano y ofrecerlo a todo el que pasa, como diciendo: ¿Quién lo quiere? (48). Al hablar así, pienso en tantos jóvenes que se figuran estar sirviendo a Jesucristo, porque pertenecen a esta y a la otra entidad, todas muy buenas, pero, en realidad, nada hacen ellos de provecho. Llevan su corazón al descubierto, como en un escaparate, para que todos lo vean y lo posean. Cabría decirles: ¡no puedes comportarte así! ¿Adónde irás a parar con esa sensiblería loca, con esa poesía necia y ñoña que mueve a risa? ¿No es tu corazón de Jesucristo? Pues ciérralo bien, consérvalo sólo para Él, firmemente guardado con siete cerrojos (49). ¿O acaso piensas darle a Dios el corazón sólo cuando los otros lo hayan gastado y pisoteado y despreciado? No, pon una guardia firme en tu corazón. ¡Es tan pegadizo! Aun teniéndolo sojuzgado, ¡cuántas veces trata de librarse del yugo impuesto, para asirse a todo lo que encuentra! Vigilemos sus movimientos y comprobemos si van o no de acuerdo con el querer del Corazón de Cristo.
(48). Cfr. Camino, n. 146.
(49). Cfr. Camino, n. 188.
¡Cuánto hay que rectificar en la conducta diaria! Esos atolondramientos; esos chistes, más o menos graciosos, con puntos y ribetes de bellaquería; ese hablar con exceso; esas comidas destempladas, esas ocupaciones a las que se va para satisfacer la sensualidad...
¿Qué hacer para mantener sumiso al enemigo, para estar seguros frente a los ataques de las tres concupiscencias: la soberbia, la avaricia y la carne (50)? Pues entretengámosle con pequeños combates lejos de los muros capitales de la fortaleza. Presentémosle escaramuzas en pequeños detalles: en la lengua, en la vista, en el trabajo, en el trato con los demás; descendamos al pormenor y cuidemos así de aplastar al enemigo. Seremos cien veces derrotados, pero ¿qué importa? Cada derrota nos enardecerá para la pelea siguiente. Además, ninguna de estas batallas, si planteamos la lucha en terreno tan distante de la fortaleza central que defiende nuestro corazón, permitirá al adversario atacar sus muros. Y si, por permisión de Dios, en algún momento llegase hasta ahí su embestida, agotado por las continuas y anteriores peleas, sería tan débil que, a pesar de nuestra flaqueza, sería vencido fácilmente (51).
(50). Cfr. 1 Jn 2, 16.
(51). Cfr. Camino, n. 307.
Desorientación en el corazón y en la conducta; por no evitarla, se explica la inconstancia de tantas personas. Cavan y arrojan la tierra, empiezan su camino y, cuando se habían ya encaramado en alguna cordillera, fatigados, lo dejan de repente y se lanzan al abismo. Los meses, quizá los años, de trabajo han sido estériles; no se rectificó la intención, no se colocó bajo la ayuda luminosa de Dios el esfuerzo personal: era un camino que no conducía a ninguna parte. El remedio hubiera sido seguro, la vuelta atrás posible, si -reconociendo nuestra miseria personal y nuestra absoluta incapacidad- nos hubiésemos echado en brazos de Dios, para ser amparados en nuestras firmes decisiones por su piedad y su poder.
3) ¿Remedio para todo esto? No puede haber otro que el examen diario de nuestros pensamientos, de nuestras intenciones, de nuestro comportamiento, de las causas y efectos de nuestros actos; el examen concienzudo de nuestra vida exterior e interior, analizando, doliéndose, rectificando. Supliquemos a Dios que nos otorgue el don de vernos tal cual somos, y procuremos la intercesión de Nuestra Señora y del Ángel Custodio.
Yo pido desde aquí al Señor para nosotros, para todos los que más tarde estén a nuestro lado, que nos muestre el camino rectilíneo, la senda clara sin desviación posible, la verdad escueta y pura, desnuda de todo error y de toda oscuridad. ¡Qué difícil es no extraviarse, qué costoso resulta afanarse siempre en el camino recto! El error se rechaza enseguida cuando se nos presenta descaradamente, y al mal se le vence con facilidad cuando nos presenta sin velos su rostro repugnante; pero cuando el error viste ropajes de verdad, y el mal se disfraza con apariencias de bien, ¡con qué facilidad se insinúan en nosotros hasta arrastrarnos fuera de nuestro camino! ¡Cuántos descaminos por haber seguido el impulso del corazón, la indicación de la inteligencia, seducidos y engañados por el enemigo que adoptaba actitudes y proponía planes a primera vista inmejorables! Por eso resulta necesario el examen de conciencia detenido, con la razón que se aplica intensamente a la busca y al análisis, ayudada sobrenaturalmente por Dios. Exámenes, si hace falta, acompañados de una consulta a quien pueda guiaros, enseñaros y mostraros lo que vosotros solos no lográis percibir.
Una vez descubierto el mal, hay que ponerse en manos del médico para curarse. Con la misma sencillez, desprovista de toda falsa vergüenza, con que el que se reconoce presa de una enfermedad -por delicada e íntima que parezca- se entrega en manos del médico para su curación; así debéis vosotros acudir a quien tenga misión de remediaros: a mí, mientras no os falte. El médico os dirá o no el diagnóstico, según convenga; os pondrá un tratamiento, y vosotros deberéis seguido escrupulosamente. De seguro que antes, con unas preguntas que su experiencia le dictará, conocerá la raíz y la extensión de vuestro mal. Abandonaos, pues, a su dirección con confianza y humildad.
En cuanto se ha aplicado el remedio y enderezado el camino, ¡qué satisfacción, qué plenitud de recobramiento en Dios! ¡Qué seguridad, acompañada de conocimiento de la propia miseria, para no desviarse de la senda cristiana que Él nos ha trazado! Y tras el propósito de eliminar tanta actuación vana, tanto pensamiento inútil, tanta intención dudosa, ¡qué paz y qué confianza!, ¡qué agradecimiento a Dios que nos ha librado, luego de comprobar -tras del examen sincero y a fondo- que estábamos al borde del abismo y que sólo su misericordia nos ha salvado de caer, y nos ha dado la luz cuando más la necesitábamos! El alma se vuelca afectivamente en Dios, llena de reconocimiento y de seguridad de no volver atrás; no se verá fallida, si va acompañada por el convencimiento de la propia flaqueza y el aliento firme de la ayuda de Dios.
Y ahora un coloquio con Nuestra Señora y con el Ángel Custodio, para terminar con la acción de gracias.
2006-08-24 05:20:15
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answer #1
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answered by Anonymous
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2016-07-02 16:31:54
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answer #2
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answered by Jarvis 3
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Es seguir las enseñanzas de Confucio.
2006-08-27 16:07:17
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answer #3
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answered by Rex 3
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C O N F U C I O N I S M O """""""""""""""""""""""""""""""""
Confucianismo o Confucionismo, es el principal sistema de pensamiento en China; se desarrolló a partir de las enseñanzas de Confucio y sus discípulos, y tenía que ver con los principios de la práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales. El confucianismo ha influido en la actitud china ante la existencia, fijando los modelos de vida y pautas de valor social, y proporcionando la base de las teorías políticas e instituciones chinas. Desde China se extendió a Corea, Japón y Vietnam y en las últimas décadas ha despertado interés entre los eruditos de Occidente.
Aunque el confucianismo llegó a ser la ideología oficial del Estado chino, nunca ha existido como una religión establecida con una iglesia y un clero. Los eruditos chinos alabaron a Confucio como gran maestro y sabio, pero nunca lo adoraron como a un dios. Confucio tampoco se proclamó a sí mismo una divinidad. A diferencia de las iglesias cristianas, los templos erigidos en honor a Confucio no eran lugares en los que grupos organizados se reunían para alabarle, sino edificios públicos diseñados para ceremonias anuales, en particular el cumpleaños del filósofo. Varios intentos para divinizar a Confucio y ganar prosélitos al confucianismo fracasaron debido a la naturaleza secular de su filosofía.
Los principios del confucianismo están recogidos en los nueve libros antiguos chinos transmitidos por el maestro y sus seguidores, que vivieron en una época de gran inquietud filosófica. Estos escritos pueden dividirse en dos grupos: los Cinco Clásicos y los Cuatro Libros. Los Wujing o Wu king (Cinco Clásicos), que se crearon antes de la época de Confucio, son el I Ching o Yijing (Libro de las mutaciones o cambios), Shu Ching o Shujing (Libro de la historia), Shih Ching o Shijing (Libro de la poesía o de las odas), Li Chi o Liji (Libro de los ritos) y Ch'un Ch'iu o Chunqiu (Anales de primavera y otoño). El I Ching es un manual de adivinación probablemente recopilado antes del siglo XI a.C.; su aspecto filosófico complementario, contenido en una serie de apéndices, pudo haber sido compuesto más tarde por Confucio y sus discípulos. El Shu Ching es una colección de documentos históricos antiguos, y el Shih Ching, una antología de poemas antiguos. El Li Chi trata de los principios de conducta, incluidos los de las ceremonias públicas y privadas; fue destruido en el siglo III a.C., pero resulta presumible que gran parte de su material fuera preservado en una recopilación posterior, el Documento de los ritos. El Ch'un Ch'iu, la única obra recopilada, según se dice, por el propio Confucio, es una crónica de eventos históricos acaecidos en la China feudal desde el siglo VIII a.C. hasta la muerte de Confucio, a principios del siglo V a.C. Los Sishu (Cuatro Libros), compilaciones de los dichos de Confucio y Mencio y de los comentarios de seguidores sobre sus enseñanzas, son el Lunyu (Analectas), un conjunto de máximas de Confucio que forman la base de su moral y filosofía política; Ta Hsüeh (El gran saber); Chung Yung (La doctrina del método), que contiene algunas de las declaraciones filosóficas de Confucio sistematizadas con comentarios y exposiciones de sus discípulos, y el Mengzi (Libro de Meng), que contiene las enseñanzas de Mencio, uno de los principales seguidores de Confucio. La clave de la ética confuciana es jen, traducido de diversos modos como 'intuición humana', 'amor', 'bondad' y 'humanidad'. Jen es una virtud suprema que representa las mejores cualidades humanas.
En las relaciones humanas, aquellas que se construyen entre una persona y otra, jen se manifiesta en chung, o la fidelidad a uno mismo y a los demás, y shu, o altruismo, mejor expresado en la regla de oro del confucianismo: "No hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a ti mismo". Otros valores virtuosos importantes en el confucianismo son la honradez, la decencia, la integridad y la devoción filial. Quien posea todas estas virtudes será un chün-tzu (caballero perfecto). En el plano político, Confucio defendía un gobierno paternalista en el que el soberano fuera benévolo y honorable y los súbditos respetuosos y obedientes.
El estadista debe cultivar la perfección moral para dar buen ejemplo a la gente. En educación Confucio apoyó la teoría, notable para el periodo feudal en que vivió, resumido en el principio: "en educación, no hay diferencia de clases".
http://www.memo.com.co/fenonino/aprenda/religion/confusionismo.html
León Trotsky 8 de julio de 1931
Escritos sobre España
EL CONFUSIONISMO DE MAURIN Y
DE LA FEDERACIÓN CATALANA 1
(Carta al S.I., )
Lo más nocivo, lo más peligroso e incluso lo más nefasto sería que los obreros catalanes, españoles o del mundo entero pensaran que nosotros nos solidarizamos con la política de la Federación Catalana, que tenemos responsabilidades con ellos o por lo menos que estamos más cerca de ellos que del grupo centrista 2 Los estalinistas se esfuerzan por presentar las cosas de esta manera. Hasta ahora no hemos combatido estas patrañas con el vigor necesarios; por lo tanto, es más urgente e importante aclarar este malentendido que nos comprometería terriblemente y entorpecería el éxito de los obreros catalanes y españoles.
Entiéndase bien, la tarea de denunciar a la Federación Catalana compete fundamentalmente a nuestros partidarios en Cataluña. Deben pronunciarse por una crítica clara, abierta, precisa, una critica que no oculte nada acerca de la política de Maurín, esa mezcla de prejuicios pequeño‑burgueses, de ignorancia, de «ciencia» provinciana y de picardía política.
La Federación ha obtenido cerca de 10.000 votos en las elecciones a Cortes. No es mucho, pero en un período revolucionario, una organización verdaderamente revolucionaria es capaz de crecer rápidamente. Sin embargo, hay una circunstancia que aminora considerablemente el peso de esos 10.000 votos: La Federación Catalana ha obtenido menos votos en las elecciones a Cortes que en las elecciones municipales de Barcelona, el centro revolucionario por excelencia. Este dato, nimio a primera vista, tiene, como síntoma, una significación enorme. Demuestra que, mientras en los rincones más retirados del país, aún hay un aflujo, aunque débil, de obreros hacia la Federación, en Barcelona el confusionismo de Maurin no atrae a los obreros, más bien los aleja.
Entiéndase bien, la inevitable derrota de Maciá, puede beneficiar a Maurin como fracasado de segunda fila. Sin embargo, las elecciones a Cortes han demostrado la impotencia de la actual dirección de la Federación. ¡Realmente se necesitan «talentos» muy particulares para no aumentar su influencia en Barcelona durante los tres primeros meses de la revolución!
¿Qué representa la Federación en el lenguaje de la política revolucionaria? ¿Es una organización comunista? ¿Qué tipo de organización comunista? ¿De derecha, de centro o de izquierda? No se puede dudar que los que votan por la Federación son obreros revolucionarios, comunistas en potencia. Pero no tienen ninguna idea clara en la cabeza. ¿De dónde iban a sacarla si están dirigidos por confusionistas? En condiciones semejantes, hasta los obreros más decididos y más consecuentes no pueden sino inclinarse del lado del partido oficial. Estos últimos no han obtenido en Barcelona más que 170 votos, y 1.000 en toda Cataluña. Pero no hay que creer que estos son los peores elementos. Todo lo contrario, la mayoría podrían estar con nosotros, y lo estarán cuando despleguemos nuestra bandera.
Al comienzo de la revolución de 1917, la mayoría de las organizaciones socialdemócratas aún eran comunes, e incluían en sus filas a bolcheviques, mencheviques, conciliadores, etc.3 La tendencia hacia la unificación era tan fuerte, que Stalin, en la conferencia del partido bolchevique, a finales de marzo, pocos días antes de la llegada de Lenin, se pronunció por la unificación con los mencheviques.4 Algunas organizaciones de provincias permanecieron unidas hasta la revolución de octubre. Para mí, la Federación Catalana es como una organización de este tipo, una organización sin delimitar, que engloba a futuros bolcheviques y futuros mencheviques. Esto justifica una política que tienda a provocar la diferenciación política en el seno de la Federación Catalana. El primer paso en este sentido debe ser la denuncia de la vulgaridad política del maurinismo. En este terreno es preciso actuar sin piedad. Sin embargo, la comparación entre la Federación y las organizaciones unificadas rusas exige algunas reservas de importancia. Las organizaciones unificadas no excluían ninguna agrupación socialdemócrata existente. Todos tenían derecho a luchar por sus opiniones en el seno de la organización unificada. En la Federación Catalana ocurre todo lo contrario. Aquí el «trotskismo» está colocado en el índice. Los confusionistas tienen derecho a defender sus confusiones, pero los bolcheviques‑leninistas no tienen el derecho de elevar abiertamente su voz5. De esta forma, desde el principio, esta organización unificada se priva de su ala izquierda, y por eso mismo se convierte en un bloque caótico de tendencias centristas y derechistas. El centrismo puede dirigirse tanto a la izquierda como a la derecha. El centrismo de la Federación Catalana, que durante la revolución se separa de su ala izquierda, está abocado a una bancarrota vergonzosa. La tarea de la Oposición de izquierda consiste en precipitar esta bancarrota por medio de una crítica sin piedad.
Pero hay otra circunstancia a la que hay que conceder una importancia excepcional. Oficialmente, la Federación Catalana está por la unificación de todas las organizaciones y grupos comunistas. Ciertamente, sus militantes de base desean sincera y lealmente la unidad aunque liguen a esta consigna toda clase de ilusiones. Luchamos por la unidad, porque en el marco de un partido unificado esperamos efectuar con éxito un trabajo progresivo de delimitación ideológica, sobre la base de los objetivos y las tareas, no impuestas desde fuera, sino resultantes del desarrollo de la propia revolución.
De todas maneras, luchamos por la unificación de todos los comunistas. Para nosotros la condición fundamental para la unificación es el derecho a poder luchar por nuestras propias consignas, por nuestros puntos de vista, en el marco de la organización unificada. Podemos y debemos jurar una lealtad. total en esta lucha, sin embargo., la misma federación rechaza esta condición fundamental desde el principio: luchando bajo la bandera de la unidad expulsa de sus filas a los bolcheviques‑leninistas. En estas condiciones, otorgar un papel dirigente a la Federación Catalana en la lucha por la unidad del P.C. demostraría por nuestra parte, la peor de las ineptitudes. Maurín se apresuraría a tocar el primer violín en el congreso de unificación. ¿Podemos callarnos ante esta repugnante hipocresía? Al luchar contra la Oposición de izquierda, Maurín imita a la burocracia estalinista, para ganar sus favores. En realidad, dice a los estalinistas: «dadme vuestra bendición, y sobre todo vuestros subsidios y os prometo luchar contra los bolcheviques‑leninistas, no por miedo, sino por convencimiento ideológico». La actitud de Maurín hacia la unificación no es más que un chantaje a los estalinistas. Si consentimos esto, no actuaremos como revolucionarios, sino como auxiliares pasivos de un chantaje político. Debemos denunciar incansablemente el papel de Maurin, es decir, su «charlatanería» unificadora, pero sin descuidar un solo instante nuestra lucha por la unificación real de las filas comunistas., sin descuidar nuestra lucha por que las filas comunistas se alinean bajo nuestra bandera.
El trabajo de la izquierda internacional debe concentrarse,, en sus nueve décimas partes, sobre España. Es preciso disminuir todos los gastos para tener la posibilidad de editar un semanario en español, con ediciones regulares en catalán, distribuyendo al mismo tiempo panfletos en cantidad considerable6.
Es preciso ver cómo se restringen todos los gastos sin excepción para prestar la mayor ayuda posible a la Oposición española.
En mi opinión, el S.I. debe consagrar las nueve décimas partes de su actividad a los problemas de la revolución española. Sencillamente hay que olvidar que en el mundo existen tipos como Landau7. Es preciso abandonar todas las querellas, todas las intrigas, no consagrándoles desde ahora ni un minuto. La revolución española está a la orden del día. Es preciso traducir sin tardanza los documentos más importantes y someterlos a la crítica necesaria. El próximo número del Boletín internacional debe estar enteramente dedicado a la revolución española. Por otra parte es necesario tomar toda una serie de medidas organizativas. Para esto se precisan hombres y medios. Ambos deben encontrarse.
No hay ni puede haber crimen mayor que perder el tiempo.
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Notas
1 . T. 3394, The Militant, 10 de agosto de 1931, Comunismo, nº, 4, septiembre de 1931, pp. 11‑13 y en B. 0., n.º 23, agosto de 1931, pp. 14‑16. Carta al S.I. Parece que las posiciones de Trotsky respecto a Maurin no eran compartidas por todos, y no sólo en las filas de la oposición española, según nos ha confirmado Pierre Naville
2 Por «grupo centrista» se refiere al equipo estalinista que dirige el P.C.E. Sólo a partir de 1933, Trotsky reservará el epíteto de «centrista» a los grupos que se encuentran entre la II y III Internacional por una parte y el movimiento por la IV por otra: Maurín, según su opinión, será un «centrista».
3 La mayor parte de las organizaciones social‑demócratas reconstituidas antes de 1917, lo habían sido sobre una base «unitaria». Fueron muchos los que se adhirieron al partido bolchevique bajo esta situación en el mes de agosto de este año.
4 Para facilitar la unificación, Stalin proponía el 10 de abril que los bolcheviques no presentaran una plataforma política propia (Voprosy Istorfi K.P.P.S., n.º, 2, 1962, pp. 139‑140, et J. J. Marie, Stalin, pp. 57‑58).
5 Tanto por la lectura de la prensa contemporánea como por el testimonio del propio Maurín, parece que la Federación Catalana empleó más la disuasión que la expulsión. De todas formas los amigos políticos de Nin que se habían afiliado allí, no permanecieron mucho tiempo; este fue el caso sobre todo de Molins y Fábrega, Francisco de Cabo y Carlotta Durán. Nin, por su parte, habla siempre de «expulsiones».
6 Raymond Molinier, dirigente y «responsable de finanzas» de la Ligue ‑francesa, se dirigirá poco después a España para arreglar la cuestión del semanario
7 Ver nota 7, capítulo A 20
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2006-08-24 05:56:10
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answer #4
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answered by fotosconalma 4
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La confusion proviene de Satanas el padre de mentira creo confusion en la tierra y despues en el cielo.La confucion es una mezcla de mentira con verdad,es mezclar lo puro con lo impuro lo verdadero con lo falso.Dios es todo lo opuesto a la confucion porque es un Dios de verdad
2006-08-24 05:33:39
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answer #5
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answered by jonathan 3
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Confucianismo o Confucionismo, es el principal sistema de pensamiento en China; se desarrolló a partir de las enseñanzas de Confucio y sus discípulos, y tenía que ver con los principios de la práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales. El confucianismo ha influido en la actitud china ante la existencia, fijando los modelos de vida y pautas de valor social, y proporcionando la base de las teorías políticas e instituciones chinas. Desde China se extendió a Corea, Japón y Vietnam y en las últimas décadas ha despertado interés entre los eruditos de Occidente.
2006-08-24 05:25:17
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answer #6
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answered by Anonymous
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se rigenpor las enseñansas d confusio el chino
2006-08-24 05:23:20
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answer #7
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answered by analia m 6
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El confusionismo se remonta al a�o 551 a.C. con el nacimiento de Kung Fu Tse ( Confucio es el nombre occidentalizado ).
No fue precisamente Confucio su fundador, pero si el inspirador.
El Confusionismo no profesa demasiadas practicas esot�ricas, sino mas bien, exot�ricas (rituales y filosof�a).
Pero estoy completamente seguro que; por lo que revelan sus ense�anzas y su poder de discernimiento, fue un m�stico con todas las de la ley.
Confucio naci� en el pueblo de Tsou, condado de Chag-Ping, en el pa�s de Lu, en el a�o 551 a.C.
Su padre era Shu Liang Ho, su madre era Yen Chen Tsai. Se dice que su madre oro en la colina Ni ' Chiu y en respuesta a sus rezos dio a luz a Confucio.
Confucio descend�a de familia noble; uno de sus antecesores fue rey de Sung.
El era amante de la literatura, la historia, la m�sica, la literatura y los rituales. No se sabe quien fue su maestro, pero es muy conocido que frecuento en muchas oportunidades al Supremo Lao Tse.
2006-08-24 05:22:51
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answer #8
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answered by Anonymous
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viene del verbo "estar confusionado"
2006-08-24 05:21:50
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answer #9
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answered by Cuchu 3
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Es la corriente filosófica que sigue las enseñanzas de Confusio.
2006-08-24 05:19:53
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answer #10
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answered by apuleius 4
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