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Magia
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Arte o conocimiento con que se pretende producir, merced a ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres sobrenaturales, resultados contrarios a las leyes físicas, ilusión o dominio sobre las personas, la naturaleza y fuerzas desconocidas que la gobiernan. Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo.
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Historia
El término magia deriva de magi, uno de los elementos religiosos incoporados por los magos en la antigua Babilonia. Hubo magos en Roma y en Grecia y en casi todo el mundo occidental y oriental de la Antigüedad. La magia estuvo relacionada con la alquimia y la astrología, en la Europa medieval. Esas actividades ocultas contribuyeron al desarrollo del pensamiento y de la ciencia y fueron objeto de persecución por parte de la Iglesia Católica durante la Baja Edad Media y la Era Moderna. Tal vez unas 500.000 personas resultaron procesadas y gran parte ejecutadas por tribunales civiles y religiosos, acusadas de brujería, a lo largo de casi cinco siglos. Hubo procesos por brujería hasta el siglo XIX, tanto en Europa como en Norteamérica. La llamada magia negra o hechicería era una práctica atribuida a los brujos, a quienes a su vez se consideraba vinculados con el diablo. La magia o hechicería populares estaban relacionadas con antiguos ritos de fertilidad e iniciación en el conocimiento en los pueblos llamados bárbaros, principalmente los celtas, pero la Iglesia identificó esas prácticas como demoníacas y encomendó al Tribunal de la Inquisición y a los tribunales civiles su persecución sistemática.
La antropología distingue entre la hechicería (la magia más simple practicada en las sociedades antiguas), la brujería diabólica (los supuestos cultos al Diablo) y la moderna brujería (el movimiento neopagano), que incluye el culto de poderes subyacentes de la naturaleza y la adivinación. La brujería es un término cargado de significado negativo por la Iglesia y las leyendas populares de la Edad Media y un modo de designar la magia en general.
La magia fue rechazada de antiguo por la religión judeocristiana. Se encuentran referencias negativas a los magos en el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Las grandes religiones no dan cabida a la magia. La antropología distingue entre magia y religión, y coloca a la magia en un plano paralelo al de la evolución de las religiones.
Los adivinos y magos, de hecho, no tenían ya que ver con los sacerdotes en Grecia y Roma, aunque eran consultados, sobre todo por los poderes de adivinación de los que se creía estaban dotados.
La magia y la hechicería estaban ligadas también a las creencias de pueblos orientales muy antiguos, en los que el mago o chamán era a la vez un sanador y un conocedor del mundo invisible de lo espíritus y desempeñaba un papel preponderante en la comunidad.
La interrelación de los mitos antiguos de las más diversas culturas, sus similitudes y relación con las religiones animistas, en las que la magia desempeñaba un papel central, fueron estudiadas por el antropólogo británico James George Frazer en su obra monumental La rama dorada. Merecieron también una amplia consideración por parte del psiquiatra Carl Jung, quien desarrolló la teoría del inconsciente colectivo.
El hermetismo (llamado "la antigua ciencia" en el medioevo) influyó en el pensamiento del Renacimiento. Esta seudociencia se vincula, en algunos aspectos, con el mantenimiento de antiguas creencias que, como la magia, conducían al conocimiento y manejo de las leyes espirituales del universo. En 1463, Cosme de Médici encargó la traducción de la obra de Hermes Trimegisto, que se suponía escrita en el antiguo Egipto, pero que para para muchos data de los primeros siglos de la era cristiana y que es la piedra angular del movimiento hermético o gnóstico (de gnosis, conocimiento).
La adivinación mediante el Tarot fue una actividad frecuente en el nacimiento de la Era Moderna y los sistemas de símbolos desarrollados por los cartománticos para el conocimiento de la realidad presente y futura son claramente deudores de otros métodos de adivinación practicados por los magos, entre ellos la lectura del vuelo de las aves y de las entrañas de los animales sacrificados.
Prácticas de simple hechicería, adivinación, astrología, lectura de barajas y de libros oraculares como el antiquísimo I Ching, de los chinos, o el alfabeto rúnico de los escandinavos, aspectos del Hinduísmo, el yoga y hasta la creencia en la divinidad de civilizaciones extraterrestes y su presencia entre los humanos constituyeron desde mediados del siglo XX un conglomerado débilmente articulado que se conoció como movimiento de la "New Age" (<>). La magia ha sido muy perseguida en la Historia (por corrientes religiosas o sociales),y aún hoy, contrastando sus teorías por medio del método científico; aunque en otro tiempos hubiera significado la muerte para el mago.
Brujería
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Para otros usos de este término, véase Brujería (desambiguación).
El Aquelarre de Goya, donde el macho cabrío encarna a la fuerza del Dios, equilibrante y activa del UniversoBrujería es la denominación más común que se le ha otorgado a la Antigua Religión, que es el conjunto de creencias y rituales cuyos orígenes datan de las primeras sociedades organizadas. Según los conceptos más comunes y aceptados, la Brujería es una creencia de parámetros más o menos organizados, cuyos principales creencias y vínculos sociológicos e históricos están relacionados con la armonía Universal y la adoración a la Diosa Madre, representación de la naturaleza.
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Historia
La brujería, mejor conocida bajo el término de Antigua Religión, tiene su origen en las primeras religiones animistas, surgidas en los Eras de Hierro y Bronce. Tales tendencias, veneraban a la naturaleza como dadora de vida y al orden Natural, como una presencia femenina, denominada La Diosa. Tal divinidad, tenía en El Dios (posteriormente conocido como macho cabrío o en una acepción más contemporánea como el Dios Pan e identificado deliberadamente por la Iglesia católica como el diablo) su equilibrio o contraparte, formando así una yuxtaposición de ambas tendencias, a partir de la cual el mundo y todos sus valores tenían una coherencia absoluta.
Es común, confundir el término brujería o Antigua Religión con la acepción moderna wicca. Ambas tendencias se diferencian entre sí, por las corrientes de las cuales se han nutrido a través del tiempo, y por supuesto, su permanencia temporal. Mientras que la Brujería ha sido considerada una forma de religión primitiva que lentamente se transformó en un estilo de vida y que abarca innumerables tradiciones y se alimenta de variadas fuentes históricas y sociales, la "Wicca" no es más que una reconstrucción actual de rituales y modos de la llamada Magia celta. Su fundador, Gerard Gardner, (que en 1954 publicó su libro Witchcraft Today, que fue en cierta manera el precursor de todos los más modernas investigaciones sobre la magia ritual) formuló la teoría Wicca a partir de la mezcla de ritualismo celta, elementos italianos y Antiguos rituales de brujería adaptados a un propósito común.
Es por tanto erróneo, considerar a la Brujería y a la Wicca conceptos análogos. Aunque es innegable su relación, debido a que comparten creencias, algunas festividades y concepciones básicas, no pueden ser tomadas como idénticas u originalmente compatibles. La brujería proviene de innumerables tendencias, además de proceder de una Tradición oral, vinculada básicamente a un tronco familiar o a un grupo en específico.
El investigador Brian P. Levak, en el trabajo "La caza de brujas en la Europa moderna", establece que cuando los europeos modernos (a partir del siglo XV) hablan de brujería, lo hacen en el sentido de magia en general, pero más frecuentemente en el de magia nociva. Sin embargo, la magia Blanca, o magia natural, fue natural y de hecho, un sistema de valores étnicos y éticos vigentes durante siglos, en Países como Italia, España y Francia. La campaña de la Iglesia Católica romana contra la magia, ya rechazada en los tiempos bíblicos ( referencias en la biblia Judaica), se convirtió así en cruzada contra personas a las que se acusaba de pactos con el diablo. A las brujas se atribuyeron desde asesinatos y propagación de enfermedades, hasta la destrucción de cosechas mediante la incineración de sustancias encantadas o la impotencia de un recién casado, escondiendo en su cama una correa con nudos. A esas prácticas se las llamaba, en latín, maleficia (maleficios).
Las habladurías populares decían en Europa medieval y moderna que las brujas se reunían con el diablo en el sabat o aquelarre, asamblea a la que llegaban volando en escobas encantadas. En el sabat se realizaban misas negras (parodia de la misa católica) y frecuentemente había orgías sexuales. Tales aseveraciones tenían su origen en la máxima Católica de considerar que: "Todo lo que no proviene de Dios, es satánico".
Las noches de brujas, que movilizaban supuestamente a todas hacia sus sitios de reunión en los montes, correspondían significativamente a las épocas del año en que, en el neolítico, se realizaban ritos de fertilidad, para lograr que la naturaleza no muriera en el invierno y concediera buenas cosechas en el verano. Las principales reuniones se celebraban el 31 de julio y el 1 de febrero. De este modo, la brujería permanecía subterráneamente ligada a las religiones panteístas germánica y celta.
La acusación de brujería era muy grave. Sirvió para culpar de herejía a muchos inocentes a fines de la Edad Media y comienzos de la Era Moderna. Miles de personas fueron conducidas ante tribunales civiles o eclesiásticos, y muchas de ellas fueron condenadas y ejecutadas, después de que se las obligaba a confesar mediante torturas, y sin derecho a defensa. Los investigadores ofrecen números muy distintos de ejecutados a lo largo de los siglos XIII, XIV, XV, XVI y XVII. Las cifras oscilan entre 100.000 y medio millón.
La oposición de la Iglesia a la magia fue un lógico desarrollo de su prédica para extirpar el paganismo de las antiguas colonias romanas. Pero a partir de la creación del Tribunal de la Inquisición, en el siglo XIII, la oposición y el rechazo se convitieron en persecución y enjuiciamiento sistemáticos, en el marco de la lucha general contra las herejías y disidencias, y con el fin de unificar la ideología y la práctica del catolicismo.
El instrumento más brutal destinado a dirigir la caza de brujas fue el Malleus Maleficarum, el conocido "Martillo de las brujas", escrito en 1486 por los monjes dominicos alemanes Heinrich Kraemer y Johann Sprenger. Este código indicaba cómo reconocer a las brujas (las manchas en la piel eran un signo, por ejemplo) y enseñaba contra ellas diversas formas de tortura. También instruía sobre cómo realizar interrogatorios intencionalmente confusos y contradictorios para desconcertar a las acusadas y lograr que finalmente se traicionaran y traicionaran a otras. Una paradoja del libro es su afirmación de que las brujas existen, y negarlo es incurrir en falta y hacerse sospechoso de brujería.
Especialmente notable es la descarnada misoginia del "Martillo...", que se atenía al principio "la hembra es más amarga que la muerte" y sostenía la tendencia natural de la mujer al desenfreno sexual. Como el diablo es masculino, las mujeres no podían hacer otra cosa que sometérsele.
Una de las últimas cacerías de brujas tuvo lugar en Salem, Massachusetts, Estados Unidos, en 1692. Dieciocho personas fueron ahorcadas y dos murieron en prisión por acusaciones de brujería. Los procesos y ejecuciones de Salem fueron recreados por el dramaturgo Arthur Miller en una obra estrenada en 1953, cuando funcionaba una comisión que investigaba "actividades antiamericanas" (comunismo) en los Estados Unidos. Desde entonces, la expresión "caza de brujas" se aplica metafóricamente a cualquier persecución de tipo ideológico.
Con el nombre de brujos se identifica también en América a los médicos o chamanes de las tribus indígenas.
2006-08-19 12:14:32
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answer #1
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answered by Anonymous
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