Para nosotros los católicos la devoción a la Santísima Virgen es primordial, es nuestra intercesora entre nosotros y Jesús, pero nunca ha sido considerada por arriba de su hijo, como alguien te comentaba respeta y no te preocupes por nuestras devociones que no le hacen daño a nadie, pero te dejo un articulo que posiblemente te ayude a comprende mas esa " veneración" que tanto te quita el sueno,espero lo leas, respeta nuestras creencias como yo respeto las tuyas.
Autor: P. Jorge Loring
La Devoción a la Santísima Virgen
María es nuestra madre, pues es madre de Jesucirsto, que es cabeza del Cuerpo Místico de Cristo
La Devoción a la Santísima Virgen
3. La Santísima Virgen es nuestra Madre del cielo.
María es nuestra madre, pues es madre de Jesucristo, que es cabeza del Cuerpo Místico de Cristo69. La madre de la cabeza, es también madre de todos los miembros del mismo cuerpo. Y nosotros somos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Por eso María es madre nuestra70. Pablo VI el año 1964 en el discurso de clausura de la 3ª Sesión del Concilio Vaticano II la proclamó Madre de la Iglesia.
«Lo que el título "Madre de la Iglesia" expresa (...) se refiere, no a cada individuo, sino al organismo completo, al Cuerpo Místico de Cristo, al pueblo cristiano, al pueblo de Dios, a la Iglesia como familia divina en la Tierra, con sus fieles y sus pastores»71.
Que Jesús encargue a Juan que se ocupe de su Madre es perfectamente normal; lo que no es normal es el encargo paralelo a María diciéndole que cuide con cariño de Juan. Esto parece innecesario. Si Juan se va a encargar de María la correspondencia de ella era evidente. Insistir en ello parece superfluo y poco delicado. Toda mujer normal no necesita que se lo digan. Lo hace espontáneamente. El encargo de Jesús supone un contenido teológico trascendental. En Juan estamos todos representados. Además, allí presente estaba la madre de Juan. Encargar Juan a María sería ofensivo para su madre María Salomé. No hay duda de que en las palabras de Jesús hay un sentido más profundo de lo que parecen indicar: Jesús entrega una MADRE a la HUMANIDAD. Estas palabras tienen un sentido trascendental, dicen relación a todos los hombres, tienen sentido universal72.
María es madre física de Jesús y madre espiritual de los hombres73. Debemos amar a María y honrarla de todo corazón. Así daremos gusto al Señor que, como todo hijo bien nacido, se alegra de ver a su Madre Santísima honrada y amada74.
Para valorar las cualidades de María, bastaría caer en la cuenta de que Cristo pudo hacer a su Madre a su gusto. ¿Cómo hubieras tú dotado a tu madre si esto hubiera estado en tu mano? Cristo pudo hacerlo y era omnipotente.
La Santísima Virgen es la mujer más grande que ha existido en el mundo75 María Santísima es la criatura más excelsa que ha salido de las manos de Dios.
Por eso dice la Biblia que es «bendita entre todas las mujeres»76 , y que la «llamarán bienaventurada todas las generaciones»77.
Debemos acudir a la Santísima Virgen en todas nuestras penas y tentaciones. Ella lo puede todo, pues Dios todo se lo concede78, porque es la Madre de Cristo, y porque nunca tuvo pecado, ni siquiera el original.«María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida»79.
Por eso San Lucas la llama «llena de gracia»80.
El hecho de que María Santísima haya sido preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción, en el seno de su madre Santa Ana, es lo que queremos expresar al decir la «Inmaculada Concepción».
La Iglesia celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de María desde el siglo VII81.
El pueblo español veneraba a la Inmaculada Concepción muchos años antes de ser definida. El mismo Murillo pintó sus treinta cuadros de la Virgen Inmaculada, trescientos años antes de la definición dogmática82.
El mismo pueblo español, siglos antes de que se definiese el dogma de la Inmaculada, cantaba:
«Si quiso y no pudo, no es Dios;
Si pudo y no quiso, no es Hijo;
Digamos, pues, que pudo y quiso».
Y Escoto, con estilo conciso, dijo: «Potuit, decuit, ergo fecit»: «Pudo hacerlo, convino hacerlo, luego lo hizo»83.
El dogma de la Concepción Inmaculada de María fue definido, el 8 de diciembre de 185484, por el Papa Pío IX.
«El crecimiento de María, que partió ya de una santidad superior a la de toda otra simple criatura, y que no sufrió interrupción, alcanzó al final de su vida terrena, un ritmo asombroso y una cumbre altísima»85.
La redención de María fue preventiva en atención a que iba a ser Madre de Dios86.
Lo mismo que hay medicinas curativas y otras preventivas, que evitan contraer la enfermedad. La redención de María fue preventiva, pues la preservó de todo pecado.
Dios pudo haber hecho que Jesucristo apareciese en el mundo en edad adulta, pero no quiso. Se lo entregó a María. Lo puso en sus manos. Dios ha querido servirse de ella en la encarnación, en la redención y en la salvación de todos los hombres87.
Cristo nos lleva al Padre: «Nadie va al Padre sino por Mí»88 .Cristo es el mediador con el Padre89. Así lo dice San Pablo en su carta a Timoteo.
Pero como dijo el Papa Juan Pablo II en su tradicional audiencia de los miércoles, el 1º de Octubre de 1997, las palabras de Pablo excluyen toda mediación paralela, no una mediación subordinada, como es la de María90.
Cristo es mediador principal, porque nos ha redimido por sus propios méritos. Sin dependencia de otra persona. María es el camino para llegar a Cristo. En Belén lo presentó a pastores y reyes, en Caná es intercesora, al pie de la cruz es corredentora, y en el cenáculo ora por todos.
María es la mediadora secundaria, subordinada a Cristo91. Es mediadora porque intercede por nosotros. El Concilio Vaticano II dice de María que «su múltiple intercesión nos obtiene los dones de la salvación eterna»92.
4. En las iglesias suele haber muchas imágenes de la Virgen: del Carmen, del Rosario, de los Dolores, de las Angustias, de los Remedios, del Socorro, de la Consolación, de la Misericordia, de la Paz, etc. Es que María Santísima tiene muchos títulos y prerrogativas. Cada pueblo tiene su Virgen, su Patrona. Pero todas son imágenes o retratos de la única y verdadera Virgen María, que está en el cielo en cuerpo y alma93. Esta elevación de María al cielo en cuerpo y alma se llama Asunción. La Asunción fue declarada dogma de fe, por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950 por la bula "Munificentissimus Deus", con estas palabras:
«Pronunciamos, declaramos y definimos que es dogma revelado de fe católica: que la Inmaculada Madre de Dios siempre Virgen María, concluido el tiempo de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la celeste gloria».
«"Ser llevada" se dice en latín "assumi", de donde procede el término "Asunción", de significado pasivo, para distinguirla de "Ascensión" que tiene significado activo, y es el misterio de Jesucristo, quien "subió" a los cielos por su propia virtud, mientras que María "fue llevada".
»La Asunción de María tiene dos significados: El uno es, NEGATIVO, en cuanto supone que su cuerpo santísimo no sufrió la corrupción del sepulcro; y otro POSITIVO, que significa la glorificación del mismo cuerpo, la cual a su vez supone la resurrección anticipada»94.
«La Iglesia profesó desde los primeros siglos la fe en la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma a los cielos. Esto lo podemos comprobar por la liturgia de la Iglesia desde el principio y por los documentos de los Padres y Doctores de la Iglesia»95. La fiesta de la Asunción se celebraba ya el 15 de agosto por los años 500 después de Cristo.
5. Una de las mejores devociones a la Santísima Virgen es el rezo del Santo Rosario. Si puedes rezarlo en una iglesia, mejor. Si no, rézalo en cualquier rato libre, o mientras te viene el sueño. Te aconsejo que hagas un esfuerzo por rezarlo, pues es un obsequio muy agradable a la Virgen, como ella misma lo ha dicho en Lourdes y Fátima. Y mejor todavía si lo rezas en familia. Es ésta una práctica muy cristiana. Procura introducir en tu casa esta costumbre, si no la tenéis ya; pues une mucho a la familia. Al final de este libro, en los Apéndices, tienes el modo de rezarlo. Rezado en una iglesia o en común, tiene indulgencia plenaria.
Si rezarlo entero te resulta largo, reza un misterio cada día.
«El cristiano que tiene el Rosario en una mano, la Biblia en la otra y a Cristo en su corazón es un cristiano invencible»96.
El rezar a la Virgen es una devoción muy bonita. María es la mujer más digna de amor que ha existido jamás. Es un amor que dignifica y engrandece. Su dulce recuerdo puede protegerte contra tentaciones que están en el extremo opuesto de la pureza.
Otra recomendable devoción a la Virgen es el Santo Escapulario. Fue una revelación a San Simón Stock, General de los Carmelitas, en el siglo XIII. La Virgen le prometió que quien muera llevando el Escapulario del Carmen no se condenaría. Este escapulario debe ser impuesto por un sacerdote, y hay que rezar diariamente tres Avemarías. El escapulario de tela puede ser sustituido por una medalla que lleve por un lado la imagen del Corazón de Jesús y por el otro una imagen de la Virgen97. Así lo concedió el Papa.
6. Tener devoción a María es prenda de salvación. Todo el que rece diariamente en su honor tres Avemarías conseguirá una ayuda especial para tener una buena muerte, según revelación de Dios a Santa Matilde98 , y como lo demuestra una larga experiencia.
«Recuerden, pues, los fieles que la verdadera devoción a María no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en vana credulidad; sino que procede de la fe verdadera por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes»99. Sobre todo su amor a Cristo, su fe firme en la Anunciación, y su fidelidad hasta la cruz.
Los protestantes nos acusan a los católicos de que adoramos a la Virgen María, pero esto es una calumnia. Todos los católicos sabemos que la Virgen no es Dios. Y la adoración es exclusiva de Dios. Nosotros no adoramos a la Virgen Santísima, sino que la honramos y veneramos porque es Madre de Dios. Por eso en el Avemaría decimos «ruega por nosotros». En las letanías del Rosario, cuando nos dirigimos a Dios decimos «ten misericordia de nosotros». En cambio, cuando nos dirigimos a la Virgen decimos «ruega por nosotros». Acudimos a María para que Ella nos lleve a Dios.
A Dios se le tributa un culto de «latría», que es adoración. A los santos un culto de «dulía«, que es veneración. El culto a María es de «hiperdulía», porque ella está por encima de todos los santos100.
________________________________
SAN PABLO: Carta a los Efesios, 1:22regresar
JUAN RIVAS, L.C.: Fe y Evangelio. En INTERNET, www.hombrenuevo.orgregresar
JOSÉ A. ALDAMA, S.I.:Temas de Teología Mariana, IV, 5. Ed. Apostolado de la Prensa. Madrid.regresar
IGNACIO LARRAÑAGA: El silencio de María, IV, 3. Ed. Paulinas. Madrid.regresar
ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: La Virgen María, 2ª, VI. Ed. BAC. Madrid.regresar
Concilio Vaticano II: Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 66regresar
ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.: Teología de la salvación, nº111. Ed. B.A.C. Madrid.regresar
Evangelio de SAN LUCAS, 1:42regresar
Evangelio de SAN LUCAS, 1:48regresar
ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.: Teología de la salvación, nº111. Ed. B.A.C. Madrid.regresar
Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 494regresar
Evangelio de SAN LUCAS, 1:28regresar
FELIPE CALLE, O.S.A.: Razona tu Fe, XVI, 4. Ed. Religión y Cultura. Madridregresar
TIHAMER TOTH: La Virgen María, III, 3, a. Ed. Rialp. Madridregresar
JESÚS Mª GRANERO, S.I.: Credo - Jesucristo, XV. Ed. Cerón. Cádiz. 1943regresar
DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº 1641. Ed. Herder. Barcelonaregresar
JOSÉ MARÍA CARDA PITARCH: El misterio de María, 2ª, V, 5. Ed. Atenas. Madrid. 1986.regresar
ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Jesucristo y la vida cristiana, n.199. Ed. BAC. Madridregresar
Concilio Vaticano II: Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 62regresar
Evangelio de SAN JUAN , 14:6regresar
SAN PABLO: Primera Carta a Timoteo, 2:5regresar
Boletín informativo del Vaticano en INTERNET del 1-X-97 (ZE971001-6)regresar
ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: La Virgen María, 2ª, VIII, 146. Ed. BAC. Madridregresar
Concilio Vaticano II: Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 60ssregresar
Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 974regresar
INTERNET en CHURCH-FORUM: Doctrina Cristiana. www.churchforum.org.mx/Inforegresar
OSCAR PUEBLA, S.H.M.:La Asunción de María. Revista HOGAR DE LA MADRE,77(VII-97)25regresar
JUAN RIVAS, L. C.: FE Y EVANGELIO. En INTERNET: www.hombrenuevo.orgregresar
JESÚS MARTíNEZ GARCÍA: HABLEMOS DE LA FE, X, 10. Ed. Rialp. Madrid. 1992.regresar
ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: La Virgen María, nº 437. Ed. BAC. Madridregresar
Concilio Vaticano II: Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 67regresar
JOSÉ ANTONIO DE ALDAMA, S.I.: Temas de Teología Mariana, V,1. Ed. Apostolado de la Prensa. Madrid.regresar
2006-08-19 05:13:29
·
answer #9
·
answered by chiomostris 2
·
0⤊
0⤋