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2006-08-18 23:56:02 · 15 respuestas · pregunta de carmengabarre83 1 en Ciencias sociales Psicología

15 respuestas

Buscar la felicidad

Vivimos inmersos en un mundo donde prevalece el bombardeo de información, el auge de las revistas del corazón, programas televisivos dedicados a hurgar en las intimidades de historias personales o mostrarnos también, la importancia de ser divertidos o desprejuiciados.
Nos enfrentamos al opinionismo de todos sobre todo, sin una reflexión analítica, argumentada de los hechos y sus motivaciones.
Pero más grave y mucho más profundo que todo eso, es la angustia, la incertidumbre que nos sacude por estos días, con la fuerza de algo incontenible y abrumador que nos deja impotentes para la lucha.
Hoy, más que nunca, puede parecer un anhelo algo lejano querer alcanzar la felicidad, un deseo desajustado para estos tiempos que corren.
A pesar de ello, y tal vez por ello, todos buscamos la felicidad porque es un derecho y un deber que hace a la esencia espiritual del ser humano.
Marcos Aguinis expresa en cuanto a que todos tenemos ese derecho que "no todos lo ejercen, sino que hay sabotajes y prohibiciones, tanto externos como internos. Las prohibiciones externas derivan de las condiciones que vivimos: persecución, miseria; pero hay otras prohibiciones cuyo origen es interno y nos impiden ser felices aunque tengamos esa posibilidad".
Las circunstancias externas que nos dificultan alcanzar ese estado de serenidad y alegría, son por todos conocidas: en un país en ebullición económica y social como el nuestro, donde los jubilados reclaman atención, los jóvenes y adultos trabajo, seguridad, justicia y tantas otras cosas que hacen a la dignidad de la persona, la felicidad parece ser una meta lejana.
Sin embargo, procurar que la desesperanza y el pesimismo no nos invadan, debería ser nuestro objetivo en estos días: apoyándonos en la familia, en los afectos, en las fuerzas espirituales que cada uno tenemos, fuerzas cimentadas en la perseverancia en el obrar y en el pensar acorde al bien que se comprende.
Todos buscamos la felicidad, pero nunca es un regalo.
Hay que conquistarla y trabajarla con ilusión. Debemos encontrar un proyecto de vida que nos llene lo suficiente como para que motive nuestra trayectoria y justifique la lucha. Un modelo realista y posible a cada uno. Plantearse grandes objetivos de vida que no concuerdan con la personalidad, las fuerzas y las posibilidades de cada uno, sólo puede ocasionar frustración y angustia.
La felicidad se asocia entonces con la fidelidad, es decir lealtad a los principios morales, perseverancia en los ideales nobles, tenacidad en mantener los criterios de conducta a pesar de los oleajes y vaivenes de tantas circunstancias que se nos presentan. "La felicidad no se da en el superhombre sino en el hombre verdadero".
Intentemos pensar la felicidad como un camino, una trayectoria y no como un logro inmediato, una conquista material que implique "tener más", sino "ser más", en cuanto a sujeto moral que educa su conciencia y se proyecta a los demás con el vigor de una fuerza superior orientada en los valores trascendentes de la vida.
Entonces la felicidad se podrá asociar a la paz interior, a la serenidad del alma que sabe que obra y piensa en consecuencia a lo que cree que está bien. Manifiesta Jorge Bucay: "La felicidad de un buscador es recorrer el camino, es animarse a descubrir la vida cada día, es animarse a vivirla, a tocarla, y también es animarse a padecer lo que haya que padecer (...). La felicidad no es una canción, sino saber que soy capaz de cantar".
Quizás, podamos comprender que la felicidad del alma está dada en la paz de la conciencia que sabe que transita el camino correcto, en la serenidad de los pensamientos, en la satisfacción por las cosas sencillas de la vida y en el sentimiento íntimo de gratitud.
Gratitud a Dios por todo lo que se tiene en afectos, en conocimiento, en posibilidades de crecimiento espiritual. El ser agradecido ante la vida, a pesar de todo lo que ésta presente, se fortifica espiritualmente y transmite en su entorno este sentimiento tan noble que lo dignifica.
Buscar la felicidad entonces, implica volver la mirada sobre nosotros mismos para analizar cómo pensamos, cómo sentimos, qué podemos hacer por los otros y en esa reflexión serena de la existencia, encontrar la paz y la alegría por permitirnos revalorizar las cosas importantes de la vida.
"Muy frecuentemente nos olvidamos de que la felicidad no llega como resultado de obtener algo que no tenemos, sino al reconocer y apreciar lo que ya tenemos".
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Buscar la felicidad implica creer que no la tienes y si pasas siempre buscándola es porque piensas siempre que no la tienes, pero cuando dejes de buscarla, inmediatamente la encuentras porque ya no necesitas ser feliz, ya no necesitas de la felicidad porque ya la tienes, porque donde no hay deseo (siempre para ser feliz), hay ausencia de deseo, uno lo tiene todo y es feliz. Aunque el deseo sea satisfecho por cualquier medio, el deseo de ser feliz obteniendo lo que se desea, este deseo satisfecho tampoco es felicidad porque se deseará que siga satisfecho y esto también es deseo y por tanto sufrimiento. Buscas la felicidad porque crees que no la tienes y crees que no la tienes porque la buscas. Buscamos la felicidad porque en el fondo sabemos que existe, que es algo real, sin embargo la búsqueda de la felicidad, a pesar de ser algo absurdo porque ya dicha felicidad ya está aquí, es también algo imprescindible porque la búsqueda de la felicidad nos permite hallarla, nos permite hallar el amor real que hay dentro de nosotros y nos apoyamos en la absurda búsqueda de la felicidad para hallar la felicidad una vez que nos hallamos dado cuenta de que la buscar la felicidad es algo absurdo. Nosotros proyectamos al Universo la idea de encontrar la felicidad y el Universo nos provee de las circunstancias necesarias para que así sea, porque la búsqueda del amor es lo único real que existe en nuestro Universo personal. ¿ Por qué buscamos felicidad aunque sea matando y destruyendo ?. Porque en el fondo sabemos que la felicidad es amor, que es lo único real que existe. ¿ Y por qué no buscamos sufrimiento ?. Porque sabemos que buscar sufrimiento es absurdo y por tanto, automáticamente, la idea de buscar sufrimiento desaparece, no existe esa idea por ser absurda. Todos deseamos felicidad y nadie sufrimiento porque en el fondo de nuestro corazón llevamos a Dios y conocemos el amor, la realidad, lo que es real, porque en el fondo somos reales aunque manifestemos lo contrario, pero en el fondo conocemos la verdad, lo real, el amor. Se puede estar muy poco evolucionado espiritualmente, matar a muchos, pero una muestra de que todos llevamos a Dios dentro, es nuestro deseo por alcanzar la meta real, el amor, la felicidad porque sabemos que esto es real y lo demás es absurdo. Cuando nuestro espíritu se funde en la realidad, en Dios, nos volvemos reales y nuestra consciencia experimenta la realidad tal cual es, y así percibe el amor porque todo se vuelve real, coherente, sin contradicción alguna, todo se vuelve objetivo y claro, y al experimentar la realidad tal cual es, se experimenta el amor de forma consciente, porque ya no hay nada más que se necesite que lo que ya se tiene, y lo que se tiene es lo consistente, no lo disoluble, lo que es verdad y real, no falso y ficticio. Y la realidad es no desear porque la realidad es que ya se tiene todo porque todo está aquí porque todo es real. Por tanto, todo lo que no es real, es absurdo y no existe por ser absurdo, ya que sólo el amor es real dentro de nuestro Universo y nosotros en el fondo o muy en el fondo, lo sabemos porque en el fondo sabemos que lo absurdo no existe. A pesar de ser absurda la búsqueda de la felicidad, sabemos que la felicidad, el amor, es real y lo sabemos porque lo buscamos y lo absurdo automáticamente desaparece de nuestros objetivos porque conocemos a Dios y sabemos que lo absurdo no es real y porque lo absurdo desaparece por ser absurdo y Dios nos enseña el camino para llegar a él creándonos a su imagen y semejanza, y como Dios está dentro de nosotros permanentemente, actúa para eliminar nuestra parte absurda y conducirnos a él, pues él nos revela la verdad y nosotros aprendemos a aceptarla, en principio podemos no querer aceptarla, pero sabemos que la verdad está ahí y antes o después, terminaremos rindiéndonos a ella, como cuando una persona sabe que hace algo mal hecho, porque en el fondo de su corazón conoce a Dios, conoce la verdad. Sólo llegamos a lo real, después de comprender que lo absurdo es absurdo, entonces inmediatamente vemos lo que es real. Hay una búsqueda de felicidad subconsciente que hace que se halle la felicidad buscada. Hay varios caminos y yo busco felicidad, entonces elijo el que me vaya a proporcionarla. Todos los seres del Universo eligen el camino mejor para alcanzar la felicidad pero teniendo en cuenta que para ello es siempre imprescindible ayudarse los unos a los otros pues sólo así podremos llegar, ayudándonos mutuamente, a descubrir cada uno de nosotros la felicidad.
¿Podemos buscar, perseguir la felicidad?

¿Es felicidad ser conscientes de que somos felices? En el instante mismo en que somos conscientes de nuestra felicidad dejamos de ser felices, eso ya no es felicidad. La felicidad, de la misma forma que el amor, no son cosas que podamos perseguir, llegan. Pero si las buscamos, nos evadirán.

La mente y el pensamiento jamás pueden encontrar la felicidad. La felicidad no es, como lo es la sensación, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensación podemos encontrarla una y otra vez, porque siempre la perdemos, pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que podamos recordar es tan sólo una sensación, una reacción a favor o en contra del presente. Lo que se ha terminado no es la felicidad, la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensación, porque el recuerdo es pasado y el pasado es memoria y sensación. La felicidad no es sensación. Podemos recordarla pero no revivirla. La mente, con sus recuerdos y experiencias no puede ser feliz, el reconocimiento mismo impide el vivir el momento presente con toda la plenitud que necesita el ser feliz.



¿Podemos hallar la felicidad por medio de cosas?

¿Qué entendemos por felicidad? Algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Uno desea un coche, lo obtiene y es feliz. Deseamos cosas, el logro, el éxito, llegar a ser virtuosos... y si lo conseguimos somos felices y si no las conseguimos somos desdichados. Así, lo que muchos llaman felicidad es obtener lo que desean.

Buscamos la felicidad por medio de cosas, de pensamientos e ideas, a través de la relación. Por lo tanto, se vuelven sumamente importantes las cosas, la relación y las ideas, no la felicidad. Cuando buscamos la felicidad por medio de algo, ese algo adquiere un valor mayor que la felicidad misma. Buscamos la felicidad en la familia, en la propiedad, en el nombre, entonces, la propiedad, la familia, el nombre, adquieren una extrema importancia, ya que la felicidad es buscada a través de un medio; de esa manera, el medio destruye al fin.

¿Puede la felicidad hallarse a través de algún medio, de alguna cosa hecha por la mano o por la mente? ¡Es tan obvio que las cosas, las relaciones y las ideas son impermanentes, que siempre terminan por hacernos desdichados! Las cosas son impermanentes y se gastan y se pierden; la relación constituye un fricción constante, y la muerte aguarda; las ideas y las creencias carecen de solidez, de permanencia. Buscamos la felicidad en ellas, sin darnos cuenta de su impermanencia. Así es como el dolor se convierte en nuestro constante compañero.



¿Cómo puede llegar a nosotros la felicidad?

Es el "yo", es el "ego", el que desea y quiere obtener las cosas. Es el "yo" el que disfruta, el que desea más felicidad, el que escudriña, el que busca, el que anhela más felicidad, el que lucha, el que se vuelve cada vez más refinado, el que jamás quiere llegar a su fin.

Sólo cuando el "yo", en todas sus sutiles formas, llega a su fin, hay un estado de bienaventuranza que no es posible tratar de adquirir, un éxtasis, un verdadero júbilo libre de todo sufrimiento, de toda corrupción.

Nuestro "yo" sólo es un recuerdo, un conjunto de pensamientos sin realidad objetiva. Cuando la mente trasciende el pensamiento del "yo", del experimentador, del observador, del pensador, puede haber entonces una felicidad incorruptible. Esta felicidad no puede ser permanente -en el sentido con que usamos esa palabra-, pues está más allá al tiempo y al espacio. Pero nuestra mente está siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que continúe. Y ocurre que el deseo mismo de continuidad es corrupción.

Si podemos comprender el proceso de la vida y explorar el río del conocimiento propio, comprenderlos sin condenar, sin decir que es bueno o es malo, entonces surge una felicidad creadora que no es "tuya" ni "mía". Esa felicidad creadora es como la luz del Sol. Si deseamos conservar la luz del Sol para nosotros mismos, ese ya no será más el claro y cálido Sol dador de vida. De igual manera, si deseamos la felicidad porque estamos sufriendo, porque hemos perdido a alguien o porque no hemos tenido éxito, entonces eso es tan sólo una reacción. Pero cuando la mente puede ir más allá, encontramos que existe una felicidad que no pertenece a la mente, y que es el verdadero gozo, el auténtico júbilo.
El hombre, entonces, está llamado a la felicidad. Pero alcanzarla de modo correcto y completo, significa comprender que no es cualquier bien el que puede sustentar la felicidad de la persona. En particular, no es el placer -uno u otro- ni el conjunto o suma de todos los placeres lo que puede dar la felicidad a la persona. Porque el placer no satisface, por una parte, las necesidades más profundas de la persona, como la posesión del bien estable y el conocimiento de la verdad. Y por otra parte, el placer siempre queda atrás. No se lo puede tomar y hacerlo posesión estable. Porque es efímero. Con frecuencia el placer deja remordimiento, amargura y el tener que volver a buscar lo que dio placer una vez, para ver si podemos lograrlo otra vez y así, como en el mito de Sísifo, quien vive para el placer tiene que recorrer de continuo el mismo camino, realizar la misma búsqueda y siempre el placer queda atrás y el alma buscando y anhelando aquello que, por caduco, es como si no fuera.
Cómo encontrar felicidad
La felicidad es un estado mental y, por lo tanto, depende de la mente y no de las circunstancias externas.

Si nuestra mente es pura y apacible, seremos felices sin importar las condiciones externas, pero si es impura y está alterada, nunca encontraremos felicidad por mucho que intentemos cambiar nuestras circunstancias.

La meditación nos permite cultivar estados mentales apacibles y eliminar aquellos que no lo son. Con el estudio y la meditación nos esforzamos por desarrollar tres clases de sabiduría: la que surge de la escucha, la que surge de la contemplación y la que surge de la meditación.

Cuando hayamos desarrollado estas sabidurías por completo, eliminaremos la confusión de nuestra mente. Para tener éxito en el estudio y la meditación, debemos reunir ciertas condiciones internas, como recibir bendiciones, purificar nuestro karma negativo y acumular méritos.

Todo esto se consigue con prácticas como la de confiar en un guía espiritual cualificado, hacer ofrendas, recitar oraciones, etc.
Feliz es aquel cuya fuente de fe y de optimismo no se agota nunca.

Nadie ha descubierto todavía un camino único hacia la felicidad.

Cada uno tiene su propio camino que lo conduce a un estado de paz y de satisfacción.

El mundo podría ser más feliz si los hombre en lugar de sembrar el mal, sembrasen el bien.

Si en vez de dar impulso al cerebro, actuaran más con el corazón.

La mayor satisfacción es secar una lágrima y provocar una sonrisa de felicidad.

Felices los que saben soñar, escuchar el canto de los pájaros y deleitarse con el perfume de las flores.

Existen muchos tipos de riqueza.

La más importante es ser feliz y estar contento con lo que se posee.

Las pequeñas satisfacciones obtenidas son ladrillos con los que podemos construir la propia felicidad.

La plena felicidad consiste en no ser feliz uno solo.

La vida es un fascinante romance compuesto de varios capítulos.

Cada página, es un día vivido, una derrota o una victoria alcanzada.

Nosotros, como autores, debemos dar a ese romance un desenlace armonioso y feliz.

Vivimos el día de hoy alegres y felices. Dejemos nuestra mente y corazón preparados para las sorpresas que enfrentaremos mañana, con el mismo entusiasmo de hoy.

Una familia debe ser como un jardín: con sinceridad, abonar la tierra; con cariño plantar, con amor, recoger los frutos.

En la amistad verdadera nada se pide, todo se recibe.

Quien descubrió la experiencia propia, que la alegría de la vida consiste en dar más que en recibir, encontrará el camino seguro hacia la felicidad.

El ideal humano exige que cada uno sea constructor de puentes que nos permitan unirnos cada vez más.

Unir es armonizar.

La verdadera unión de los seres humanos sólo se realizará cuando todos, en armonía perfecta, se tornen seguidores de las leyes divinas.

Caminar tomados de las manos es la manera aconsejable de llegar con rapidez a las metas.

Quien no sueña con los ojos abiertos, no contempla la belleza del Universo.

Feliz es quien sabe conquistar simpatías y afectos, y cuyo corazón es un imán que atrae la bondad de otros y la bendición divina.

Los proyectos se realizan, las riquezas se acumulan, la paz se conquista, la felicidad necesita encontrarse.

Los triunfadores no necesitan buscar nuevos amigos.

Ellos surgen espontáneamente.

Felices son aquellos que saben encender la luz de la esperanza en la mayor y más temible oscuridad.

Olvidamos con facilidad el cariño recibido, pero dejamos grabadas en nuestro corazón las injurias que nos hacen.

La historia humana se escribe con lágrimas y con el sacrificio de millones de individuos que son olvidados.

La misión de las futuras generaciones es encontrar una nueva manera de escribirla sin sangre y sin lágrimas, pero con mucha humildad, amor y justicia.

Nunca tenemos que querer ser más felices de lo que somos.

Quien sabe renunciar, vive mejor.

Rara vez damos real valor a lo que poseemos.

Sin embargo, exageramos y subestimamos el valor de lo que tenemos, pero que deberíamos tener.

Las ideas del hombre son como notas musicales.

Corresponde a cada uno ordenarlas adecuadamente, para crear una melodiosa sinfonía.

Vivir honestamente es el primer escalón para alcanzar la paz.

La mejor defensa contra la tristeza es querer ser feliz.

Verdadero amigo es quien participa de nuestras alegrías y sufre con nuestro sufrimiento.

Las lágrimas de alegría son semillas para el árbol de satisfacción y de felicidad.

La alegría es un mandamiento que cada uno debería incluir en su "código de leyes" y utilizarlo como regla básica para una vida mejor.

Quien no siembra no puede cosechar.

Seamos buenos sembradores para que podamos recolectar abundantemente.

La bondad no se improvisa, se necesita tenerla para ofrecerla.

Nuestra más grande falla es rehusar ser lo que en realidad somos.

El que acepta los propios fracasos con naturalidad, construye puentes para transponer ríos.

Necesitamos ser conscientes de que tiempos mejores no dependen de otros, sino de nosotros.

Solamente con actitudes valientes, equilibradas y justas estaremos creando condiciones para ello.

Si pretendemos mejorar el mundo, sería bueno comenzar primero por nosotros mismos.

Con las quejas de ayer y con el miedo del mañana, estamos perdiendo la felicidad de hoy.

El dinero es importante para vivir, pero no debe ser el objetivo de la vida

Si no, perdemos la libertad tornándonos esclavos de su valor.

No existe la soledad para el que contempla el azul del cielo, escucha el canto de los pájaros y siente latir el corazón del prójimo.

Perdonar no cuesta nada y nos ofrece mucho.

El odio es el aire viciado que contamina a los hombres.

El más fácil llorar que reir.

Cuando invertimos el orden, somos más serenos y felices.

El ayer, el hoy y el mañana del individuo deben formar un hermoso trío que equilibre su existencia.

No desear lo que no podemos alcanzar nos hace menos envidiosos, más libres y felices.

Quien puede controlarse es creador de su propia felicidad.

Todos estamos sujetos a posibles equivocaciones.

No aclararlas, es continuar caminando en lo oscuro.

Quien no posee nada más que dinero difícilmente podrá comprar la felicidad.

Podemos arriesgar algo importante y duradero si nos inspira la confianza y sentimos el gran mensaje del cual somos portadores.

Seamos apóstoles de los nuevos tiempos; acercándonos a los hombres, practicando la caridad, implantando la justicia y sembrando el amor.

NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA RECOMENZAR LA VIDA

Encontrar el sentido de la vida es descubrir caminos hacia el encuentro con Dios.

Es llenar el gran vacío que dinero ni posición llenan.

Valorice cada instante de su día, pues los momentos pasados no vuelven más.

Es una irreparable pérdida para una vida demasiado corta.

La vida es como un ramo de flores, bello y perfumado, que recibimos con satisfacción.

Cada flor es una alegría, cada espina una decepción.

Pero, es un ramo de flores que apreciamos porque nos gusta.

Un día sin alegría es un día que pasó sin resonar en nuestra vida y que podemos considerarlo perdido.

Sin justicia la vida corre enorme peligro.

Por eso, el gran deber del hombre es ser justo y, con sus obras, motivar a otros conductas semejantes

La vida es una continua lección.

Siempre somos alumnos y nunca nos graduamos.

Los triunfos son pequeñso certificados de lo aprendido.

La felicidad es el diploma final de que comprendimos bien las lecciones.

Con llantos y lamentos nadie consigue solucionar sus problemas.

Las lágrimas forman velos que nos dificultan ver con claridad.

Es noble el respetar opiniones ajenas dominando las propias pasiones.

Es un camino seguro para conquistar amigos y volvernos más dignos.

La dignidad humana es un precioso don que poseemos.

Es símbolo de nuestro carácter que manifiesta el valor ético de nuestros hechos cotidianos.

En la desgracia, muchas veces encontramos a los verdaderos amigos.

Nuestras buenas acciones irradian tanto calor que derriten hasta el hielo de la indiferencia.

Hacer bien no es una ayuda, sino una obligación del hombre.

Ridículos son aquellos que pretenden usar máscaras para parecer diferentes.

Comprender las dificultades de otros nos hace más tolerantes con nosotros mismos.

La solidaridad se aprende en el hogar, pero debemos aplicarla en todos los caminos de nuestra vida.

Callar ante la injusticia cuando se debería protestar, disminuye al hombre haciéndolo cobarde.

Enfermo verdadero es aquel que no cree en su recuperación.

Quien aleja el odio de su corazón, ayuda a diseminar el bien.

Debemos utilizar nuestro poder respetando el prójimo, y nuestras fuerzas en acciones constructivas.

POR AHI NO ENCONTRAMOS LA FELICIDAD porque los tiempos a veces son muy exigentes, ... Creemos que eso empobrece la vida, empobrecer que todos estamos buscando..

2006-08-19 00:22:37 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 2

Porque....la buscamos?
A mi parecer creo que es algo que tenemos que dejar que llegue
Podemos tratar de indicar el camino pero hacerla que llegue? No creo!!
°(**)°

2006-08-22 19:52:15 · answer #2 · answered by LAURA,SOLAMENTE 5 · 0 0

Porque no la buscamos en el lugar adecuado.

2006-08-22 12:59:53 · answer #3 · answered by dependedeti 3 · 0 0

Porque la felicidad está compuesta de pequeños momentos aislados. No podemos ser felices eternamente, no evolucionaríamos.

2006-08-19 15:37:09 · answer #4 · answered by Solange 3 · 0 0

sera talvez por que siempre buscamos en el lugar equivocado,o talvez estamos tan siegos que ya lo encontramos y no nos damos cuenta que esa es la felicidad.

2006-08-19 11:08:06 · answer #5 · answered by yura valorate 2 · 0 0

joder ,lulita la felicidad siempre ha sido pretexto ,la perfeccion total seria como automatas de alli las ansias de lo desconocido.QUE ES LA FELICIDAD?

2006-08-19 09:07:59 · answer #6 · answered by miguel lv3207 1 · 0 0

Porque nos ponemos unas metas demasiado largas para encontrar esa felicidad. Si la buscasemos en cosas más sencillas y cercanas a nosotros, la hallariamos en cualquier rincón. Así de sencillo!

2006-08-19 08:59:56 · answer #7 · answered by jane 2 · 0 0

Porque la buscamos en lugar de construirla con nuestros actos cotidianos. Creemos que la felicidad es algo maravilloso que nos va a suceder alguna vez y para mi son momentos de felicidad que me sorprenden y que no los busque. Algunas veces me hace feliz lo que me sucede a mi y otras veces lo que le sucede a otro. A veces un dia esplendido, otras veces un paisaje hermoso. La felicidad, las veces que la he sentido, fue por pequeñas cosas, como rafagas que pasan y desaparecen. Hay un dicho que dice: "Pongamos el carro en movimiento, que los melones se acomodan solos".

2006-08-19 08:53:42 · answer #8 · answered by Hector Luis 2 · 0 0

Define felicidad y tal vez tengas la respuesta.

2006-08-19 08:27:06 · answer #9 · answered by ahivalhstiapaxti 3 · 0 0

Decía Abraham Lincon "Uno es tan feliz como se lo proponga", la felicidad está en un nuevo amanecer, en la dicha de tener vida, de tener pies y manos, siendo que otros no lo tienen, en tener a seres que nos aman, en tener cuanto se nos ha dado y agradecemos, en el sentir el viento en nuestro rostro, el sentir un abrazo y tener la capacidad para darlo, en el amar a esos niños, en el hecho de poder sonreir y dar lo que nos piden, el saber que tenemos una gran cabeza para pensar y resolver nuestros problemas, en el sentir placer al saber que servimos para algo, en conclusión si no la buscas dentro de tí no la encontrarás, proponte ser feliz el día de hoy y verás que pase lo que pase te sentirás feliz.

2006-08-19 07:43:28 · answer #10 · answered by El Profe 3 · 0 0

La felicidad no existe, por eso no la encontramos

2006-08-19 07:29:58 · answer #11 · answered by Némesis 5 · 0 0

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