En la Gramática del español, el sustantivo es una clase de palabra y en tanto tal puede recibir una caracterización sintáctica, morfológica, semántica y fónica. Sintácticamente se lo caracteriza por tener como función privativa ser núcleo (palabra con mayor jerarquía) del sujeto. Es núcleo de sintagmas a los que les confiere el rango de sintagma nominal y es susceptible de recibir determinante. Desde el punto de vista morfológico, está formado por uno o más monemas, por lo general un lexema más morfemas constituyentes de género y número, y morfemas derivativos o afijos no constituyentes. En cuanto a su forma sensible, es palabra tónica y carga con acento de intensidad, que se desplaza al sufijo cuando lo lleva. Desde un punto de vista meramente didáctico se lo define como el tipo de palabra que significa persona, animal o cosa concreta o abstracta, definición que no sirve para todos los sustantivos ("carrera", "caminata", "actuación", "acción", por caso). En español admite como acompañantes a artículos y otros determinantes y adjetivos que concuerden en género y número con ellos (adyacentes) y a sustantivos en aposición que pueden no concordar. También puede llevar complementos preposicionales, llamados genéricamente complementos del nombre
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Funciones del sustantivo en una oración bimembre de sujeto y predicado
2 Sustantivación
3 Clasificación de los sustantivos
3.1 Clasificación por género
3.2 Clasificación por número
3.3 Otras formas de clasificación
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Funciones del sustantivo en una oración bimembre de sujeto y predicado
Núcleo del sintagma nominal sujeto: La niña va a la escuela.
Término de una preposición: La falda de María tiene lunares.
Aposición o apósito, esto es, modificador de otro sustantivo en relación de aposición con él: Ese río, el Tajo; Madrid, la capital.
Atributo de un adjetivo: Me gusta el color verde mar.
Complemento (modificador sin preposición) del verbo El sustantivo puede ser:
Objeto directo que es cosa: Me he comprado un coche nuevo.
Complemento circunstancial: Los niños juegan al fútbol los sábados.
Complemento predicativo: La asamblea eligió presidente a Pedro.
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Sustantivación
La sustantivación es el cambio de función de una palabra que no pertenece a la categoría de los sustantivos que pasa a desempeñar una de las funciones de los nombres. En la sustantivación tiene gran importancia añadir artículos a las categorías gramaticales para transformarlos en sustantivos. Por ejemplo:
Un adjetivo sustantivado que hace función de sujeto: "Lo innovador parece atractivo".
Un adjetivo sustantivado que hace la función de objeto directo: "Quiero los verdes".
Un adverbio sustantivado que hace la función de sujeto: "El sí de las niñas".
Una proposición subordinada adjetiva sustantivada: "Le voy a entregar dulces a quienes tengan las manos limpias".
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Clasificación de los sustantivos
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Clasificación por género
Artículo principal: Género gramatical
Según el género, en castellano, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos masculinos: El género masculino de un nombre se determina añadiendo el morfema de género –o. También anteponiendo un artículo masculino el, un. Los nombre geográficos, los días de la semana, los meses del año, los puntos cardinales y los números son masculinos. Hay algunas excepciones ya que palabras que acaban en –o son femeninas como la foto, la mano, la moto.
Sustantivos femeninos: En el español, los nombres de las cosas y de muchos animales han tomado género masculino o femenino debido a un proceso histórico caprichoso; no hay una razón lógica por la que libro tenga que ser una palabra masculina y estación una palabra femenina.
Las normas para distinguir o transformar el género de los sustantivos son:
Si el nombre en masculino termina con -o, en femenino termina con el morfema de género -a. Existen excepciones como el día, el mapa y muchas palabras de origen griego que terminan en -ma y -ta son masculinas, no femeninas como el clima, el cometa, el crucigrama, el drama, el fantasma, el idioma, el panorama, el planeta, el poema, el poeta, el problema, el programa, el sistema, el telegrama, el tema.
Los sustantivos que en masculino no llevan el morfema de género o terminan en consonante, el femenino se forma añadiendo el morfema –a, por ejemplo: profesor - profesora, león – leona.
Los sustantivos que terminan en -dad, -tad, -ie, -ión, -sis, -ez y –triz, como la verdad, la libertad, la calvicie, la infección, la tesis, la vejez, la actriz, son femeninos, con las excepciones de “el análisis, el énfasis, el juez”.
Las letras del alfabeto son femeninas.
Los números cardinales son masculinos.
Los sustantivos que terminan en -esa, -isa, -ina o –triz son femeninos, cuyos nombres masculinos no poseen morfema de género masculino. Por ejemplo de príncipe - princesa, poeta - poetisa, héroe - heroína, emperador – emperatriz, gallo – gallina, actor – actriz.
Heterónimos. El masculino y el femenino son palabras distintas, por ejemplo hombre - mujer, toro - vaca, caballo - yegua, padre - madre, yerno - nuera.
Sustantivos que tienen una forma invariable para el masculino y el femenino. El artículo y el modificador indican el género: el - la artista, el - la astronauta, el - la atleta, el - la ciclista, el - la guía, el - la estudiante, el - la intérprete, el - la modelo, el - la periodista, el - la testigo, el - la turista.
Sustantivos que se refieren a profesiones tienen diferentes formas: el abogado/la abogada, el doctor/la doctora, el ingeniero/la ingeniera, el jefe/la jefa, el secretario/la secretaria, el traductor/la traductora. El grado de aceptación que tienen estas palabras entre los hablantes depende, muchas veces, de diferencias dialectales que son las diferencias de frecuencia de uso en determinadas regiones.
Sustantivos que cambian de significado dependiendo del género, por ejemplo: el capital - la capital, el cometa - la cometa, el corte - la corte, el cura - la cura, el frente - la frente, el orden - la orden, el Papa - la papa.
Sustantivos cuyo género es ambiguo: el azúcar - la azúcar, el mar - la mar, el calor - la calor, el margen - la margen. Se debe también, en muchos casos, a diferencias dialectales.
Sustantivos de ambos sexos. Por norma general, cuando hay un solo elemento masculino, sin importar cuántos femeninos haya, el conjunto se considera gramaticalmente masculino.
Epicenos. Los nombres de animales que no tienen palabras diferenciadas se refieren a los dos sexos: hormiga, liebre, lagarto.
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Clasificación por número
Artículo principal: Número gramatical
Según el número, en castellano, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos singulares: Si el número de objetos a los que hace referencia el nombre es único. En singular, los sustantivos no tienen ningún morfema de número.
Sustantivos plurales: Si el número de objetos a los que hace referencia el nombre son varios o más de uno.
Las reglas de pluralización son las siguientes:
Si el sustantivo termina en vocal no tónica, se añade -s: sala - salas, coche – coches.
Los sustantivos terminados en -é (acentuada) también hacen el plural en –s: bebé – bebés.
Si el sustantivo termina en -í o -ú (tónicas), se añade -es: esquí - esquíes, ñandú - ñandúes. Se está generalizando el pluralizar estas palabras añadiendo sólo -s (esquís, ñandús) como parte de un proceso de regularización del sistema morfológico del español. Algunas gramáticas establecen que las palabras terminadas en -á (tónica) se les añade también –es al hacer el plural (faralá - faralaes).
Si el sustantivo termina en consonante (excepto z), se añade -es: papel - papeles, álbum - álbumes. La gran mayoría de las palabras que terminan en -y siguen esta regla como ley - leyes, rey - reyes. Sin embargo hay excepciones como palabras cuya y en el plural suena [i], no [y]: jersey - jerséis.
Si el sustantivo termina en -z, ésta se cambia a c y se añade -es: lápiz - lápices, matiz – matices.
Los sustantivos que acaban en -s o -x y no son agudos, permanecen invariables para formar el plural: el viernes - los viernes, el tórax - los tórax, el virus – los virus, el cumpleaños – los cumpleaños.
Sustantivos que sólo admiten la forma singular: el cénit, el este, el oeste, el norte, el sur, la sed, la salud.
Sustantivos que sólo admiten la forma plural: las gafas, las nupcias, las tenazas, las vacaciones, los víveres.
Sustantivos que se pueden usar en su forma singular y plural: el pantalón/los pantalones, la tijera/las tijeras.
Los apellidos tienden a no pluralizarse, pero se está haciendo más común la pluralización entre los hablantes de español: los González, los García o los Garcías, los Navarrete.
En los sustantivos compuestos, sólo el segundo elemento puede pluralizarse, siguiendo las reglas de pluralización: la pelirroja - las pelirrojas, el ferrocarril -los ferrocarriles.
Las siglas no tienen plural: los GAL, las ONG.
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Otras formas de clasificación
Según la naturaleza, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos comunes: Permiten nombrar a todas las personas, animales o cosas de la misma clase o especie, sin particularizar su significado como hombre, caballo, casa. Agrupan los objetos que denominan por sus características, sin expresar rasgos distintivos. Por eso, se consideran sustantivos genéricos.
Sustantivos propios: Distinguen o particularizan a cada individuo de los demás de una misma clase, especie o género. Se aplican a un solo ser, persona, animal o cosa. Por eso, se consideran sustantivos individuales. Los nombres de las personas y de los países son nombres propios. Los sustantivos propios se escriben SIEMPRE con letra inicial mayúscula.
Sustantivos concretos: Son nombres de cosas que pueden percibirse con los sentidos del cuerpo o que imaginamos como reales, como por ejemplo mesa, niño, reloj, duende, hada, etc.
Sustantivos abstractos: representan conceptos independientes (inmateriales) y designan por tanto entidades que no se perciben con los sentidos del cuerpo, sino con la mente, como por ejemplo nación, engaño, amor, odio, contradicción, bondad, virtud, honradez. Los sustantivos abstractos los podemos clasificar en:
Abstractos de fenómeno: Están relacionados con sustantivos que designan acciones, estados o sus efectos, por ejemplo lectura, caminata.
Abstractos de cualidad: Están relacionados con adjetivos y designan cualidades o propiedades de los objetos o de los seres, por ejemplo belleza, maldad.
Abstractos de números o cuantitativos: Cuantifican tanto de forma precisa como de forma imprecisa, por ejemplo cantidad, montón.
Según la forma, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos individuales: Son sustantivos que en su forma singular, nombran a un solo ser como pluma, árbol, rosa. Designan a un único ser, pero admiten el morfema del plural para designar a más de uno.
Sustantivos colectivos: Son sustantivos que poseyendo una estructura de singular, nombran a un conjunto de número indeterminado de seres o cosas como plumaje, bosque, rosaleda, muchedumbre, gentío, bandada, coro, alameda. Tienen inherente la idea de pluralidad sin necesitar un morfema que lo exprese, pero no en el sentido de uno más uno, sino en cuanto a conjunto colectivo formado por varias unidades de la misma cosa designada.
Según la composición del sustantivo, los nombres se clasifican en:
Sustantivos simples: Son los sustantivos que están formados por una sola palabra.
Sustantivos compuestos: Son sustantivos que están formados por dos palabras simples, como por ejemplo anteojos, pararrayos, cascanueces, aguardiente.
Según el origen de los sustantivos, los nombres se clasifican en:
Sustantivos primitivos: Las palabras primitivas son las que sirven de cabeza de serie a una familia, funcionando como raíz de las palabras derivadas de ellos. Los sustantivos primitivos sólo están formados por un lexema básico y optativamente por morfemas de género y número. Por ejemplo pan.
Sustantivos derivados: Las palabras derivadas nacen de las primitivas, cuando se les agrega sufijos o prefijos, como por ejemplo panadería, panadero, inmortal , mortal. Hay distintos tipos de nombres derivados que son:
Sustantivos aumentativos: Son los sustantivos que designan a personas, animales, cosas o fenómenos de gran tamaño o alto grado de intensidad, como por ejemplo niñote, perrazo, arbolote, sillota, ruidazo.
Sustantivos diminutivos: Son los sustantivos que designan a personas, cosas, animales y fenómenos que se caracterizan por su pequeñez, poquedad o menor grado de intensidad, como por ejemplo niñita, gatito, manzanita, mesita, viejecita.
Sustantivos despectivos: Son los sustantivos que designan a personas, animales, cosas y fenómenos que son tratados con desprecio o desdén, o vistos como inferiores, como por ejemplo jovenzuelos, mosquillo, plantucha, libraco.
Sustantivos gentilicios: Son los sustantivos que se derivan del lugar de nacimiento (país, región o estado) de personas, animales o cosas, como por ejemplo, español peruano, sueco, suizo, panameño, argentino, danés.
Sustantivos patronímicos: Son los sustantivos que se derivan de algún nombre propio. Por ejemplo los apellidos de origen español se formaron originariamente a partir del nombre de pila. Normalmente acaban en -ez. Se da el nombre de patronímicos a todos los apellidos. Por ejemplo de Gonzalo – González, de Fernando – Fernández.
Según la vida que posean los nombres que designan, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos animados: Nombran seres considerados vivientes, como por ejemplo perro, gato, hombre, persona, niño, Anastasio.
Sustantivos inanimados: Nombran seres inertes, como por ejemplo, papel, cristal, piedra, cigarro, carta.
Según la contabilidad de los nombres:
Sustantivos contables: Señalan entes que se pueden contar, por ejemplo cinco niños, tres rocas, trece euros. Los sustantivos contables se combinan con cuantificadores plurales sin alterarse semánticamente.
Sustantivos incontables: Señalan realidades que no se pueden contar salvo al referirse a clases o variedades distintas, por ejemplo leche, humor, aire, humo, basura. Los sustantivos incontables solamente pueden combinarse con cuantificadores en singular sin modificar su significado. Sólo admiten numerales cardinales o cuantificadores plurales cuando indican una clase o modalidad. Por ejemplo: tres vasos de leche - muchos vasos de leche - mucha leche. Los humos emitidos por los ácidos suelen ser nocivos. Existen casos en los que sustantivos incontables tienen distintos significados o matices en plural, por ejemplo aires de grandeza, aires de cambio, malos humos, aguas cálidas, aguas internacionales
2006-08-13 15:37:13
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answer #1
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answered by Gabiota 6
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