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2006-08-10 06:27:43 · 8 respuestas · pregunta de ceci_agenda05 1 en Arte y humanidades Otros - Arte y humanidades

8 respuestas

Machu Picchu (quechua: Machu pikchu; “montaña vieja”) es una ciudadela construida durante la época del Imperio Inca, en el Perú. Es una de las joyas arquitectónicas y arqueológicas más importantes de los incas.

Ubicación
La ciudad sagrada de Machu Picchu está ubicada 130 kilómetros al noroeste del Cusco, en la cresta del cerro Machu Picchu en el valle de Urubamba, a 2.200 metros de altura sobre el nivel del mar.

La ubicación de la ciudadela era un secreto militar, pues barrancos profundos, al borde de un abismo, y montañas agrestes eran la mejor defensa natural.


Centro arqueológico

Avenida en Machu Picchu.Es uno de los centros arqueológicos más destacados, el más importante de Sudamérica y, por ende, el atractivo turístico más visitado en el Perú.


El Santuario de Machu Picchu
Desde 1981 se declaró como Santuario Histórico, con una superficie de 32.592 hectáreas, que incluyen no solamente la parte arqueológica, sino también la flora, fauna y sus paisajes, destacando la abundante presencia de orquídeas.


Las teorías más firmes sostienen que fue una "llacta" inca: un asentamiento construido con la finalidad de controlar la economía de las regiones conquistadas. Era la llacta más bella del imperio incaico, y habría sido construida con la expresa finalidad de refugiar a lo más selecto de la aristocracia en caso de ataque. Parece ser que se usó en determinando momento como "lugar de descanso" del Zapa Inca y como "observatorio"; luego de la conquista del imperio por parte de los españoles, fue fortaleza de la revuelta de Manco Inca.


Patrimonio de la Humanidad
Machu Picchu fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.


Tres sectores
Según las teorías de los arqueólogos, Machu Picchu estaba dividida en tres grandes sectores: el Barrio Sagrado, el Barrio Popular, al sur, y el Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza (zona residencial).

En la primera zona, dedicada a Inti, la deidad Sol, su divinidad mayor, se encuentran los tesoros arqueológicos principales: el Intiwatana, el Templo del Sol y la Habitación de las Tres Ventanas.

En la zona de habitaciones existió un sector para la nobleza, grupo de casas situadas en hileras sobre una pendiente; la residencia de los Amautas (sabios) caracterizados por sus muros de color rojizo, y la zona de las Ñustas (princesas) con habitaciones de forma trapezoide.

Dentro de la ciudadela supuestamente existió un sector destinado a la cárcel, en donde se aplicaban castigos a los presos, dentro de nichos de roca.

El Mausoleo Monumental es un bloque pétreo, cuyo interior abovedado era utilizado para ritos o sacrificios; sus paredes son labradas.


Arquitectura
Machu Picchu es una verdadera joya arquitectónica. La belleza y el misterio de sus palacios de piedra son realzados por el grandioso paisaje del entorno, casi virgen, de abrupta topografía que la exuberante flora selvática tiñe de verde.


Vista general
Sector urbano.
Vista de Machu Picchu desde el Wayna PicchuLas construcciones han sido levantadas armónicamente sobre la superficie angosta y desnivelada de una colina bordeada por los precipicios del imponente cañón del Urubamba, en el que ruge y serpentea el río 400 metros más abajo. Machu Picchu está ubicado sobre los 2.400 m.s.n.m., en lo alto de una meseta situada entre dos picos de diferente envergadura, siendo el más pequeño, el Huayna Picchu, el que caracteriza tipográficamente el sitio. El nombre original de las ruinas pasó al olvido con los siglos. Machu Picchu es sólo una denominación topográfica, cuyo significado equivale a "cima vieja", así como Hayna Picchu significa "cima joven"; en el presente caso, la traducción debe relacionarse al concepto de volumen significando así "cima mayor" y "cima menor", respectivamente.

Desde su descubrimiento en 1911, Machu Picchu es un auténtico e insoluble enigma arqueológico. Su historia y función siguen intrigando a los estudiosos y tal vez nunca puedan ser aclaradas del todo.

Todas las edificaciones en Machu Picchu siguen el clásico estilo arquitectónico inca: construcciones con muros pulidos de forma regular y junturas perfectas entre los bloques de piedra, sin emplear mortero.

Un par de datos que evidencian el nivel de perfección técnica y arquitectónica que alcanzaron son: primero que entre piedra y piedra no cabe la hoja de un cuchillo y, después, la durabilidad de sus construcciones. Han llegado hasta nuestros días, prácticamente, intactas. Ni el paso del tiempo ni fenómenos geológicos han alterado la estructura inicial.

Es importante señalar, que los incas conocían la forma redonda (al dios Inti, lo representaron así); pero no la rueda. Cómo movían los enormes bloques de piedra que empleaban en sus construcciones es un misterio. Sin embargo, sí conocieron el plano inclinado. Lo que podría aventurar una teoría sobre cómo se las ingeniaron para elevarlos. Lamentablemente, los incas no dejaron registro escrito, debido a que tampoco conocieron la escritura.

En todo el conjunto, se encuentran alrededor de 140 construcciones entre templos, santuarios, plazas y núcleos residenciales. Hay más de cien escalinatas de piedra, muchas veces esculpidas íntegramente en un solo bloque de granito; existe gran cantidad de fuentes de agua interconectadas por canales con desagües perforados en la roca, destinadas al original sistema de riego.

En la actualidad, no es posible explicar cómo los incas pudieron trasladar hasta la cima de Machu Picchu bloques de piedra de hasta veinte toneladas.


Vista desde el Wayna Picchu
Quien suba al cerro sagrado Wayna Picchu será recompensado por una vista de Machu Picchu desde lo alto. El amanecer y el atardecer son los mejores momentos para apreciar la ciudadela y los efectos de luz. Este pico se encuentra a 2620 metros sobre el nivel del mar.





Precipicio
Desde arriba, al borde del mismo Machu Picchu, se puede apreciar un precipicio vertical de 600 metros de altura que termina donde pasa el río Urubamba. La vista y la sensación es poco común.


Descubrimiento y redescubrimiento

Cámara de ornamentos (abajo) y escaleras hasta el IntiwatanaFue el norteamericano Hiram Bingham quien, al frente de una expedición de la Universidad de Yale, descubrió Machu Picchu el 24 de julio de 1911. Sin embargo, en aquella época, la meta de Bingham era otra: encontrar la legendaria capital de los descendientes de los Incas, Vilcabamba, tenida como baluarte de la resistencia contra los invasores españoles, entre 1536 y 1572, Al penetrar Bingham por el cañón del Urubamba, en el desolado sitio de Mandorbamba, el campesino Melchor Arteaga le relató que en lo alto del cerro Machu Picchu existían abundantes ruinas. Alcanzarles significaba ascender por una empinada ladera cubierta de tupida vegetación. Aunque excéptico, conocedor de los muchos mitos que corren acerca de las ciudades perdidas, Bingham insistió en ser guiado al lugar. Llegando a la cima, uno de los niños de las dos familias de pastores que residían en el lugar lo condujo donde, efectivamente, asomaban imponentes construcciones arqueológicas cubiertas por el manto verde de la abigarrada vegetación tropical y en evidente estado de abandono desde hacía siglos. Mientras inspeccionaba las ruinas, Bingham, asombrado, anotaba en su diario: "Would anyone believe what I have found?" (¿Creerá alguien lo que he encontrado?).

Después de su trascendental hallazgo, Bingham volvió al lugar en 1912 y, en los años subsiguientes (1914 y 1915), diversos expedicionarios levantaron mapas y exploraron detalladamente el sitio y los alrededores.

Sus excavaciones, no muy ortodoxas, en diversos lugares de Machu Picchu le permitieron reunir 555 vasijas, aproximadamente 220 objetos de bronce, cobre, plata y de piedra , entre otros materiales. La cerámica muestra expresiones del arte inca y lo mismo debe decirse de las piezas de metal hallados: brazaletes, orejeras, prendedores decorados y aretes, además de cuchillos y hachas. Aunque no se encontraron objetos de oro, el material identificado por Bingham era suficiente para inferir que Machu Picchu se remonta a los tiempos del esplendor inca, algo que ya evidenciaba su estilo arquitectónico.

Bingham reconoció también otros importantes grupos arqueológicos en las inmediaciones: Sayacmarca, Phuyupatamarca, la fortaleza de Vitcos e importantes tramos de caminos (Cápac Ñam), todos ellos interesantes ejemplos de la arquitectura inca. Tanto los restos encontrados como las evidencias arquitectónicas conducen a los investigadores a creer que la ciudad de Machu Picchu terminó de levantarse entre fines del siglo XV e inicios del XVI, en tiempos del denominado "Incario histórico".

Sin embargo, el lugar siguió habitado con posterioridad a la invasión española al Perú, por lo menos durante el siglo XVI. Con el tiempo, Machu Picchu, terminó siendo olvidada o recordada sólo en las brumas de la leyenda.


VentanaMachu Picchu fue descubierta como se dijo, en el siglo XX por el profesor Hiram Bingham el 24 de julio de 1911. Fue un controvertido antropólogo, historiador o, simplemente, un explorador estadounidense aficionado a la arqueología. Este antropólogo de la Universidad de Yale inició los estudios arqueológicos y realizó una investigación de la zona. Bingham acuñó el nombre de "La Ciudad Perdida de los Incas" a través de su primer libro Lost City of the Incas .

En el año 2002, se encontraron vestigios de otro desconocido explorador del siglo XX, cuyas huellas Bingham habría tratado de eliminar para quedarse con el título de descubridor de Machu Picchu.

El descubrimiento le ha sido adjudicado a Bingham, según el investigador del Cusco, Simone Waisbard. No obstante, el hallazgo fue producto de la casualidad, ya que habrían sido Enrique Palma, Gabino Sánchez y Agustín Lizárraga, los primeros en visitar estos restos arqueológicos sobre cuyas piedras dejaron grabados sus nombres el 14 de julio de 1901. Bingham buscaba, en realidad, la ciudad de Vitcos, el último punto de resistencia inca contra los españoles. De manera que, el citado descubrimiento de Bingham, se reduciría a la difusión del hecho para la ciencia. Sin embargo, para él, no fue producto del azar, sino de una extenuante investigación basada en las informaciones proporcionadas por campesinos del lugar, además de varios años de viajes y exploraciones por la zona.

Bingham se llevó 5.000 piezas arqueológicas a su universidad en los Estados Unidos. Hasta la fecha no han sido devueltas, a pesar de los reclamos que desde hace décadas lleva realizando el gobierno peruano.

Actualmente, crece la opinión de que Bingham debiera ser considerado como uno de los mayores ejemplos de expoliación del patrimonio cultural que ha sufrido este país.


Caminos del Inca
Entre los miles de caminos construidos por las culturas precolombinas en Sudamérica, los Caminos del Inca, son uno de los más interesantes. Esta red de caminos convergen en el Cusco, la capital del Imperio Inca. Uno de éstos llegaba hasta la ciudadela de Machu Picchu. Los incas diferenciaron los caminos de la costa del de la sierra; al primero llamaron "Camino de los llanos" y al segundo, "Cápac Ñam".

En la actualidad, cada año miles de turistas recorren los Caminos del Inca (Qhapaq ñan), cerca del Cusco en por lo menos dos jornadas a pie a través de la cordillera de los Andes.


Plaza central y terrazas.
Opinión de Kofi Annan
En su visita a Machu Picchu, el 13 de noviembre de 2003, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que los peruanos deben sentirse orgullosos con esta fortaleza a la que calificó como "legado maravilloso de la peruanidad".


Hermanamiento
En mayo de 2005, la ciudadela jordana de Petra se hermana con aquella de Machu Picchu. Ambos monumentos son centros que destacan a nivel turístico en el mundo por sí mismas y por las propias civilizaciones a las que pertenecieron

2006-08-10 06:33:43 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

1) Machu Picchu
Ciudad perdida de los incas

Erigida peligrosamente sobre la cúspide de una montaña, entre dos picos escarpados de los Andes peruanos, yace una impresionante ciudad abandonada: uno de los enigmas arqueológicos más bellos y fascinantes del Hemisferio Occidental.

Nadie conoce su verdadero nombre, pero los nativos la llaman Machu Picchu, que quiere decir Vieja Cumbre, en honor de una de las dos montañas que la guardan. La otra es Huayna Picchu o Joven Cumbre, más alta que la primera, y que aparece siempre al fondo en todas las fotografías. Una salvaje vegetación escondió sus templos construidos de granito, los acueductos, las fuentes, las tumbas, las terrazas y las incontables escaleras durante más de 700 años, hasta que un joven profesor norteamericano de Historia de Latinoamérica de la Universidad de Yale de New Haven, Hiram Bingham, la descubrió en 1911.

Dos caminos conducen actualmente al impresionante escenario de Machu Picchu: el antiguo sendero inca, que lo comunica con Cuzco, y el tren. El sendero inca está más indicado para quien desee revivir la aventura de un viaje a pie en el ambiente de los Andes y descubrir la ciudad megalítica desde la húmeda vegetación de los bosques, si bien se encuentra plagado de lagartos, salamandras, culebras e insectos venenosos. El otro medio, el ferrocarril, tiene dos posibilidades: el tren indio, que parte de Cuzco entre las 5 y las 6 de la mañana, y suele estar abarrotado por los habitantes de la zona, invierte en el recorrido unas 6 horas; o el tren para turistas, que parte puntualmente todos los días a las 7 de la mañana y llega a las 10:30 a la estación del valle de Machu Picchu, situada en una profunda hondonada. Desde aquí, los viajeros son trasladados en autobús hasta la acrópolis, situada a 2300 metros sobre el nivel del mar y a 500 sobre el torrencial Urubamba, en un cuarto de hora. La visita turística dura hasta las 3 de la tarde, y finaliza con una comida en el hotel. Incluso puede comprarse un documento que certifica haber visitado la antigua ciudad inca.

¿Quiénes construyeron esta ciudad?

¿En qué época y con qué finalidad?

Algunos investigadores suponen que fue edificada cien años antes de la conquista de Perú por Francisco Pizarro, pero otros creen que su origen es mucho más antiguo. La espléndida arquitectura de sus edificios indica que allí vivían personas de la realeza. En las fosas del cementerio se descubrieron 173 esqueletos, de los que 150 pertenecían a mujeres. Se cree que, a raíz de la caída del Imperio Incaico, algunas supervivientes, conocidas como las Mujeres Elegidas, huyeron a este retiro para ponerse a salvo de los conquistadores españoles y allí vivieron hasta su muerte.

Una de las razones por las que Machu Picchu continúa siendo un misterio es porque los Incas carecían de escritura. Nuestros únicos conocimientos sobre su civilización nos llegan a través de las crónicas escritas durante la conquista de Perú, pero en ninguna de ellas se menciona nada sobre esta fortaleza inca, lo cual demostraría que los conquistadores nunca llegaron a descubrirla.

Hasta hace unos 30 años, los viajeros hacían la última parte de su jornada hacia Machu Picchu montados sobre una mula, y escalaban la montaña por una tortuosa senda, bordeando precipicios escalofriantes. Hoy podemos desplazarnos en avión hasta Cuzco, la capital del antiguo imperio de los incas, situada a 3467 metros sobre el nivel del mar. Desde allí se desciende, como ya queda dicho, o bien a pie por el camino inca o bien por un ferrocarril de vía estrecha a lo largo del valle sagrado del río Urubamba. Antes de llegar a la ciudad hay una cuesta de seiscientos metros de altura. En la actualidad, por una estrecha carretera de ocho kilómetros de largo y con varias curvas sumamente pronunciadas, se asciende la pendiente en un autobús. Después de recorrer las primeras curvas, va apareciendo la imponente cumbre del Huayna Picchu, como si las innumerables imágenes donde aparece cobraran vida en ese momento. Al final del recorrido, y una vez que los viajeros han descansado brevemente (en un hotel que rompe ligeramente la armonía majestuosa del entorno), un guía los conduce por el laberinto de doscientas casas y templos sin techumbre.

En sus primeras expediciones por los Andes, siempre montado en una mula, Hiram Bingham oyó hablar de una ciudad perdida, al noroeste de Cuzco, que los conquistadores nunca habían conseguido encontrar. Bingham siguió muchos senderos, pero al final de ellos sólo encontró chozas en ruinas.

En julio de 1911, en compañía de dos amigos científicos, algunos ayudantes indios y un sargento de policía, como escolta, comenzó a ascender el cañón del Urubamba. Durante tres días, mientras los indios iban abriendo un camino por la selva, fueron subiendo trabajosamente por sendas casi impracticables.

Una mañana apareció en su campamento un campesino que les refirió un relato sobre ciertas ruinas que yacían en la cima de la montaña al otro lado del río. El 24 de julio era un día frío y lluvioso, y los compañeros de Bingham estaban exhaustos, sin ánimos de continuar la ascensión. Bingham, que no tenía muchas esperanzas, logró convencer al campesino Melchor Arteaga y al sargento Carrasco para que le acompañaran. Primero cruzaron el río, mediante un frágil puente construido por los indios y atado con ramas. Después, subieron la ladera a gatas, mientras el campesino les gritaba que tuvieran cuidado con las serpientes venenosas. Por fin, después de una ascensión agotadora de más de 700 metros, llegaron a una choza de paja, donde dos indios que allí había les ofrecieron agua fresca y patatas hervidas, y les dijeron que justo a la vuelta había unas viejas casas y muros.

Bingham dio la vuelta a la colina y se quedó maravillado con el espectáculo que tenía ante sus ojos. Primero vio cerca de cien terrazas de piedra escalonadas, admirablemente construidas, que medían centenares de metros: una especie de granja gigantesca que cubría la ladera y se alzaba hacia el cielo. Todo ello se encontraba medio oculto por un espeso entramado de árboles y matorrales, infestado de serpientes.

No se sabe cuántos siglos antes, ejércitos de albañiles habían construido estos muros, cortando las rocas y transportándolas a mano. Otros tantos obreros habrían llevado hasta allí, quizás desde el valle inferior, toneladas de tierra, para convertir aquel lugar, que aún hoy es fértil, en cultivable. Detrás de las terrazas, parcialmente escondidas por la maleza, había más maravillas. Tal vez la mayor joya arquitectónica que encierra Machu Picchu sea su conjunto de muros inclinados. En lo alto de la ciudad, donde se cree que los incas rendían culto al Sol, los distintos templos, que constituyen uno de los ejemplos más admirables de sillería primitiva que existe en el mundo, representan el trabajo de generaciones de maestros artesanos. No hay dos piedras iguales; cada una fue tallada para ocupar un determinado lugar, con ángulos caprichosos y protuberancias meticulosamente labradas que encajan unas con otras, como si se tratara de las piezas de un rompecabezas.

En la construcción no se empleó argamasa; sin embargo, la unión entre dos piedras es tan perfecta que no se puede introducir ni la hoja de un cuchillo. Las principales calles de la ciudad forman escaleras; hay cerca de un centenar, entre grandes y pequeñas. La avenida central va en escalones consecutivos desde el nivel inferior, pasando ante docenas de casas, hasta la cima de la ciudad.

En diversos puntos arrancan escalinatas laterales. Algunas escaleras de seis, ocho y diez peldaños, que conducen a un palacio, fueron talladas con su balaustrada de un solo bloque de granito. El sistema de abastecimiento de agua está formado por una ingeniosa procesión de fuentes que divide irregularmente la ciudad desde la parte superior hasta la inferior. El agua era conducida por una serie de acueductos de piedra desde los manantiales, que se encuentran a unos dos kilómetros de distancia, en la montaña hasta las fuentes de la ciudad a través de un complejo sistema de orificios practicados en los gruesos muros de granito.

Vista desde las montañas que la dominan, Machu Picchu se eleva al cielo como una fortaleza inexpugnable que podía ser defendida por un puñado de hombres. En la cima de los dos picos, a unos 600 metros sobre el turbulento Urubamba, hay dos atalayas de piedra desde donde los centinelas escudriñaban el valle y daban la voz de alarma cuando se aproximaba algún intruso.

Dos murallas, una interior y otra exterior, así como un foso, completan las defensas naturales de la ciudad, además de un sistema intrincado de cerraduras tallado en la puerta principal. Un conjunto tan complejo de elementos de protección sugiere que la ciudad debió de ser un baluarte interno muy importante del Imperio Inca y quizás un santuario dedicado al culto de los antepasados y a otras prácticas religiosas.

Uno de los descubrimientos más importantes realizado por Hiram Bingham fue el hallazgo de los muros de una mansión, primorosamente tallados, que tienen tres ventanas que miran hacia el sol naciente, tal como la legendaria casa real de donde se dice que partió el primer inca para fundar su dinastía.

La ciudad entera se eleva al cielo para culminar en el tradicional reloj de sol de los incas, que medía las estaciones. En un rito solemne que tenía lugar en el solsticio del invierno, los sacerdotes «ataban» el Sol a un plinto, tallado todo de un solo bloque de granito, que salía de una plataforma.

En pleno auge del Imperio Incaico había en todas las provincias del reino escuelas donde se adiestraba a las jóvenes más bellas para servir en casa del soberano o de sus nobles, así como para oficiar en ciertos ritos religiosos. Muchas de esas escuelas fueron destruidas por los conquistadores y es muy posible que un grupo de muchachas supervivientes fueran llevadas secretamente a Machu Picchu. Pero las mujeres fueron muriendo con el paso de los años, la jungla fue cubriendo los templos, y no quedó nadie que pudiera relatar la verdadera historia de la ciudad.

Quizás, impregnando las mágicas formas de las piedras de Machu Picchu, el enigma permanecerá intacto para toda la eternidad.

2) Machu Picchu

"Machu Picchu es un viaje a la serenidad del alma, a la eterna fusión con el cosmos, allí sentimos nuestra fragilidad. Es una de las maravillas más grandes de Sudamérica. Un reposar de mariposas en el epicentro del gran círculo de la vida. Otro milagro más"

Machu PicchuMachu Picchu (quechua: Machu pikchu; “montaña vieja”) es una ciudadela construida durante la época del Imperio Inca, en el Perú. Es una de las joyas arquitectónicas y arqueológicas más importantes de los incas.

Ubicación

La ciudad sagrada de Machu Picchu está ubicada 130 kilómetros al noroeste del Cusco, en la cresta del cerro Machu Picchu en el valle de Urubamba, a 2.200 metros de altura sobre el nivel del mar.

La ubicación de la ciudadela era un secreto militar, pues barrancos profundos, al borde de un abismo, y montañas agrestes eran la mejor defensa natural.

Centro arqueológico

Avenida en Machu Picchu.Es uno de los centros arqueológicos más destacados, el más importante de Sudamérica y, por ende, el atractivo turístico más visitado en el Perú.

El Santuario de Machu Picchu

Desde 1981 se declaró como Santuario Histórico, con una superficie de 32.592 hectáreas, que incluyen no solamente la parte arqueológica, sino también la flora, fauna y sus paisajes, destacando la abundante presencia de orquídeas.

Las teorías más firmes sostienen que fue una "llacta" inca: un asentamiento construido con la finalidad de controlar la economía de las regiones conquistadas. Era la llacta más bella del imperio incaico, y habría sido construida con la expresa finalidad de refugiar a lo más selecto de la aristocracia en caso de ataque. Parece ser que se usó en determinando momento como "lugar de descanso" del Zapa Inca y como "observatorio"; luego de la conquista del imperio por parte de los españoles, fue fortaleza de la revuelta de Manco Inca.

Patrimonio de la Humanidad

Machu Picchu fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.

Tres sectores

Según las teorías de los arqueólogos, Machu Picchu estaba dividida en tres grandes sectores: el Barrio Sagrado, el Barrio Popular, al sur, y el Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza (zona residencial).

En la primera zona, dedicada a Inti, la deidad Sol, su divinidad mayor, se encuentran los tesoros arqueológicos principales: el Intiwatana, el Templo del Sol y la Habitación de las Tres Ventanas.

En la zona de habitaciones existió un sector para la nobleza, grupo de casas situadas en hileras sobre una pendiente; la residencia de los Amautas (sabios) caracterizados por sus muros de color rojizo, y la zona de las Ñustas (princesas) con habitaciones de forma trapezoide.

Dentro de la ciudadela supuestamente existió un sector destinado a la cárcel, en donde se aplicaban castigos a los presos, dentro de nichos de roca.

El Mausoleo Monumental es un bloque pétreo, cuyo interior abovedado era utilizado para ritos o sacrificios; sus paredes son labradas.

Arquitectura

Machu Picchu es una verdadera joya arquitectónica. La belleza y el misterio de sus palacios de piedra son realzados por el grandioso paisaje del entorno, casi virgen, de abrupta topografía que la exuberante flora selvática tiñe de verde.

Sector urbano.

Las construcciones han sido levantadas armónicamente sobre la superficie angosta y desnivelada de una colina bordeada por los precipicios del imponente cañón del Urubamba, en el que ruge y serpentea el río 400 metros más abajo. Machu Picchu está ubicado sobre los 2.400 m.s.n.m., en lo alto de una meseta situada entre dos picos de diferente envergadura, siendo el más pequeño, el Huayna Picchu, el que caracteriza tipográficamente el sitio. El nombre original de las ruinas pasó al olvido con los siglos. Machu Picchu es sólo una denominación topográfica, cuyo significado equivale a "cima vieja", así como Hayna Picchu significa "cima joven"; en el presente caso, la traducción debe relacionarse al concepto de volumen significando así "cima mayor" y "cima menor", respectivamente.

Desde su descubrimiento en 1911, Machu Picchu es un auténtico e insoluble enigma arqueológico. Su historia y función siguen intrigando a los estudiosos y tal vez nunca puedan ser aclaradas del todo.

Todas las edificaciones en Machu Picchu siguen el clásico estilo arquitectónico inca: construcciones con muros pulidos de forma regular y junturas perfectas entre los bloques de piedra, sin emplear mortero.

Un par de datos que evidencian el nivel de perfección técnica y arquitectónica que alcanzaron son: primero que entre piedra y piedra no cabe la hoja de un cuchillo y, después, la durabilidad de sus construcciones. Han llegado hasta nuestros días, prácticamente, intactas. Ni el paso del tiempo ni fenómenos geológicos han alterado la estructura inicial.

Es importante señalar, que los incas conocían la forma redonda (al dios Inti, lo representaron así); pero no la rueda. Cómo movían los enormes bloques de piedra que empleaban en sus construcciones es un misterio. Sin embargo, sí conocieron el plano inclinado. Lo que podría aventurar una teoría sobre cómo se las ingeniaron para elevarlos. Lamentablemente, los incas no dejaron registro escrito, debido a que tampoco conocieron la escritura.

En todo el conjunto, se encuentran alrededor de 140 construcciones entre templos, santuarios, plazas y núcleos residenciales. Hay más de cien escalinatas de piedra, muchas veces esculpidas íntegramente en un solo bloque de granito; existe gran cantidad de fuentes de agua interconectadas por canales con desagües perforados en la roca, destinadas al original sistema de riego.

En la actualidad, no es posible explicar cómo los incas pudieron trasladar hasta la cima de Machu Picchu bloques de piedra de hasta veinte toneladas.

Vista desde el Wayna Picchu

Quien suba al cerro sagrado Wayna Picchu será recompensado por una vista de Machu Picchu desde lo alto. El amanecer y el atardecer son los mejores momentos para apreciar la ciudadela y los efectos de luz. Este pico se encuentra a 2620 metros sobre el nivel del mar.

Precipicio

Desde arriba, al borde del mismo Machu Picchu, se puede apreciar un precipicio vertical de 600 metros de altura que termina donde pasa el río Urubamba. La vista y la sensación es poco común.

Descubrimiento y redescubrimiento

Fue el norteamericano Hiram Bingham quien, al frente de una expedición de la Universidad de Yale, descubrió Machu Picchu el 24 de julio de 1911. Sin embargo, en aquella época, la meta de Bingham era otra: encontrar la legendaria capital de los descendientes de los Incas, Vilcabamba, tenida como baluarte de la resistencia contra los invasores españoles, entre 1536 y 1572, Al penetrar Bingham por el cañón del Urubamba, en el desolado sitio de Mandorbamba, el campesino Melchor Arteaga le relató que en lo alto del cerro Machu Picchu existían abundantes ruinas. Alcanzarles significaba ascender por una empinada ladera cubierta de tupida vegetación. Aunque excéptico, conocedor de los muchos mitos que corren acerca de las ciudades perdidas, Bingham insistió en ser guiado al lugar. Llegando a la cima, uno de los niños de las dos familias de pastores que residían en el lugar lo condujo donde, efectivamente, asomaban imponentes construcciones arqueológicas cubiertas por el manto verde de la abigarrada vegetación tropical y en evidente estado de abandono desde hacía siglos. Mientras inspeccionaba las ruinas, Bingham, asombrado, anotaba en su diario: "Would anyone believe what I have found?" (¿Creerá alguien lo que he encontrado?).

Después de su trascendental hallazgo, Bingham volvió al lugar en 1912 y, en los años subsiguientes (1914 y 1915), diversos expedicionarios levantaron mapas y exploraron detalladamente el sitio y los alrededores.

Sus excavaciones, no muy ortodoxas, en diversos lugares de Machu Picchu le permitieron reunir 555 vasijas, aproximadamente 220 objetos de bronce, cobre, plata y de piedra , entre otros materiales. La cerámica muestra expresiones del arte inca y lo mismo debe decirse de las piezas de metal hallados: brazaletes, orejeras, prendedores decorados y aretes, además de cuchillos y hachas. Aunque no se encontraron objetos de oro, el material identificado por Bingham era suficiente para inferir que Machu Picchu se remonta a los tiempos del esplendor inca, algo que ya evidenciaba su estilo arquitectónico.

Bingham reconoció también otros importantes grupos arqueológicos en las inmediaciones: Sayacmarca, Phuyupatamarca, la fortaleza de Vitcos e importantes tramos de caminos (Cápac Ñam), todos ellos interesantes ejemplos de la arquitectura inca. Tanto los restos encontrados como las evidencias arquitectónicas conducen a los investigadores a creer que la ciudad de Machu Picchu terminó de levantarse entre fines del siglo XV e inicios del XVI, en tiempos del denominado "Incario histórico".

Sin embargo, el lugar siguió habitado con posterioridad a la invasión española al Perú, por lo menos durante el siglo XVI. Con el tiempo, Machu Picchu, terminó siendo olvidada o recordada sólo en las brumas de la leyenda.

Machu Picchu fue descubierta como se dijo, en el siglo XX por el profesor Hiram Bingham el 24 de julio de 1911. Fue un controvertido antropólogo, historiador o, simplemente, un explorador estadounidense aficionado a la arqueología. Este antropólogo de la Universidad de Yale inició los estudios arqueológicos y realizó una investigación de la zona. Bingham acuñó el nombre de "La Ciudad Perdida de los Incas" a través de su primer libro Lost City of the Incas .

En el año 2002, se encontraron vestigios de otro desconocido explorador del siglo XX, cuyas huellas Bingham habría tratado de eliminar para quedarse con el título de descubridor de Machu Picchu.

El descubrimiento le ha sido adjudicado a Bingham, según el investigador del Cusco, Simone Waisbard. No obstante, el hallazgo fue producto de la casualidad, ya que habrían sido Enrique Palma, Gabino Sánchez y Agustín Lizárraga, los primeros en visitar estos restos arqueológicos sobre cuyas piedras dejaron grabados sus nombres el 14 de julio de 1901. Bingham buscaba, en realidad, la ciudad de Vitcos, el último punto de resistencia inca contra los españoles. De manera que, el citado descubrimiento de Bingham, se reduciría a la difusión del hecho para la ciencia. Sin embargo, para él, no fue producto del azar, sino de una extenuante investigación basada en las informaciones proporcionadas por campesinos del lugar, además de varios años de viajes y exploraciones por la zona.

Bingham se llevó 5.000 piezas arqueológicas a su universidad en los Estados Unidos. Hasta la fecha no han sido devueltas, a pesar de los reclamos que desde hace décadas lleva realizando el gobierno peruano.

Actualmente, crece la opinión de que Bingham debiera ser considerado como uno de los mayores ejemplos de expoliación del patrimonio cultural que ha sufrido este país.

Caminos del Inca

Entre los miles de caminos construidos por las culturas precolombinas en Sudamérica, los Caminos del Inca, son uno de los más interesantes. Esta red de caminos convergen en el Cusco, la capital del Imperio Inca. Uno de éstos llegaba hasta la ciudadela de Machu Picchu. Los incas diferenciaron los caminos de la costa del de la sierra; al primero llamaron "Camino de los llanos" y al segundo, "Cápac Ñam".

En la actualidad, cada año miles de turistas recorren los Caminos del Inca (Qhapaq ñan), cerca del Cusco en por lo menos dos jornadas a pie a través de la cordillera de los Andes.

Opinión de Kofi Annan

En su visita a Machu Picchu, el 13 de noviembre de 2003, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que los peruanos deben sentirse orgullosos con esta fortaleza a la que calificó como "legado maravilloso de la peruanidad".

Hermanamiento

En mayo de 2005, la ciudadela jordana de Petra se hermana con aquella de Machu Picchu. Ambos monumentos son centros que destacan a nivel turístico en el mundo por sí mismas y por las propias civilizaciones a las que pertenecieron.

2006-08-10 13:54:35 · answer #2 · answered by Jorge 4 · 0 0

El Valle de Urubamba
Para los Incas el valle de Urubamba es la entrada a la selva, el antisuyu, la amazonia, la tierra de los "chunchos". El río que lo forma tuvo por nombre antiguo Willka Mayu o Río del Sol, y el nevado de cuyos deshielos nace era llamado Willkan Uta o Casa del Sol. Este valle estuvo íntimamente ligado con el culto solar, ya que la palabra Willka es la de tal dios, palabra que antecede en uso al ahora más popular Inti.
Antes de la fundación del Tawantinsuyu, en el siglo XV, el valle estaba habitado por pequeños curacazgos. La parte alta la ocupaban los Kanchis, que frecuentemente hacían la guerra a los Collas del altiplano. Más abajo estaban los Ayarmacas, cuyos curacas se hacían llamar Tocay Capac. Hacia la ruta del Cusco, en la actual provincia de Canchis, Pinau Capac tenía bajo su dominio parte del valle del Cusco. En la leyenda sobre el reparto del mundo aparecen como beneficiarios Manco Capac, Colla Capac, Tocay Capac y Pinau Capac. Esto indicaría que en esos tiempos, previos al Tawantinsuyu, eran éstos últimos quienes controlaban el valle de Urubamba o Tampu, como se le conocía en ese entonces.

La palabra quechua tampu tiene varias acepciones: posada, propiedades fuera de la ciudad, el nombre de un valle, un río y una nación. La más usada es la primera, la que se refiere a posada y que se ha castellanizado como "tambo". Se le encuentra en muchos topónimos formando palabras compuestas, como en Limatambo (Posada de Lima), Tambomachay (Cueva de los Tampus), Pacaritambo (o Pakarejtampu = donde aparecieron los Tampus).

La acepción de Tampu como apelativo de nación es usado para nombrar al curacazgo que habitó ese valle antes de los Incas. Tal como es mencionado en las leyendas, fue una de las naciones fundadoras del Cusco (Qosqo), junto a los Maska, Mara y Quillke. Se ha relacionado la leyenda sobre la fundación del Cusco por los Cuatro Hermanos Ayar con las cuatro naciones ya mencionadas. De ese modo, según este mito los Masca estarían representados por Manco Capac (el héroe fundador), los Tampu por Ayar Uchu, Los Mara por Ayar Kachi y los Quillke por Ayar Auca. Uchu significa "ají", y por su clima y altitud, esta planta fue ampliamente cultivada en ese valle, así como la planta de la coca a cuyo tratante se le dice en aymara "tambu-kiru".

Pachacutec fue el primer Inca en salir más allá del valle del Cusco, luego de su épica victoria sobre los Chancas. Parte de sus amplias conquistas incluyó el valle de Tampu, que, a pesar de estar habitada por esa nación, hermana del Cusco, no se libro de su férreo dominio. Por su belleza natural, clima benigno (uno de los mejores de los andes) y rico suelo, lo usó como asentamiento predilecto de la nueva nobleza imperial, engalanando al valle con varias de las más fastuosas ciudades del Tawantinsuyu, como son: Ollantaytampu y Machu Picchu.

Muchos años después (1533), sirvió este valle como refugio y última morada de los Incas de Vilcabamba, que resistieron por algunas décadas someterse al poder español, luego de la conquista del Cusco.

Picchu, una llacta Incaica
Las Llactas son la mejor prueba del espíritu imperial de los Incas y su afán de dominar permanentemente las naciones que conquistaban. Son éstas grandes asentamientos construidos en la ruta del Capac Ñan (Camino Real Incaico) con la finalidad de controlar y administrar la economía de las diferentes regiones conquistadas. Fueron construidas siguiendo un planificado orden mandado por la necesidad de controlar y retener sus conquistas. En esencia, las llactas fueron ciudades burocráticas donde residían los administradores incas y todos los funcionarios de su ayuda, junto con sirvientes y artesanos.

Picchu (nombre original de Machu Picchu) fue una de estas llactas, pero retuvo para sí un papel especial. Es la única alejada del Capac Ñan y fue construido en un lugar recóndito e inexpugnable del valle de Tampu, en tierras de la panaca de Pachacutec (el fundador del Tawantinsuyu). Fue la mas bella del imperio porque fue construida para ser el refugio y morada de lo más selecto de la aristocracia en caso de un sorpresivo ataque. Los caminos que conducían a Picchu eran prohibidos para el común de la población, pues era su ubicación un secreto militar. Los profundos barrancos y agrestes montañas son la mejor defensa natural.

Como toda llacta importante, no dejaron de estar presentes en Picchu un Acllawasi ("casa de las escogidas"), un intiwatana (reloj solar, que marca las estaciones del año), kallancas (galpones para los guerreros), baños y acueductos, así como amplias áreas con andenerías.

Finalmente Picchu cumplió con la razón para la que fue construida. Sirvió como refugio a una parte de la aristocracia (en especial de las Acllas -mujeres escogidas para servir al dios sol-) después de la conquista española del Cusco en 1532. Al estar (como ya se dijo) alejado de toda ruta y no ser un centro productor, no recibió el embate directo y destructivo de los nuevos conquistadores. A la captura del último Inca rebelde: Tupac Amaru, debió ser abandonada, pues ya no había razón para seguir viviendo en ella.

Descripción de Picchu
Está ubicada a 130 kilómetros al nor-oeste del Cusco, en la provincia de Urubamba, en la cresta del cerro Machu Picchu.

Los arqueólogos han dividido Picchu en 3 grandes sectores: (1) Barrio Sagrado, incluye el Intiwatana, el Templo del Sol y la Habitación de las Tres Ventanas, (2) Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza (zona residencial) y (3) Barrio Popular, el la parte sur de la ciudad, donde se encuentran las viviendas de la población común. Todas las edificaciones en Picchu siguen el clásico estilo arquitectónico inca: construcciones con muros de sillares pulidos de forma regular, junturas perfectas entre los bloques de piedra y un ligero talud o inclinación, haciendo que la base sobresalga ligeramente con respecto a su remate. Vanos siempre trapezoidales y uso de hornacinas y esculpidos como ornamentos arquitectónicos.
Picchu puede ser conocida, también, como la ciudad de los andenes, las escalinatas y fuentes de agua. De las primeras, se pueden contar más de un ciento, algunas de las cuales con cien peldaños o más. En algunos casos la escalinata de ocho o diez peldaños ha sido esculpida íntegramente en un solo bloque de roca de granito. En todo el área de Picchu abundan los estanques y fuentes de agua llamadas "pacchas", labradas en piedra e interconectadas por canales y desagües perforados en la roca.

"El Descubrimiento"
El 24 de julio de 1911 es conocido por ser la fecha del "descubrimiento" de Machu Picchu, por el aficionado a la arqueología y explorador norteamericano Hiram Bingham. Sin embargo, llegar a este día para su principal protagonistas no fue producto del azar. Años antes, Bingham se interesó en las leyendas tejidas en torno a la llacta de Vitcos o Viticos, el último refugio de los incas rebeldes a los españoles en la selva de Vilcabamba, narradas de forma épica por cronistas de esa época. En 1906 realiza un viaje por la ruta Buenos Aires - Cusco, antiguo derrotero comercial durante la colonial . Llegando a esta última ciudad se reencuentra con su interés por la legendaria ciudad Inca (Vitcos) y el valle de Vilcabamba. Emprende viaje a la ciudad de Abancay, entrada natural a esa parte de la selva donde supuestamente estaría Vitcos. Allí es informado de la existencia de una ciudad perdida en el "monte" (selva escarpada). Emprende viaje, y los guías locales lo llevan a unas imponentes ruinas que ahora conocemos como Choquequirao. Bingham no se dejó impresionar, la Vitcos de sus sueños debía ser más imponente aún. Regresa a los Estados Unidos, entusiasmado por el descubrimiento a reunir fondos para continuar con sus exploraciones, logrando conseguir el apoyo de la National Geografic Society y la universidad de Yale, además de dinero entregado por amigos y familiares. Encontrar Victos ya no era solo un interés académico, era una empresa bien planificada.

En enero de 1911, el Sr. Braulio Polo y la Borda, propietarios de la hacienda Echarati, en la localidad de Mandor, provincia de la Convención, departamento de Cusco, tiene como invitado al Sr. Giesecke, por entonces rector de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, a quien le cuenta que toda la zona estaba plagada de ruinas incas (una de ellas, era Machu Picchu). Giesecke, conocedor del interés de Bingham, le escribe, contándole sobre este hecho. Un dato a tomar en cuenta es el libro escrito por el inglés Charles Winner en 1880: "Pérou et Bolivie. Récit de Voyage, survi d'etudes archaéologiques et etnográfhiques et des notes sur l'escriture el las lengues des population indiennes", en donde consigna un mapa con los topónimos de Machu Picchu y Huayna Picchu.

En 1911 Bingham llega al valle de Vilcabamba, pasa por Mandor y contrata los servicios del guía local Melchor Arteaga. El 24 de julio llegan a la sima del cerro llamado Machu Picchu, donde esta la fabulosa llacta inca de Picchu. Bingham la bautizó con el mismo nombre del cerro que la cobijaba y no tuvo dudas que ésta, si era la legendaria Vitcos. Al poco tiempo da cuenta de su descubrimiento.

Luego de este primer contacto con Machu Picchu, Bingham se comunica con Giesecke, quién cuenta el acontecimiento a José Cosio, Secretario de la Universidad San Antonio Abad del Cusco y catedrático de la Facultad de Letras, quien le sugirió organizar una expedición comprobatoria. Este último se comunicó con Enrique Palma, el que le refirió haber visitado Machu Picchu 10 años antes (1902). Partieron en una expedición llegando al lugar el 18 de enero de 1912, encontrando la inscripción que Palma había dejado como recuerdo de su estadía. Este refirió que en aquella vez encontraron un arrendatario apellidado Meza cultivando en chacras y andenes del sitio arqueológico. Dijo pagar la suma de 12 Soles de Oro al propietario de la Hacienda Cutija. En 1912 los arrendatarios de esas mismas tierras eran los Señores Arteaga y Lizárraga, siendo el primero el que guió a Bingham en 1911.

Encontrado Machu Picchu, la Vitcos de sus sueños, Bingham contrata en los Estados Unidos a una plana de arqueólogos y antropólogos (entre los que destaca G. Eaton) para excavar el lugar. Con los auspicios del Gobierno del Perú de esos años, y dando clara muestra de su desinterés por el pasado incaico, dan permiso a la expedición de llevar a los Estados Unidos los objetos encontrados durante los trabajos de esa temporada. Es así que a fines de 1911 se produce un motín en el sureño puerto de Mollendo protestando por la salida del país del material arqueológico. En 1912 se repiten estos sucesos, incluyendo además a las ciudades de Puno, Arequipa y Mollendo.

2006-08-10 13:35:29 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

NOCHU SECHU NADACHU, PERDONCHU !!!

PERO PADDY SE PASO!, (YA LA CONOCIA)

2006-08-10 13:34:10 · answer #4 · answered by Uruguay un pais con vista al mar 5 · 0 0

mas facil no hay, entra aqui http://www.arqueologia.com.ar/peru/machupic.htm
y vas a conocer la historia y el porque esta ahi y todo lo que quieras...

2006-08-10 13:33:10 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

no es lo mismo las ruinas de machu picho a que venga machu, te meta el pichu y te deje en ruinas jajajajja. sori, no pude contenerme, mi cuerpo me lo pedia

2006-08-10 13:31:50 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

Es una hermosa ciudad que está construida entre una antigua ciudad de piedra... es increible... puedes escribir el nombre en un buscador de imágenes para conocerla... =)

2006-08-10 13:31:43 · answer #7 · answered by Mona B 7 · 0 0

tengo unos amigos que estan ahi, cuando vuelva te cuento todo, todavia no me fui por ahi, pero dentro de poco estare seguro ahi.

2006-08-10 13:31:07 · answer #8 · answered by Patricio B 6 · 0 0

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