EL HOMBRE PARA LOS GRIEGOS
En el mundo heleno, es necesario distinguir tres momentos concretos, cada uno de ellos con una idea de hombre implícita. En primer lugar está el mundo de la mitología, antes de Thales, el primer filósofo de Mileto, o sea, el período pre-filosófico; El segundo momento, conocido como pre-socrático, va desde Thales hasta el gran maestro humanista de Atenas; el tercero que va desde los clásicos : Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta finales de la dominación del imperio macedonio a finales de la era pre-cristiana.
En el primer momento tenemos una mirada del mundo y del hombre desde los dioses, de tal manera que, todo lo que ocurra en la tierra no es más que determinación de los dioses inmortales del Olimpo. El hombre, por su parte, está aquí en este mundo para cumplir el ciclo que desde antes han determinado los dioses para él. En los metarrelatos de los griegos se encuentra una posición del hombre frente al Destino, sin poder huir de él. Las Moiras, o Parcas, son las tres figuras femeninas que, entre costura y tijeras, tienen en sus manos la vida del hombre.Un ser, pues, que no puede decidir frente a la vida ni frente a la muerte, una marioneta de los dioses.
En un segundo momento, con los filósofos naturalistas, se ve al hombre como uno más de los elementos de la naturaleza o fu/sis, (Physis). Inserto en el mundo, responde, a manera de microcosmos, a las mismas condiciones en que se encuentra el gran cosmos o mundo externo. Estos no se hacen la idea de que pueda existir una creación propiamente dicha, sino que contemplan al hombre puesto ahí, en el mundo, haciendo parte de él como un elemento más de la naturaleza.
Y el tercer momento, el humanista, que inicia con Sócrates, concibe al hombre como un ser racional. Lo extraen del mundo material como el ser con una constitución más compleja y digno de cuidado y atención particulares. No es sólo un ser más de la naturaleza, es el ser que puede pararse frente a ella, contemplarla y pensarla; asimismo, puede mirar hacia sí mismo y pensarse como sujeto que piensa y se piensa. Es precisamente aquí, como vamos a ver, donde aparecen los primeros esbozos del hombre como sujeto de derechos naturales, racionalmente establecibles.
No es difícil percibir, pues, que los griegos, con su espíritu analítico y racional, comienzan también a analizar al hombre, es decir, a mirarlo como un todo y también desde cada una de sus partes. Si bien para los semitas el hombre era visto de manera integral y tal idea no se pierde para los griegos, desde el punto de vista investigativo sí se hacen ciertas escisiones que dan cuenta de sus dimensiones y características, así : yice (Psigé) = alma, sa,rx (Sárks) = carne, pneu´¨¨¨/ma (Pneuma) = espíritu, sw/ma (Soma) = cuerpo. A partir de aquí es perfectamente perceptible también la múltiple dimensionalidad del hombre, lo cual no implica necesariamente división interna, sino meramente analítica; esto es lo que Aristóteles indicó, cuando habló del a/ntropos, Que se interpreta hoy como Rostro de varón, y lo determinó como un género : Hombre, y una especie concreta : Pensante. Esta ha sido precisamente la herencia griega, el interés por el análisis, la racionalización, la conceptualización.
EL HOMBRE PARA LOS ROMANOS
En la cultura latina, el hombre tiene varias formas de ser visto. La etimología de la palabra que identifica al ser humano, proviene de la voz homo, la cual nos remite a humus, que significa tierra, barro, de tal manera que hombre es el nacido de la tierra. Así la conjunción de la palabra Ser y la palabra humano, dan cuenta del hombre completo, retomando a Aristóteles, según la tradición tomista, el Homo Sapiens.
Se puede notar, además, cómo precisamente la concepción de los mitos, ya sea hebreo, ya sea griegos, acerca del origen del hombre, se vuelven transversales en las demás concepciones, no por ser originarias de allí o de allá, sino porque es precisamente el mito el que retrata las características más profundas y significativas del ser humano y del mundo. Además, reaparecen aquí, en la cultura medieval, precisamente por la influencia del cristianismo, nacido a su vez en el seno del judaísmo, por lo cual trae implícito, entre otros detalles, el concepto de ser humano.
Así completamos, pues, el panorama. Reitero que no he excluido otras formas de concebir al hombre o de explicarlo, no porque no existan y/o sean válidas, sino porque, siendo como somos fruto de estas tres culturas, extendernos sería confundir, además de innecesario.
2006-08-07 08:38:21
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answer #1
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answered by Zarina 6
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