Diabetes: facoemulsificación y edema macular
Prof. Dr. Arturo A. Alezzandrini, MO
Esta difundida enfermedad metabólica viene acompañada de catarata en casi un 11% de los pacientes diabéticos por encima de los 50 años, especialmente en las mujeres. La catarata contribuye a la pérdida visual y constituye un factor de riesgo a considerar muy cuidadosamente.
Pero el aspecto más importante del problema, independientemente del acto quirúrgico en sÃ, es quizás la presencia o no de retinopatÃa diabética (RD) o de un edema macular clÃnicamente significativo (EMCS), ya que de su presencia depende en gran parte el pronóstico funcional.
En efecto, pacientes sin retinopatÃa ni EMCS consiguen una agudeza visual de entre 20/20 y 20/40 en un 60% de los casos. Al asociarse un EMCS el porcentaje alcanza a un 40% y con RD y EMCS esta proporción llega sólo al 25%. En los Estados Unidos, por ejemplo, un 10% de operados en estas condiciones llega a tener finalmente una visión de 20/200.
Es probable que la brusca hipotonÃa ocular intra-operatoria, la descompartimentalización del globo ocular y la eliminación de la barrera zónulo cristaliniana con la subsiguiente endoftalmodonesis con desprendimiento del cortex posterior del vÃtreo con licuefacción, sean los factores más importantes en el reagravamiento de un EMCS ya existente. En los casos de edema postoperatorio se agregan los fenómenos inflamatorios imputables a la facoemulsificación con la ruptura de la barrera hematorretiniana. En esta última circunstancia el edema debe diferenciarse entre el edema macular cistoideo y el sÃndrome de Irvine-Gass.
La conducta a seguir para obtener los mejores resultados es la siguiente:
1. Estricto estudio preoperatorio con oftalmoscopÃa directa e indirecta, BMC con lente de 3 espejos y retinofluorografÃa para anticipar la posible deteriorización de un EMCS o de la RD asociada.
b) En este último caso se debe realizar la fotocoagulación con láser verde o diodo láser si la transparencia de los medios lo permiten o postoperatoria precoz, especialmente en pacientes de alto riesgo (hipertensos, renales, mujeres, hemoglobina glicoxilada por encima de 8). La fotocoagulación será focal o en grilla para el EMCS seguida de la ablación panretiniana en la RD severa o pre-proliferante.
Con respecto de la técnica quirúrgica en sÃ, en la actualidad debe indicarse casi exclusivamente una facoemulsificación con lente intraocular, siempre en el bag o bolsa capsular y lente de acrÃlico plegable de 6 mm puliendo cuidadosamente la cápsula posterior. Las lentes de silicona preconizadas todavÃa para algunos autores incrementan el riesgo de una opacificación precoz de la cápsula posterior.
En el paciente con retinopatÃa y EMCS el aumento del edema y la exudación de la red capilar perifoveolar se manifiestan angiográficamente entre un 22% y un 30%; porcentaje que se eleva casi al 40% después de realizar una capsulotomÃa posterior con Nd.Yag, ya que ésta, además ha sido causa de una proliferación ialoideo-vascular en un número importante de pacientes.
Edema macular diabético y facoemulsificación
Hechos a considerar
1) Técnica quirúrgica: Facoemulsificación con LIO
2) Lente intraocular: Lente de acrÃlico de 6 mm. siempre en la cápsula cristaliniana
3) Estricto y completo estudio pre y postoperatorio para anticipar una reagravamiento del estado de la retina
4) Fotocoagulación previa o postoperatoria precoz de acuerdo con la patologÃa a tratar: focal o en grilla seguida o no de ablación pan-retinal.
MO Médico Oftalmólogo Año 14, Nº 4, septiembre de 2001
ISSN 1515-4785
© Consejo Argentino de OftalmologÃa
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Retraso de madurez visual (Delayed visual maturation, DVM)
por Pablo Jorge Wainberg, MO, Carlos Miguel Ortega, MO y Fernando Pellegrino, MO
Niño pequeño (recién nacido o con pocos meses de vida ), cuyos padres consultan debido a que ellos o el pediatra "notan que el chico no mira las luces, no sigue con la mirada, no mira a los padres... parece que no ve".
DVM es un sÃndrome que se caracteriza porque el niño pequeño no logra la habilidad visual esperada para su edad, pero sà lo hace espontáneamente luego de un perÃodo variable de tiempo. Como se comprenderá, este sÃndrome es inicialmente sospechado y su diagnóstico confirmado en forma retrospectiva.
Estos pacientes parecen padecer ceguera cortical sin capacidad de fijación, pero con un examen oftalmológico normal, con respuestas pupilares normales, sin nistagmus, neuroimágenes normales y potenciales visuales evocados normales.
Debemos tener en cuenta algunos aspectos del desarrollo y de la maduración normal del sistema visual:
* El globo ocular alcanza el tamaño del adulto luego de la primera década de vida.
* La fóvea es inmadura en el momento del nacimiento, los conos son inmaduros y las células ganglionares no se han desplazado del PIT foveal. La fovea alcanza su madurez a los cuatro años de edad.
* La mielinización del nervio óptico comienza en el cuerpo geniculado lateral, alcanzando la porción orbitaria del nervio óptico en el momento del nacimiento y continúa durante dos años.
* La mielinizaciòn de la vÃa genÃculo estriada finaliza en el cuarto mes posnatal.
* La porción parvo celular del cuerpo geniculado lateral (visión del color) alcanza la madurez a los 6 meses de edad, mientras que las capas magnocelulares alcanzan la madurez a los dos años.
* La reacción pupilar a la luz puede detectarse a partir de las 30 semanas de gestación.
* La acomodación y la estereopsis, a los tres meses de edad. Los movimientos de seguimiento son sacádicos en un neonato evolucionando hacia el segundo o tercer mes de vida.
La mayorìa de los recién nacidos tienen capacidad de fijación y seguimiento del objeto cercano como por ejemplo la cara del examinador.
Existen varias teorÃas que intentarán explicar la fisiopatologÃa de este sÃndrome.
Algunos autores señalan que el retraso en la mielinización podrÃa estar relacionado, pero la mayorÃa concluye en que la falta de mielinización sola no es la única responsable; ya que ésta estarÃa asociada a otros trastornos de maduración cerebral.
Otras teorÃas explican que la visión en la infancia es "subcortical" y que el DVM serÃa consecuencia de un mal funcionamiento del sistema extragenÃculo-estriado.
De acuerdo con este concepto, la recuperación visual de este sÃndrome se deberÃa a la activación funcional del sistema genÃculo-estriado entre el segundo y cuarto mes de vida.
Esta descripción fue de las primeras que se realizaron del DVM. Es decir que el paciente padecÃa sólo DVM. Luego, diversos autores postularon que existÃan pacientes que podrÃan padecer DVM asociado a patologÃa ocular o neurológica y que, por lo tanto, su recuperación visual no serÃa total sino parcial, según la enfermedad asociada que padezca.
De acuerdo con Fielder existen tres tipos de maduración visual demorada:
Tipo 1: Niño sano, sin ninguna otra alteración sistémica. Recuperación visual al año.
Tipo 2: Niño con enfermedad sistémica asociada (retardo mental u otras enfermedades del desarrollo neurológico). Incluye chicos pequeños para su edad gestacional y niños prematuros, niños con daños cerebrales orgánicos por anoxia, hipoglucemia. Estos niños suelen mejorar su agudeza visual sin llegar a la normalidad.
Tipo 3: Niño con DVM y patologìa ocular asociada (catarata, opacidad corneal, coloboma, distrofia retinal, hipoplasia del nervio óptico).
En conclusión, se trata de un sÃndrome poco frecuente, poco difundido y angustiante para padres, pediatras y oftalmólogos; pero, de confirmarse el tipo 1 (según la clasificación de Fielder), es de muy buen pronóstico.
BibliografÃa
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MO Médico Oftalmólogo Año 14, Nº 4, septiembre de 2001
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2006-08-05 12:45:20
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answer #3
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answered by susana 3
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