Si comenzáramos a analizar la discriminación de la mujer desde los principios de la historia y todas sus consecuencias, deberíamos llenar folios y folios de datos, causas y consecuencias, por ello, analizaremos la que es, desde el punto de vista de la ética, la principal causa de la discriminación sexual: la debida a la educación que reconoce, de entrada, un rol masculino y un rol femenino.
El gran escritor español don Gregorio Marañón escribe “el gran error de nuestra sociedad ha sido educar al hombre contra la mujer y a la mujer contra el hombre”
Sin duda alguna, ésta es una de las más importantes causas de la discriminación de la mujer, ya que este aspecto ha influido de forma determinante en la educación de hombres y mujeres.
Ya desde que nacemos, estamos, hombres y mujeres, guiados a seguir distintos roles por la sociedad: si nos paramos a pensar, ¿a qué niño pequeño no le han vestido de azul alguna vez? Si echamos la vista atrás: ¿a qué niña no la han vestido con el típico vestidito rosa? Rara es la persona que no tiene estos recuerdos en su memoria. Y como estos ejemplos, podríamos señalar otros diferentes como los juguetes bélicos para niños y las muñecas para niñas... que demuestran el seguimiento de la sociedad con estos roles.
Si nos centramos en la educación recibida hacia los distintos sexos, es sabido y mostrado que la educación ha hecho hincapié en que la mujer es más débil que el hombre y que éste debe ser preparado para tomar decisiones, afrontar riesgos y ser dominadores de las situaciones. Este tipo de educación es incorrecta y debe ser inaceptable ya que: Un estudio publicado por el psicólogo Brasileño Lair Ribeiro revela que: “Hay ocho inteligencias diferentes en cada ser humano que pueden ser desarrolladas: verbal, matemática, musical, espacial, corporal, intrapersonal, interpersonal y naturalista. En cinco de ellas, las mujeres son superiores a los hombres, por ejemplo, en la verbal y también en la intrapersonal, siendo más intuitivas, más perceptivas y más compasivas. La superioridad en el terreno de la inteligencia de las mujeres es debido a que las mujeres tienen más conexiones entre el hemisferio izquierdo y el derecho del cerebro, eso le permite usar los dos lados a la vez; el hombre, sólo es capaz de hacer una cosa cada vez”
Este estudio demuestra que el tipo de educación mostrada antes es incorrecta y que la mujer puede desempeñar de igual manera, el mismo papel que el hombre, e incluso mejor.
Otro punto a destacar en el tema de la igualdad hombre-mujer es la discriminación que éstas sufrían en el ámbito político al serle negado el derecho al voto. La sociedad iba evolucionando pero las mujeres aún estaban consideradas como personas poco cultas y sin capacidad de decisión importante, pensamiento motivado, quizás, por la educación impartida.
Pero las mujeres no iban a quedarse en el anonimato y estaban dispuestas a que sus derechos y sus opiniones fueran respetadas y reconocidas socialmente de igual forma que las de los hombres. Después de luchas interminables, las mujeres consiguieron el derecho al voto que llegó como consecuencia de la constitución republicana de 1931.
La aprobación de esta constitución supuso para la sociedad y sobre todo para las mujeres, un gran cambio. Al principio, muchas personas (sobre todo hombres) mantuvieron su negativa ante esta constitución, sin embargo, cuarenta y siete años después, fue definitivo, en el año 1978 se consiguió a través de la Constitución Española la total igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Éste logro ha sido uno de los más importantes de la mujer dentro del ámbito político ya que se reconocía su capacidad de decisión tan válida como cualquier otra.
Aunque parezca difícil creerlo, las mujeres en su papel político han avanzado enormemente y no todo lo que se puede decir es malo sino un gran proceso de avance de la sociedad en su adaptación. En éste campo, como en todos, aún queda mucho por hacer pero nos quedamos sorprendidos cuando leemos documentos como estos:
“Durante los cambios políticos, la mujer ha salido beneficiada en algunos casos como el paso de la República al Franquismo. La monarquía de los Borbones constituyó para las mujeres, una época de sometimiento y represión absoluta. Todo esto cambió a partir de la constitución de 1876, casi un lustro después, se consiguió que las mujeres fueran proclamadas cabeza de familia y, por otra parte, se les consiguió integrar en la Asamblea consecutiva.
Pero las mujeres decidieron reivindicar sus derechos, ya que no consideraban justo su marginación, las mujeres denunciaban la situación conyugal y sexual: hubo multitud de ensayos que protestaban contra la desigualdad cultural y jurídica entre los esposos, la tolerancia ante el adulterio del marido, la prostitución y la frecuencia de enfermedades venéreas. Médicos y juristas antimonárquicos exigían la reforma de códigos médicos (protección de la madre y certificado prenupcial) El divorcio en general se consideraba una reivindicación razonable.”
“En la vida y defensa de la República española, la mujer desempeñó un importantísimo papel. Y tal vez mayor, durante la larga represión franquista. Las que se libraron del fusilamiento o de las prisiones, con su solidaridad y su sacrificio personal contribuyeron a sostener la moral y la vida física de los presos. Soportaron privaciones, viajes, colas, para llevar paquetes a los suyos, para visitarlos en inhumanos locutorios” También es digno de asombro encontrar textos como este: El general Vicente Rojo, ese grande y leal militar de la República, al terminar su magistral libro “Así fue la defensa de Madrid”, sintió la obligación de poner al frente de sus páginas una dedicatoria. Pero la suya es una dedicatoria insólita, sorprendente en un libro de historia militar, en una sobria y detallada descripción de operaciones militares. El general que dirigió la defensa de Madrid, la batalla de Guadalajara, la batalla del Ebro, es decir el general que dirigió la defensa de la República, en 1962, tras largos años de exilio, cercana ya su muerte, escribió esta dedicatoria:
"A la anónima mujer española, abnegada, heroica, ejemplar entre todos los horrores, la angustia y la desesperanza. Porque a cada hora de la batalla de Madrid, no hubo virtud de que no diera ejemplo. Y Hoy (-es decir, en 1962-) cuando nadie recuerda lo que recibió de ella, sigue perpetuando, anónima, su vida sencilla; sigue erguida y en calma, sin rencor por el daño que le hayan hecho. A vosotras mujeres españolas, dedico este libro que narra un acontecimiento nacional, quizá el más grande en la historia de España".
Si nos centramos en el campo religioso, resulta increíble saber que, en la religión cristiana, es admitido el hecho de que nunca han existido mujeres ordenadas en el sacerdocio y que éste ha sido uno de los argumentos más poderosos para negar el acceso de las mujeres a las órdenes sagradas. Leemos en la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Inter Insignores: “Jamás la Iglesia Católica ha admitido que las mujeres pudieran recibir la ordenación presbiteral o episcopal. Algunas sectas heréticas de los primeros siglos, sobre todo gnósticas, quisieron hacer ejercer el ministerio sacerdotal a mujeres”
En la actualidad, el cristianismo apenas ha mejorado la situación de la mujer dentro de la religión ya que la iglesia católica ha venido justificando que se perpetuará la posición subordinada de las mujeres en la estructura eclesial, marginándolas de los puestos de responsabilidad, los ministerios ordenados, y manteniendo una actitud rigurosamente negativa respecto de cuestiones como los métodos anticonceptivos, el aborto y el divorcio, lo que en la práctica redunda casi siempre en perjuicio de las mujeres.
En la actualidad, el papel de las mujeres en el llamado “tercer mundo” es muy diferente al de antaño. Antiguamente, la mujer estaba considerada casi como un objeto al que había que tener en casa. El papel de la mujer en la antigüedad se basaba en el cuidado de los hijos y la casa.
Con el paso de los años, la evolución fue mayor y ya se permitía a las mujeres trabajar en la agricultura e incluso en la minería subterránea. Las mujeres que trabajaban en la industria eran muy escasas.
En la sociedad actual del llamado “tercer mundo” desde hace unos años, es normal que las mujeres trabajen fuera de casa. Hoy en día, podemos encontrar desde hombres y mujeres cajeros y cajeras de supermercado a personas de ambos sexos compartiendo oficina. En los tiempos en los que vivimos, tanto un hombre como una mujer puede estudiar y tener una carrera universitaria para obtener un trabajo y un futuro digno.
Pero sin embargo, y a pesar de todo, aún queda mucho por hacer. Nuestras mentalidades aún no están abiertas a la nueva era ni el nuevo siglo en el que nos encontramos. Es sabido por todos que, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido un gran avance, pero no en todos los sectores las mujeres son admitidas.
En ocasiones, aún se sigue considerando inferior y más débil a la mujer, cuando queda demostrado por distintos estudios que no es así.
Algunos sectores laborales no admiten a la mujer dentro de ellos, ni si quiera con probabilidad de prueba u oportunidad. En éste tema, la mentalidad de la sociedad en la que nos encontramos y convivimos tiene mucho que aprender.
La situación de la mujer en el mundo laboral ha mejorado mucho, pero el reparto de las tareas del hogar no ha tenido apenas avances. Desde la antigüedad, la mujer se ha ocupado del cuidado de los hijos y del hogar. En los tiempos que corren, la mujer sigue ejerciendo este papel. Cuando la mujer llega a casa después de la jornada laboral debe, en la mayoría de los hogares, ocuparse de la casa.
Es bien sabido por todos, que hombres y mujeres pueden ejercer los mismos trabajos y por tanto, pueden (y deben) ocuparse conjuntamente de las tareas del hogar.
En éste ámbito, los hombres tienen mucho que aprender.
2006-08-04 05:03:31
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answer #1
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answered by Anonymous
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