http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/santoral/santoral.htm
http://www.aciprensa.com/santos/
Ahi encuentras algo
Saludos
2006-08-03 06:16:37
·
answer #1
·
answered by semoule 7
·
0⤊
0⤋
Yo puedo aportar la vida de San Ignacio (estudié con los Jesuitas.)
Él nació en 1491 en el País Vasco, exactamente en Guipuzcoa. Su nombre de pila era Iñigo López de Recalde, y era un individuo nacido en el seno de una noble familia (incluso vivía en un castillo)
Estas condiciones lo llevaron a una vida cómoda y disoluta. En su infancia fue paje; en su adolescencia, escudero; y entró al servicio del Rey en el ejército.
Era un ferviente admirador de las grandes figuras guerreras, y alimentaba su imaginación con sus historias.
La vida no sabe de ironías: el entonces gallardo Íñigo fue herido en una pierna por una bala de cañón durante una batalla. Fue llevado a su casa para ser atendido, puesto que el hueso no soldó correctamente (lo cual debió ser indescriptiblemente doloroso, por el estado de las técnicas médicas de entonces). Mientras convalecía, lo único que podía hacer era leer; él deseaba fervientemente poner sus ojos en una historia de caballería, pero para su fortuna, sólo había libros de vidas de los santos.
Este momento lo dejó marcado de por vida. Al mirar las vidas de los santos, descubrió que al principio no eran tan santos, pero que descubrieron en algún momento a Dios, y enmendaron su camino; él quiso convertirse en un soldado de cristo; en cuanto mejoró, se fue al santuario de Montserrat, a ofrecer sus armas a la Santísima Virgen, y a vivir como ermitaño en la Cueva de Manresa, donde luchó contra el demonio y escribió los famosos "Ejercicios Espirituales".
Se dio cuenta que el ser ermitaño no le satisfacía, por lo que se fue a la Universidad de París, donde conoció a Pedro Fabro y a Francisco Javier. Junto con ellos, viajó a Roma para pedir al Papa que diera su permiso para que ellos formaran una congregación denominada "La Compañía de Jesús", de la que él fue el primer General.
La actividad que entonces realizaba la Compañía era luchar contra la naciente Reforma Protestante. En la actualidad, los Jesuitas son una orden encaminada a proveer educación a la juventud. En México, esto se logra con cinco colegios (el Instituto Oriente en Puebla, El Ciencias de Guadalajara, el Lux de León, el Cultural-Tampico y la Pereyra de Torreón), y dos Universidades (El ITESO en Guadalajara y la Universidad Iberoamericana)
2006-08-03 06:38:46
·
answer #2
·
answered by Arminius 5
·
0⤊
0⤋
SAN ROBERTITO, mejor conocido como "EL SANTO ABUSADOR". Es una de las figuras más importantes de la Iglesia Católica, ya que sus enseñanzas han perdurado en el tiempo, llegando hasta nuestros días, en los que aún se encuentran religiosos abusadores de niños y otros no tan niños.
Él les prometía el cielo a todos aquellos que le brindaran sexo oral en nombre del Señor, y una sillita al lado de Dios a los que se dejaran penetrar por el ano, mientras que con una de las manos libres del abusado, se metía unos cuantos dedos en su propio ano.
Así vivió felíz por el resto de sus días, hasta que murió de viejo.
La Santa Iglesia Católica lo canonizó viendo en San Robertito, la imágen más fiel de la institución.
2006-08-03 06:34:17
·
answer #3
·
answered by Anonymous
·
0⤊
0⤋
lo ideal, es entrar en los buscadores, y ir de auno, juntar toda la informacon posible de cada uno. Yo compre varios librs que traen la vida de varios, pero siempre es poc, y comprarte un libro por cada uno es mucho!!!!!!!! asi que empeze a buscar de auno, busco la informacion la voy pegando en word, y despue sla leo desde la compu la imprimo y me voy a la plaza a leerla tranquila. Te felicito por tu inquietud. Que tengas un hermoso dia
2006-08-03 06:19:55
·
answer #4
·
answered by EXU 3
·
0⤊
0⤋
www.encuentra.com
www.santoralcatolico.com
Aunque me inclino mas por aciprensa que ya te habian comentado porque ahi hay la sección de enlaces mas grande que haya posido consultar.
2006-08-03 06:19:30
·
answer #5
·
answered by don_box 5
·
0⤊
0⤋
SANTO TOMÁS, APOSTOL.
Tomás significa "gemelo"
La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio.
De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios.
El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalem, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: "Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?. Y es entonces cuando interviene Tomás, llamado Dídimo (en este tiempo muchas personas de Israel tenían dos nombres: uno en hebreo y otro en griego. Así por ej. Pedro en griego y Cefás en hebreo). Tomás, es nombre hebreo. En griego se dice "Dídimo", que significa lo mismo: el gemelo.
Cuenta San Juan (Jn. 11,16) "Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él". Aquí el apóstol demuestra su admirable valor. Un escritor llegó a decir que en esto Tomás no demostró solamente "una fe esperanzada, sino una desesperación leal". O sea: él estaba seguro de una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave y terrible que fuera, no quería abandonar a Jesús. El valor no significa no tener temor. Si no experimentáramos miedo y temor, resultaría muy fácil hacer cualquier heroísmo. El verdadero valor se demuestra cuando se está seguro de que puede suceder lo peor, sentirse lleno de temores y terrores y sin embargo arriesgarse a hacer lo que se tiene que hacer. Y eso fue lo que hizo Tomás aquel día. Nadie tiene porque sentirse avergonzado de tener miedo y pavor, pero lo que sí nos debe avergonzar totalmente es el que a causa del temor dejemos de hacer lo que la conciencia nos dice que sí debemos hacer, Santo Tomás nos sirva de ejemplo.
La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: "A donde Yo voy, ya sabéis el camino". Y Tomás le respondió: "Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" (Jn. 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz. En ese momento ellos eran incapaces de comprender esto tan doloroso. Y entre los apóstoles había uno que jamás podía decir que entendía algo que no lograba comprender. Ese hombre era Tomás. Era demasiado sincero, y tomaba las cosas muy en serio, para decir externamente aquello que su interior no aceptaba. Tenía que estar seguro. De manera que le expresó a Jesús sus dudas y su incapacidad para entender aquello que Él les estaba diciendo.
Y lo maravilloso es que la pregunta de un hombre que dudaba obtuvo una de las respuestas más formidables del Hijo de Dios. Uno de las más importantes afirmaciones que hizo Jesús en toda su vida. Nadie en la religión debe avergonzarse de preguntar y buscar respuestas acerca de aquello que no entiende, porque hay una verdad sorprendente y bendita: todo el que busca encuentra.
Le dijo Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" Ciertos santos como por ejemplo el Padre Alberione, Fundador de los Padres Paulinos, eligieron esta frase para meditarla todos los días de su vida. Porque es demasiado importante como para que se nos pueda olvidar. Esta hermosa frase nos admira y nos emociona a nosotros, pero mucho más debió impresionar a los que la escucharon por primera vez.
En esta respuesta Jesús habla de tres cosas supremamente importantes para todo israelita: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ellos el encontrar el verdadero camino para llegar a la santidad, y lograr tener la verdad y conseguir la vida verdadera, eran cosas extraordinariamente importantes.
En sus viajes por el desierto sabían muy bien que si equivocaban el camino estaban irremediablemente perdidos, pero que si lograban viajar por el camino seguro, llegarían a su destino. Pero Jesús no sólo anuncia que les mostrará a sus discípulos cuál es el camino a seguir, sino que declara que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.
Notable diferencia: Si le preguntamos al alguien que sabe muy bien: ¿Dónde queda el hospital principal? Puede decirnos: siga 200 metros hacia el norte y 300 hacia occidente y luego suba 15 metros... Quizás logremos llegar. Quizás no. Pero si en vez de darnos eso respuesta nos dice: "Sígame, que yo voy para allá", entonces sí que vamos a llegar con toda seguridad. Es lo que hizo Jesús: No sólo nos dijo cual era el camino para llegar a la Eterna Feliz, sino que afirma solemnemente: "Yo voy para allá, síganme, que yo soy el Camino para llegar con toda seguridad". Y añade: Nadie viene al Padre sino por Mí: "O sea: que para no equivocarnos, lo mejor será siempre ser amigos de Jesús y seguir sus santos ejemplos y obedecer sus mandatos. Ese será nuestro camino, y la Verdad nos conseguirá la Vida Eterna".
Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso.
Dice San Juan (Jn. 20, 24) "En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". El les contestó: "si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré". Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y dijo a Tomás: "Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente". Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Jesús le dijo: "Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver".
Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta.
Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.
Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe "Señor mío y Dios mío", y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: "Dichosos serán los que crean sin ver".
SEÑOR: AUMÉNTANOS LA FE
2006-08-03 06:18:16
·
answer #6
·
answered by QUIPIS 3
·
0⤊
0⤋
Entra a http://www.ewtn.com/spanish/index.asp
y en la sección de fe en santoral.
saludos.
2006-08-03 06:16:53
·
answer #7
·
answered by Charly Ramone 5
·
0⤊
0⤋