*** w87 15/8 págs. 22-24 ¿Es para cristianos la cruz? ***
¿Murió Cristo en una cruz?
‘Pero ¿no enseña la Biblia que Cristo realmente murió en una cruz?’, pudiera preguntar alguien. Para contestar esa pregunta, tenemos que considerar el significado de las dos palabras griegas que utilizaron los escritores de la Biblia para describir el instrumento de la muerte de Cristo: stau·rós y xý·lon.
The International Standard Bible Encyclopedia (1979) declara bajo el encabezamiento “Cross” (Cruz): “Originalmente staurós gr. designaba un madero vertical puntiagudo que se fijaba firmemente en la tierra. [...] Se colocaban lado a lado en filas para formar vallados o empalizadas defensivas alrededor de los poblados, o, por sà solos, se levantaban como instrumentos de tortura en los cuales se colgaba públicamente a los perpetradores de delitos graves para que allà murieran (o, si ya se les habÃa dado muerte, para que sus cadáveres fueran totalmente deshonrados)”.
Es cierto que los romanos usaban un instrumento de ejecución conocido en latÃn como crux. Y al traducir la Biblia al latÃn se usó la palabra crux para verter stau·rós. Porque la palabra latina crux y la palabra española cruz son similares, muchas personas suponen, equivocadamente, que una crux era necesariamente una estaca o palo con un travesaño. Sin embargo, The Imperial Bible-Dictionary dice: “Hasta entre los romanos la crux (de donde se deriva nuestra cruz) parece haber sido, originalmente, un palo derecho, y esto siempre siguió siendo la parte más prominente”.
El libro The Non-Christian Cross (La cruz no cristiana) añade: “No hay ninguna oración en ninguno de los muchos escritos que forman el Nuevo Testamento que, en el griego original, dé prueba —aunque sea indirecta— de que el staurós usado en el caso de Jesús no fuera sino un staurós [palo o estaca] ordinario; mucho menos de que consistiera, no en una sola pieza de madera, sino en dos piezas clavadas en la forma de una cruz”. Bien pudo ser que Cristo fuera fijado a una forma de crux (stau·rós) conocida como la crux simplex. Asà fue ilustrada tal estaca por el erudito católico romano Justo Lipsio, del siglo XVI.
¿Qué hay de la otra palabra griega, xý·lon? Se usó en la traducción griega Septuaginta de la Biblia en Esdras 6:11. En la Traducción del Nuevo Mundo este versÃculo dice: “Y por mà se ha emitido una orden de que, en cuanto a cualquiera que viole este decreto, se arranque un madero de su casa y él sea fijado en él, y su casa sea convertida en un excusado público debido a esto”. Está claro que aquà lo implicado era un solo “madero”, un palo.
Por lo tanto, muchos traductores de las Escrituras Griegas Cristianas (Nuevo Testamento) traducen las palabras de Pedro en Hechos 5:30 de este modo: “El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo en un madero [Véanse: Biblia de Jerusalén, Versión Cantera-Iglesias, Versión Nácar-Colunga, Nueva Biblia Española y el Nuevo Testamento de Pablo Besson]”. Quizás le interese también investigar cómo traduce xýlon la Biblia suya en: Hechos 10:39; 13:29; Gálatas 3:13; y 1 Pedro 2:24.
Andando por fe, no por vista
Hasta después de considerar esta prueba de que Cristo en realidad murió en un madero, algunos quizás todavÃa no vean nada incorrecto en llevar una cruz. Puede que digan: ‘Es solo un adorno’.
Sin embargo, tenga presente cómo se ha usado la cruz en la historia... como objeto de adoración pagana y de temor supersticioso. ¿Pudiera armonizarse el llevar una cruz, aunque sea solo como adorno, con la amonestación que dio el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:14: “Por lo cual, amados mÃos, huyan de la idolatrÃa”?
¿Qué hay de los cristianos verdaderos hoy dÃa a este respecto? Ellos, también, deben ser conscientes de que es necesario ‘guardarse de los Ãdolos’, como aconseja la Biblia. (1 Juan 5:21.) Por eso, la cruz no es un adorno apropiado para ellos. Recuerdan la declaración de Pablo: “Maldito es todo aquel que es colgado en un madero”, y, por lo tanto, ¡prefieren pensar en Cristo como glorioso Rey entronizado! (Gálatas 3:13; Revelación 6:2.)
Aunque estos cristianos no llevan cruces, comprenden y aprecian profundamente el hecho de que Cristo murió por ellos. Saben que el sacrificio de Cristo es una demostración maravillosa del “poder de Dios” y de Su amor eterno. (1 Corintios 1:18; Juan 3:16.) Pero no necesitan ningún objeto material como una cruz para ayudarles a adorar a este Dios de amor. Porque, como exhortó Pablo, ‘andan por fe, no por vista’. (2 Corintios 5:7.)
...............ADEMAS DE QUE CRISTO O JESUCRITO, SOLO MURIO UNA VEZ Y FUE RESUCITADO.....EN NINGUN TEXTO DE LA BIBLIA MARCA QUE ALLA MUERTO DOS VECES....
*** w70 15/5 págs. 293-296 ¿Se levantó realmente Jesucristo de entre los muertos? ***
¿Se levantó realmente Jesucristo de entre los muertos?
Muchos lo dudan. Pero, ¿tienen buenas razones para dudar?
LA BIBLIA es un libro repleto de promesas en cuanto al futuro. Para que usted pueda tener fe en estas promesas es preciso que tenga fe en que sus rasgos históricos son verdaderos... que las cosas acerca de las cuales habla realmente sucedieron.
Pero tomando en cuenta la naturaleza extraordinaria de algunas cosas que registra, muchos han dudado de que realmente hayan sucedido. Entre estas cosas está la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. ¿Puede usted tener fe en que este milagro realmente aconteció? Si puede, entonces esto fortalecerá su fe en otros milagros registrados en la Biblia asà como en sus promesas en cuanto al futuro, como la promesa de que llegará el dÃa en que el dolor y la muerte no serán más.—Rev. 21:4.
TÃpico entre los que niegan que Jesucristo realmente se levantó de entre los muertos es Marcello Craveri, un doctor de filosofÃa italiano. En su libro The Life of Jesus (1967) dice: “Es obvio que todo el relato de la Resurrección y las apariciones pertenecen a la categorÃa de invenciones de milagros.” Según él, “estudiantes antiguos y modernos del cristianismo concuerdan en” que la resurrección de Jesucristo de entre los muertos realmente no aconteció.
¿Significa esta declaración dogmática que realmente hay prueba de que Jesucristo no se levantó de entre los muertos? ¿Están realmente de acuerdo los estudiantes antiguos y modernos del cristianismo en que la resurrección de Jesús pertenece a la categorÃa de las invenciones de milagros? ¡De ninguna manera! Considere la evidencia.
Una objeción que comúnmente se presenta contra la resurrección de Cristo es que puesto que el hombre moderno no ve a las personas levantarse de entre los muertos, nadie jamás se ha levantado de entre los muertos. Pero, ¿es ésa una objeción sólida? ¿Es imposible que una persona que reconozca la existencia de un Ser Supremo crea que la resurrección de Cristo aconteció? ¿Es tal suceso milagroso realmente no cientÃfico?
Observe lo que declaró en cierta ocasión el famoso cientÃfico VÃctor Hess, descubridor del rayo cósmico: “Debo confesar que en todos mis años de investigación en la fÃsica y la geofÃsica jamás he hallado un caso en el cual un descubrimiento cientÃfico estuviese en pugna con la fe religiosa. A veces se dice que la ‘necesidad’ de las ‘leyes’ de la naturaleza es incompatible con . . . los milagros. No es asà. . . Muchas de nuestras leyes fÃsicas son, de hecho, simples declaraciones estadÃsticas. Aplican al término medio de un número grande de casos. No tienen significado alguno para un caso individual. Los cientÃficos modernos están plenamente conscientes de estas limitaciones en su descripción de los procesos fÃsicos. ¿Debe dudar un cientÃfico de la realidad de los milagros? Como cientÃfico contesto enfáticamente: No. No veo razón alguna por la cual el Dios Todopoderoso, Quien nos creó a nosotros y todas las cosas que nos rodean, no deba suspender o cambiar —si le parece prudente hacerlo— la marcha natural, de término medio, de los acontecimientos.”—The Faith of Great Scientists, editado por W. Howey, página 10.
De modo que el simple hecho de que hoy en la Tierra los hombres no hayan visto que Dios levante a las personas de entre los muertos de ninguna manera demuestra que en tiempos pasados no haya considerado apropiado levantar a su Hijo, Jesucristo, de entre los muertos. Y, ¿por qué consideró apropiado hacerlo Dios? Entre otras cosas, para remunerar a Jesús por su fidelidad hasta la muerte. Y, también, porque solo un Jesús resucitado podrÃa efectuar los propósitos de Dios para los cuales Jesús habÃa venido a la Tierra y habÃa muerto una muerte de sacrificio.—Fili. 2:5-11.
Esto no es decir que Jesús haya sido el primero y el único que ha sido levantado de entre los muertos por el poder de Dios. La Biblia nos dice que ElÃas y Eliseo, profetas de Jehová, cada uno levantó a una persona de entre los muertos. (1 Rey. 17:17-24; 2 Rey. 4:32-37; 8:5; 13:20, 21) Y las Escrituras Griegas Cristianas (“Nuevo Testamento”) también hablan de otras resurrecciones, llevadas a cabo por Jesús y también por sus apóstoles.—Mat. 11:5; Luc. 7:11-16; 8:41-56; Juan 11:1-46; Hech. 9:40; 20:9-12.
Hemos visto que la resurrección de Jesucristo se encuentra dentro del campo de la posibilidad. No podemos negarle a Dios el privilegio de hacer excepciones ni de cambiar la marcha natural de los acontecimientos, y él lo ha hecho vez tras vez. Entonces, consideremos la evidencia a favor de que Jesucristo haya sido levantado de entre los muertos.
Para principiar, Jesús mismo repetidas veces predijo que serÃa levantado de entre los muertos. Temprano en su ministerio se refirió a ello, diciendo: “Demuelan este templo, y en tres dÃas lo levantaré.” “Ãl hablaba acerca del templo de su cuerpo.” (Juan 2:19-21) También dijo que tal como Jonás estuvo en el vientre de un pez enorme por tres dÃas, él estarÃa en el corazón de la Tierra por tres dÃas. Y subsecuentemente en por lo menos cinco diferentes ocasiones él les dijo a sus discÃpulos que se levantarÃa de entre los muertos. (Mat. 12:39, 40; 16:21; 17:1-9, 22, 23; 20:18, 19; 26:31, 32) ¿Cómo podemos entender todas estas declaraciones llanas si Jesús realmente no se levantó de entre los muertos? ¿Fue él o fueron sus discÃpulos vÃctimas de algún engaño o estuvieron perpetrando un fraude?
Agrega aun más peso a la autenticidad de la resurrección de Cristo el hecho de que, aunque tan claramente habÃa advertido a sus discÃpulos su muerte de mártir, ellos se angustiaron mucho cuando sucedió. (Luc. 24:21) Y aunque repetidas veces predijo que serÃa levantado de entre los muertos, no lo esperaban. Si lo hubieran esperado, ¿habrÃan ido sus discÃpulas a su tumba al tercer dÃa para embalsamar más su cuerpo con especias?—Luc. 24:1.
Los cuatro relatos del Evangelio hablan del cumplimiento de las palabras de Jesús de que serÃa levantado al tercer dÃa. El apóstol Mateo informa que primero se apareció un ángel y anunció la resurrección de Cristo a ciertas mujeres, dos de las cuales Mateo mencionó, que más tarde Jesús se les apareció a éstas y que aun más tarde Jesús se les apareció a sus discÃpulos en Galilea.—Mat. 28:1-20; Mar. 16:1-8.
El médico Lucas dice además que Jesús resucitado consoló a dos de sus discÃpulos en camino a Emaus, que se les apareció otra vez a sus discÃpulos en Jerusalén y que sus discÃpulos lo vieron ser llevado al cielo hasta que desapareció de su vista.—Luc. 24:1-53.
El apóstol Juan nos da todavÃa más detalles acerca de las apariciones de Jesús después de su resurrección. Habla del encuentro de Jesús con MarÃa Magdalena, de que se les apareció dos veces a sus apóstoles y de que la segunda vez Tomás estuvo presente y quedó convencido. Se pudiera decir que esto subraya lo genuino de la resurrección de Jesús, asà como la convicción firme de los escritores de la Biblia de que Jesús realmente se levantó de entre los muertos. Fue como si a Tomás le hubiese tocado hablar por todos los que sinceramente dudaran de la resurrección de Cristo en los años futuros. (Juan 20:1-29) Juan también habla de la aparición de Jesús en el mar de Galilea, ocasión en la cual le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba o no.—Juan 21:1-24.
Además, el libro de Hechos nos dice que Jesús “fue tomado arriba, después de haber dado mandamientos por espÃritu santo a los apóstoles que él escogió. A éstos también por muchas pruebas positivas se mostró vivo después de haber sufrido, siendo visto por ellos por espacio de cuarenta dÃas.” ¿Cuánto más enfático, cuánto más convincente podrÃa ser el registro... “por muchas pruebas positivas se mostró vivo después de haber sufrido”? Todo este énfasis tiene importancia adicional cuando notamos que lo da un médico educado que serÃa el primero en poner en tela de juicio el que una persona fuera levantada de entre los muertos.—Hech. 1:1-9.
Se pudiera decir que el cambio que se efectuó en el grupito de seguidores de Jesús es en cierto sentido el testimonio más poderoso de todos de la resurrección de Jesús. ¡Transformó a hombres atemorizados y perplejos en evangelizadores denodados e impávidos, dispuestos a entregar su vida por sus creencias!
Tal convicción y tal poder no nacen de alucinaciones ni son engendrados por tramperÃa. Ese cambio se debió al hecho de que Jesús realmente se levantó de entre los muertos, asà como también se debió al derramamiento del espÃritu de Dios, que vino por medio de Jesús, lo cual hizo que el apóstol Pedro predicara: “A Jesús el nazareno . . . ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados y le quitaron la vida. Pero Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara retenido por ella.” Y nuevamente Pedro dijo en aquella ocasión: “A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos.”—Hech. 2:22-33.
Pudiera decirse que Pedro estableció allà el modelo para su predicación futura. Por eso, cuando una muchedumbre de personas se reunió asombrada porque él habÃa sanado a un hombre que habÃa estado cojo desde su nacimiento, Pedro les dijo que este milagro habÃa sido efectuado por el poder de Jesús, a quien ellos habÃan matado. “Pero Dios lo levantó de entre los muertos, del cual hecho nosotros somos testigos.” No habÃa ninguna duda en su mente. La resurrección de Jesús era un hecho probado; él y otros eran testigos de ello. (Hech. 3:12-15) Y cuando estuvieron delante del tribunal supremo judÃo, para testificar en cuanto a por medio de qué poder habÃan efectuado este milagro, Pedro testificó de nuevo que Jesús realmente habÃa sido levantado de entre los muertos, diciendo: “Séales conocido a todos ustedes y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el nazareno, a quien ustedes fijaron en un madero pero a quien Dios levantó de entre los muertos, por éste se halla este hombre de pie aquà sano delante de ustedes.” SÃ, este mismÃsimo milagro testificaba del hecho de que Jesús habÃa sido levantado de entre los muertos.—Hech. 4:10.
Poco después, cuando los apóstoles fueron aprehendidos de nuevo y llevados delante del SanedrÃn, Pedro recalcó de nuevo la resurrección de Jesús: “El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte violenta . . . A éste, Dios lo ensalzó a su diestra como Agente Principal y Salvador . . . Y nosotros somos testigos de estos asuntos.”—Hech. 5:30-32.
Cuando el apóstol Pedro les predicó acerca de Jesús a Cornelio y su casa, Pedro dio énfasis a la misma verdad: “Dios levantó a Ãste al tercer dÃa y le concedió manifestarse, no a todo el pueblo, sino a testigos nombrados de antemano por Dios, a nosotros, que comimos y bebimos con él después que se levantó de entre los muertos.” Otra vez se pudiera preguntar: ¿Comieron y bebieron Pedro y sus compañeros apóstoles con una alucinación? ¿Fue Pedro un impostor craso?—Hech. 10:38-42.
El apóstol Pablo siguió el ejemplo de Pedro al recalcar la resurrección de Jesús en su ministerio público, como se puede discernir de Hechos 13:30-37; 17:31. Se ve lo firme que era su convicción de que Jesús de veras habÃa sido levantado de entre los muertos por sus palabras de 1 Corintios 15:3-8: “Porque les entregué a ustedes, entre las primeras cosas, lo que yo también recibÃ, que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue enterrado, sÃ, que ha sido levantado al tercer dÃa según las Escrituras; y que se le apareció a Cefas, entonces a los doce. Después de eso se les apareció a más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la mayorÃa permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido en la muerte. Después de eso se le apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles; mas último de todos también se apareció a mà como si fuera a uno nacido prematuramente.”
El hecho de que toda esta evidencia es irrefutable no es reconocido solo por ministros cristianos que tienen fe en la Palabra de Dios, sino también por otros. Considere, por ejemplo, al Dr. J. N. D. Anderson, decano de la facultad de derecho de la Universidad de Londres y director de su Instituto de Estudios JurÃdicos Avanzados. Esta autoridad jurÃdica reconocida mundialmente hizo notar en una ocasión lo siguiente, según se informó en el Observer de Londres:
“El considerar los relatos de los seis escritores del ‘Nuevo Testamento’ como invención realmente serÃa una posición imposible. Piense en el número de testigos, más de 500. Piense en la clase de gente que eran los testigos, hombres y mujeres que le dieron al mundo la más elevada enseñanza ética que jamás ha conocido, y que aun según el testimonio de sus enemigos la aplicaron en su vida. ¡Piense en el contrasentido psicológico de representarse en la mente a un grupito de cobardes derrotados agachados en un cuarto superior un dÃa y unos cuantos dÃas después transformados en una compañÃa que ninguna persecución podÃa acallar! . . . Me parece a mà casi insensatez hablar acerca de leyendas cuando se trata con testigos presenciales mismos.”
SÃ, si por la boca de dos o tres testigos confiables se establece un asunto como realidad, ¡qué bien establecida está la realidad de que Jesucristo realmente se levantó de entre los muertos! Los hombres que inventan falsedades carecen del sonido de verdad de que dieron manifestación los apóstoles Pedro y Pablo al predicar la resurrección de Cristo.
Tomando en cuenta todo lo que se ha considerado, ¿tiene usted buena razón para ejercer fe en que Jesucristo realmente se levantó de entre los muertos? CertÃsimamente. La conclusión es inevitable. Verdaderamente debe ser fortalecedor para su fe descubrir que uno de los acontecimientos más extraordinarios y más fuertemente disputados que se mencionan en la Biblia se basa en hechos. Debido a que Jesús fue levantado de entre los muertos usted puede ir a Dios en oración, pidiendo perdón por sus pecados, y usted puede orar con fe que venga el reino de Dios. Y, ¿qué puede significar eso para usted? Vida eterna en una Tierra paradisÃaca donde ya no habrá más lamento, dolor ni muerte.—Mat. 6:10; 1 Juan 2:1; Rev. 21:4.
2006-08-03 10:03:51
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answer #9
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answered by CESAR L 1
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