Rodia Romanovich Raskolnikov: es el personaje principal de la obra. Tiene un conflicto interno muy fuerte. Por una parte no ha concretado el amor después de su fracaso con su casi primera mujer quien murió antes de que se casasen. Además existe la presión de que su hermana se casase por él. Había abandonado la universidad. Entonces tiene la posibilidad de comprobar su teoría, donde él se mira como un Napoleón con la posibilidad de pasar sobre los otros y matar a cualquiera, en este caso a la vieja prestamista. Luego la culpa lo invade junto con los problemas de sus cercanos. Si bien no tiene una fuerte evolución dentro de la historia, al contrario, se vuelve cada vez más huraño y detestable, logra solucionar todo antes de partir a entregarse. Es un ser soberbio, orgulloso, caritativo, irresponsable, autoritario, idealista y solitario.
Sonia Semionovna Marmeladova: es una mujer sufrida que protege a los suyos y da todo por ellos, ya que trabaja y les da el dinero sin recibir nada a cambio. A estado en su vida siempre muy sola. Le gusta mostrarse como inocente, querendona, enamorada, sacrificada y atractiva
Dunia Dunechka: es una joven que daría todo por su familia. Debía ser muy atractiva ya que logra atraer a tres hombre durante el relato. Aunque también muestra los esbozos negativos de orgullo y resentimiento. Logra encontrar el verdadero amor con Razumikin y poder así comenzar a ordenar su vida gracias al dinero que le dejó su patrona Marfa Petrovna.
Porfiri Petrovich: juez que logra dar al clavo y resolver los casos más complicados. Es el primero que ata los lazos en el caso de Raskolnikov. Es un hombre punzante, calculador, inteligente y profesional. Es él quien logra sacar un profundo odio de Rodino y obligarlo a su entrega voluntaria.
Svidrigailov: quiere estar con todas las mujeres y entre ellas la principal es Dunia a pesar de que esté casado, no le importa la muerte de su esposa. Es mujeriego, manipulador, maltratador, bruto y cobarde ya que termina suicidándose por el rechazo de Dunia y error de querer violarla.
Dmitri Prokofich Razumikin: se enamora de Dunia y hace todo por protegerla a ella y a su buen amigo a pesar de que no recibe nada a cambio. Es un hombre humilde, un poco ingenuo, enamoradizo, buen amigo.
Katerina Ivanovna: es una hija de un coronel, que se enorgullece de ello. Es tísica, una enfermedad que la lleva a la muerte hacia el final de la historia. Es la típica mujer que ha soñado ser de clase alta toda su vida, pero el destino la ha obligado a quedarse en la pobreza. Cuando el dinero se le acaba completamente y ya no tiene ni siquiera donde vivir es cuando pierde la cordura y se resigna a vivir ridículamente en el estado en el que está. Es cínica, maniática, clasista, moralista, crítica y regodeona.
Piotr Petrovich Ludjin: es un ser detestable que tiene como mayor anhelo el casarse con una pobre para convertirla prácticamente en una esclava. Cuando trata de vengarse de Raskolnikov con Sonia, paga caro y queda totalmente solo. Es machista, pérfido, cínico y aprovechador.
AUTOR
El autor de Crimen y Castigo es un novelista realista ruso que vivió entre los años 1821 y 1881. Se caracterizó por examinar la mente y el corazón humanos, sus obras ejercieron una influencia en la cultura moderna.
Su vida comienza en Moscú donde vivió hasta los diecisiete años ya que su padre lo envió a la Academia Militar de San Petusburgo. Pero se aburrió y se dedicó a la literatura. Su primera novela, Pobres gentes (1846), contaba la historia de amor desgraciada de un funcionario estatal. El libro era bastante novedoso, pues añadía la dimensión psicológica a la puramente narrativa en su análisis de los conflictos del protagonista, observándolos desde su interior. En su siguiente novela, El doble (1846), y en otros trece cuentos continuó explorando las humillaciones y el consecuente comportamiento de los desheredados.
En 1849, su carrera quedó interrumpida. Se unió a un grupo de jóvenes intelectuales que leían y debatían las teorías de escritores socialistas franceses, por aquel entonces prohibidos en la Rusia zarista de Nicolás I. En sus reuniones secretas se infiltró un informador de la policía, y todo el grupo fue detenido y enviado a prisión. En diciembre de 1849 se les condujo a un lugar en que debían ser fusilados, pero, en el último momento, se les conmutó la pena máxima por otra de exilio. Dostoievski fue sentenciado a cuatro años de trabajos forzados en Siberia y a servir a su país, posteriormente, como soldado raso. Las tensiones de ese periodo desembocaron en una epilepsia, que sufriría durante el resto de su vida.
Al regresar a San Petersburgo, Dostoievski retomó su carrera literaria, lanzando una publicación mensual en colaboración con su hermano Mijaíl, llamada Vremia (Tiempo). En ella publicó, por capítulos, Memorias de la casa de los muertos y Humillados y ofendidos. En esta melodramática historia, muy apreciada por los lectores debido a su compasivo tratamiento de los desheredados, el autor ruso presenta por primera vez el tema de la redención y de la conquista de la felicidad a través del sufrimiento.
Tras la larga enfermedad y muerte de su mujer en 1864, y la de su hermano, cuyas deudas financieras se vio obligado a pagar, quedó prácticamente en la ruina. A cambio de un préstamo, se comprometió con un poco escrupuloso editor a cederle los derechos de sus obras si no le entregaba una novela completa en el plazo de un año. Dos meses antes de cumplirse ese plazo, le presentó El jugador (1866), basada en su propia pasión por la ruleta. Para transcribir esta novela había contratado los servicios de una mecanógrafa, Anna Snitkina, con la que se casaría poco después, y con la que alcanzaría felicidad y satisfacción.
Dostoievski se pasó los siguientes años fuera del país, para escapar de los acreedores. Fueron años de pobreza, pero de gran creatividad. Durante este periodo, consiguió finalizar Crimen y castigo (1866), que había comenzado antes que El jugador, y Los endemoniados (1871-1872). Cuando regresó a Rusia, en 1873, ya era un escritor con renombre internacional. Su última novela, Los hermanos Karamazov (1879-1880), la completó poco antes de su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo.
VISIÓN PERSONAL
En la novela Crimen y Castigo se encuentra una historia ágil y con un lenguaje que facilita la comprensión. Es la primera novela rusa que leo y me llamó bastante la atención los nombres de los personaje y como cambiaban de género los apellidos según quien los usase.
Lo bueno de la obra es que consigue entremezclar varias historias creando así varios nudos dramáticos que consiguen solucionarse hacia el final. No es una historia compleja, ni con muchos códigos, sino que todo está explícito. A ésta no le juega el contra ser una obra relativamente larga, sino que a favor, ya que te permite encontrar mejor los personajes sus defectos y sus virtudes.
A mí me gustó bastante más de lo que pudiese haber llegado a pensar. Creí encontrarme con una historia llena de pensamientos y filosofías, pero no. Los personajes pensaban tan parecido a uno, podían cuestionarse lo mismo que uno; que logran identificarte totalmente y justificarse en cada una de sus acciones hasta convencerte. Es esta fuerte cercanía con la verdad la que la acerca a la gente y la hace sin duda una novela popular, del gusto de cualquier persona.
Además no se necesita conocer Rusia para entenderla porque está en un contexto que puede ser enmarcado en cualquier país del mundo. Si tuviera que encontrar lo malo de la obra es que a veces aburría por algunas vueltas que se daban sobre el mismo tema demasiado alargadas. Era casi como una teleserie en el sentido en el que muchas veces llegaba a un climax y luego este era falso o no era el verdadero.
Los motivos que atrae esta obra especificados en el mismo son trambién trasladables a nuestra sociedad por lo que la obra nos identifica y nos plantea cercanamente estos problemas
2006-08-02 15:50:43
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answer #1
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answered by mara 3
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