En efecto, reencarnacion no es igual que resurreccion.
Reencarnar es: Morir y volver a nacer... y volver a morir y volver a nacer...
Resucitar es: Volver a vivir, osea, como si solo te hubieras dormido y luego te despiertan, tal como estabas.
No se puede reencarnar y resucitar, es contradictorio
Y algun dia todos resucitaremos, osea, la reencarnacion no existe
2006-08-02 10:42:16
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answer #5
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answered by Gabriel_IR 3
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La verdad, no creo en eso, pero te envío algo interesante para que leas
La doctrina de la reencarnacíon difiere de la de la metempsicosis (del griego "migración de los almas"). Es la creencia en una evolución del alma (o psyco o anima) que puede realizarse a través de los nacimientos sucesivos, y a través de experiencias. La doctrina de la metempsicosis implica que un alma humana puede personificarse en un animal o una planta, es decir, en un reino "inferior" al de la raza humana.
Hinduismo
Según el hinduismo, la vida es eterna: en el momento de la muerte del cuerpo, el alma abandona el cuerpo que se ha vuelto inservible, es arrastrada por los yamadutas (los monstruosos sirvientes del dios Yamaraja, el encargado de juzgar el karma de todas las almas del universo) y juzgada.
Si las actividades que realizó en su vida fueron muy malas, el alma es enviada a un planeta infernal (alguno de los Patalas) durante el lapso de una vida.
Si las actividades que realizó en su vida fueron muy buenas, el alma es enviada a algún planeta «celestial», de muy buena calidad de vida; y
Si las actividades que realizó en su vida no fueron demasiado malas ni buenas, el alma es enviada nuevamente a este planeta Tierra (un planeta intermedio), donde puede obtener un cuerpo animal o vegetal.
Este incesante proceso recibe el nombre de samsāra (‘vagabundeo’). Éste término proviene del verbo sánscrito samsrí: ‘fluir junto’, ‘deambular’.
Cada alma viaja por esta rueda, que abarca desde los semidioses (devas) hasta los insectos. El sentido de la trayectoria de un alma dentro de este universo lo marca el contenido de sus actos. Según el hinduismo popular moderno, el estado en el que renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones (karma) realizadas en anteriores encarnaciones.
La cualidad de la reencarnación viene determinada por el mérito o la falta de méritos que haya acumulado cada persona como resultado de sus actuaciones o karma, de lo que el alma haya realizado en su vida o vidas pasadas. Las almas de los que hacen el mal, por ejemplo, renacen en cuerpos «inferiores» (como animales, insectos y árboles), o en planetas inferiores, peores que éste.
Los hindúes (o sea los indios creyentes en el hinduismo) creen que el karma funciona así. A pesar de ello, también se puede modificar con la práctica de expiaciones y de rituales (ejercitándose a través del castigo o de la recompensa), consiguiendo así disminuir a hacer más fácil (moksha) todo el proceso del samsāra, con la renuncia previa de todos los deseos terrenales.
Así, según las creencias hindúes, el karma (en sánscrito, ‘acción’) es el conjunto de acciones personales, buenas o malas, que van ligadas al alma mientras ésta transmigra.
En el pensamiento religioso hindú, la creencia en la trasmigración aparece por primera vez en forma doctrinal en la recopilación religiosa india de los Upanishad, traducida al persa por el príncipe Dara Sukoh durante el siglo XVII, y desde entonces el samsāra ha sido uno de los principales dogmas de las tres principales religiones de India: el hinduismo, el budismo y el jainismo
Liberación de la reencarnación
Si una persona hace buenas obras queda obligada a volver a nacer dentro de este universo material, para gozar de las reacciones de sus actividades buenas. Y si hace malas obras queda obligada a volver a nacer dentro de este universo material, para sufrir las reacciones de sus actividades malas.
La liberación del samsāra se consigue después de haber expiado todo su karma (todas las reacciones de sus actividades buenas y malas.
El hinduismo se esfuerza en trascender este proceso mediante la liberación definitiva que supone el acceso al nirvana, o sea, el estado ideal y supremo que consiste en la liberación de todo dolor y en la ausencia de todo sentido de individualidad.
Si el alma no tiene karma, luego de su última muerte sale del universo material y se funde en la Luz Divina (la refulgencia que emana de Dios), con la creencia de que el alma individual (atma), y el alma universal (Brahman) son idénticas.
Pero si el alma ha desarrollado una relación con Dios, no sólo sale del universo material, sino que se dirige a alguno de los innumerables planetas espirituales, donde goza eternamente de la presencia de Dios
Cristianismo
El Cristianismo de mayoría rechaza la reencarnación, basado en la Biblia. La afirmación más contundente se encuentra en la Carta a los Hebreos: “Está establecido que los hombres mueren una sola vez, y después viene el juicio” (9,27).
Cristiana antigua
En la cultura cristiana, es sin embargo cierto que durante los 600 primeros años de nuestra era, la reencarnacíon era un concepto admitido por el cristianismo. Numerosos Padres de la Iglesia la enseñaron y sólo en el Concilio de Constantinopla, en 553, fue negada y algunos escritos religiosos destruidos. Uno de los padres del cristianismo, Orígenes (185-254), creía en la reencarnación, "Las almas no tienen principio ni fin. Vienen a este mundo fortalecidas por las victorias o debilitadas por las derrotas de sus vidas anteriores". (De Principiis).
La reencarnación en los Evangelios
Enviaron los sacerdotes judíos a preguntar a Juan Bautista, "¿eres tú Elías?" (Juan, 1:21), de donde se deduce que los sacerdotes judíos creían en el concepto de reencarnación. En las Escrituras cristianas, Jesús habló en términos similares, cuando, hablando del mismo Juan, dijo "Él es Elías" (Mateo 11:14) y "Elías ya vino, y no le conocieron, mas hicieron con él lo que quisieron... Entonces los discípulos entendían que él les hablaba de Juan el Bautista" (Mateo 17:12,13).
Una crítica de la parapsicología
La reencarnación, según la parapsicología, es un concepto equívoco, porque sería admisible que almas de difuntos "habitasen" cuerpos de vivos, total o parcialmente. Pero el equívoco residiría en entender que es todo el ser el que se traslada y que en definitiva se trata del mismo ser. Hay experiencias de personas que supuestamente manifiestan conocimientos que no podrían tener por medios normales, que sólo una persona difunta o sus allegados podrían poseer. Es el caso de los niños adoptados como grandes lamas. Sin embargo, de aquí se deduce equívocamente la reencarnación, que sería realmente la inhabitación de un difunto en un vivo. Hechos probados de conocimiento extranormal de peculiaridades vitales de personas difuntas deben ser tratados no como reencarnación, sino como posesión, (no en el sentido clásico de demonio inhabitante, lo que es muy poco frecuente, sino de alma inhabitante total o parcialmente) y lo más adecuado es una liberación, a la que la persona invadida por el difunto debe contribuir voluntariamente.
2006-08-02 10:02:46
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answer #9
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answered by Anonymous
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