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que creencias sobreviven

2006-07-21 10:36:11 · 2 respuestas · pregunta de andrea h 2 en Arte y humanidades Historia

2 respuestas

Los celtas fueron un pueblo antiguo artificioso que ocupó la parte central de Europa y las Islas Británicas durante unos 800 años, entre el 700 a.C y el año 100 d.C. (ver cronología), fecha de su casi completa asimilación al Imperio Romano. Su cultura influyó ostensiblemente en buena parte del continente, extendiéndose desde Irlanda hasta las costas del Mar Negro.
Vivieron como prósperos ganaderos y agricultores. Adoraban a dioses moradores de bosques sagrados, pero en los sacrificios que ofrecían a estas divinidades inmolaban seres humanos. Admiraban la artesanía experta y las hazañas intelectuales, y al mismo tiempo eran ávidos cazadores y luchaban unos contra otros por un insulto -ferozmente, y a menudo por el simple placer del combate-.

Durante el período de su apogeo, los celtas influyeron profundamente en el desarrollo de la historia de Europa. Llevaron el conocimiento del hierro a la zona situada al norte de los Alpes y extendieron su uso a lo largo y ancho de sus dominios.

Del mismo modo, los celtas introdujeron también un buen número de importantes innovaciones tecnológicas: con sus arados y guadañas de hierro y quizá con la más antigua versión de una máquina de segar, establecieron un tipo de agricultura intensiva, en la actualidad reflejada en la región exquisitamente cuidada del oeste de Europa.

También hay que reconocer a los celtas su contribución a una mayor movilidad de los pueblos de Europa. con su típico espíritu emprendedor abrieron toscos caminos en la tierra e incluso pavimentaron algunos con troncos, matorrales, y piedras. Sobre estos caminos se deslizaron carretas de cuatro ruedas y carros de dos ruedas, las cuales alcanzaron un notable grado de perfección.

Finalmente los celtas dieron origen a un buen número de pueblos modernos. Sangre celta, por muy diluida que esté, corre por la vena de ingleses, franceses y muchos estadounidenses; corre abundantemente entre galeses, bretones, escoceses y especialmente irlandeses. Entre los franceses, corresponde al elemento galo.

A pesar de su heterogeneidad, el idioma celta es realmente una prueba importante del origen común. El celta es una rama del árbol idiomático conocido como indoeuropeo, un árbol que arraigó hace unos 4.500 años en algún lugar entre los montes Cárpatos, en Europa oriental, y los montes Urales, en Rusia. El indoeuropeo es el árbol idiomático más prolífico del mundo. De él se desgajaron varias ramas en lenguas tales como el griego, el latín, el germánico, el eslavo y el hindú. Posteriormente algunas de estas ramas produjeron otros vástagos -el latín, por ejemplo, dio origen al italiano, al francés, al castellano, al catalán al portugués y al romano-. Aunque un inglés, un ruso y un irlandés que hable gaélico no pueden realmente entenderse, su habla contiene sonidos que indican una raíz común. Los ingleses dicen "one, two, three"; los rusos, "odin, dva, tri"; los irlandeses "aon, do, tri".

2006-07-21 10:41:09 · answer #1 · answered by Dios 3 · 0 0

Pueblo celta, más exactamente grupo de pueblos, que dominaba la mayor parte del oeste y centro de Europa durante el I milenio a.C. y que transmitió su idioma, costumbre y religión a los otros pueblos de la zona. Los antiguos griegos y romanos reconocieron la unidad cultural de un pueblo cuyo territorio se extendía desde el este de Europa hasta el norte del continente. Su nombre genérico aparece en documentos romanos como celtae (derivado de keltoi, la denominación que Heródoto y otros escritores griegos dieron a este pueblo), galatae o galli. Los celtas hablaban una lengua indoeuropea (véase Lenguas celtas), de la misma familia que las de sus vecinos itálicos, helénicos y germanos. Los topónimos celtas, junto con los nombres de las tribus, las personas y dioses, nos permiten pensar en su presencia en un extenso territorio europeo, desde la actual España hasta el mar del Norte y desde las islas Británicas hasta el bajo Danubio.

Metalurgia celta
Espejo celta (edad del hierro)
Torques de oro






Metalurgia celta
Los restos arqueológicos celtas indican que este pueblo habitó en la zona ocupada en la actualidad por Francia y el oeste de Alemania a finales de la edad del bronce, hacia el 1200 a.C. Este casco de bronce (arriba en el centro) probablemente perteneció a un guerrero celta de alta graduación. Los cuernos huecos se hacían con láminas de bronce remachadas; el casco era utilizado en los desfiles, no en la batalla. La vaina (el tercer objeto de la izquierda), hecha también con láminas de bronce remachadas, estaba revestida de corteza de abedul.
Enciclopedia Encarta
Dorling Kindersley



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Espejo celta (edad del hierro)
El reverso de este espejo tiene los remolinos característicos del arte celta. El anverso había sido pulido para ser utilizado como espejo. Estos objetos eran poco comunes y probablemente pertenecían a familias acaudaladas.
Enciclopedia Encarta
Dorling Kindersley



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Torques de oro
Los torques eran collares llevados por los guerreros y otros miembros de la nobleza celta. Algunos de ellos, como este de oro encontrado en Waldalgesheim (Renania), constan de simples aros con ornamentos. Otros están hechos con dos o más hebras de metal entrelazadas, con anillos en sus extremos, o bien con un tubo hueco de metal. Los materiales empleados solían ser oro o plata, y estos adornos indicaban la pertenencia a una clase alta, además de su propio valor.
Enciclopedia Encarta
Art Resource, NY/Scala



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2. HISTORIA MÁS ANTIGUA

Los celtas normalmente son asociados con la edad del hierro en Europa. Sus orígenes están situados durante la cultura de los Campos de Urnas, de finales de la edad del bronce (un grupo de culturas caracterizadas por la cremación de los restos mortales e inhumación de las cenizas en recipientes de cerámica), que estaban muy dispersos por todo el este y centro de Europa durante el periodo comprendido entre el año 1300 a.C. y el 800 a.C.

Las primeras pruebas arqueológicas relacionadas con los celtas los sitúan en lo que ahora se conoce como Francia y Alemania occidental, al final de la edad del bronce, hacia el 1200 a.C. Al principio de la edad del hierro, son asociados con la cultura de Hallstatt (siglo VIII-primera mitad del siglo V a.C.), que recibió el nombre de una localización arqueológica situada en la alta Austria.

El último periodo Hallstatt (siglo VI-primera mitad del siglo V a.C.) a veces es conocido como la edad de los príncipes, debido a los enterramientos espectaculares (como los de Hochdorf) y las impresionantes colinas fortificadas (tales como la de Heuneburg). Ambas situaciones muestran un periodo de riqueza, que hizo posible esos ricos enterramientos y también la construcción más elaborada de edificios defensivos.

Entre los siglos V y I a.C., la influencia celta se extendió desde la península Ibérica hasta las orillas del mar Negro. Esta última fase de la edad del hierro recibió la denominación de La Tène, nombre de una población en Suiza. En los siglos IV y III a.C., la inestabilidad afectó al mundo celta, quizá a causa de la presión de otros pueblos desde el norte. Tuvieron lugar migraciones y las tribus celtas invadieron el mundo grecorromano: el norte de Italia, Macedonia y Tesalia. Saquearon Roma en el año 390, y Delfos en el 279 a.C. Algunos, los gálatas, llegaron a Asia Menor, instalándose en la región que pasó a llamarse Galacia.

Los celtas del norte de Italia fueron conquistados por los romanos en el siglo II a.C.; la Galia transalpina (la mayor parte del sur de Francia) fue dominada por Julio César en el siglo I a.C., y la mayor parte de Britania quedó bajo poder romano en el siglo I d.C. En el continente, los celtas acabaron por ser asimilados por el Imperio de Roma y perdieron su cultura propia. En Britania, sin embargo, la lengua celta y la cultura sobrevivieron mejor. En la época medieval y moderna la tradición celta y las lenguas sobrevivieron en Bretaña (en el oeste de Francia), Gales, las Highlands escocesas e Irlanda.

3. SOCIEDAD CELTA

La sociedad celta tenía una base rural centrada en la agricultura y el pastoreo. Cuando la acumulación de riquezas o la competencia por los recursos era fuerte, las fortificaciones en colinas eran ocupadas de forma permanente. Éstas comprendían una zona cerrada en lo alto de la colina, defendidas por fosos y murallas. El interior estaba ocupado por chozas y había zonas destinadas al trabajo de los artesanos. El grano se almacenaba en pozos cubiertos con arcilla. Cada fortificación podía dominar la zona que la rodeaba. Buen ejemplo de estas ciudades fortificadas, a las cuales Julio César llamó oppida lo encontramos en Manching, en el sur de Alemania: las calles estaban trazadas hacia el exterior y los edificios situados en filas y con zonas específicas reservadas para cada actividad. En la península Ibérica estas fortificaciones se conocen como castros y hay buenos ejemplos en Galicia (España) y en el norte de Portugal.

La unidad social celta era la tribu. En ella, la sociedad estaba estratificada en nobleza o familias dirigentes de cada tribu, agricultores libres que también eran guerreros, artesanos, trabajadores manuales y otras personas no libres, y los esclavos. También existía una clase instruida que incluía a los druidas. En los primeros tiempos, las tribus eran dirigidas por los reyes, lo cual parece que persistió en Gran Bretaña hasta la conquista de Roma. En las partes de la Europa celta más abierta a las influencias del mundo clásico, los magistrados electos sustituirían a los reyes.

Los escritores romanos como Julio César, y griegos como Estrabón y Diodoro describen el estilo de vida de los celtas. A pesar de su brutalidad o sus tendencias románticas, estos relatos sugieren que a los celtas les gustaban las celebraciones y la bebida, contar historias y presumir de hazañas atrevidas. César, por ejemplo, afirma que los hombres de la clase guerrera estaban muy orgullosos de la lucha, que eran expertos aurigas y que para parecer más terroríficos en la batalla, se pintaban el cuerpo con woad, un tinte vegetal azul. Los celtas también sobresalían en la metalurgia y prodigaban sus habilidades artísticas en objetos tales como las armaduras y los arneses para sus caballos (véase Arte celta). El comercio era importante; los bienes lujosos y el vino eran importados a cambio de perros, caballos, pieles, sal y esclavos.

4. RELIGIÓN CELTA


Ceremonia druídica en Stonehenge






Ceremonia druídica en Stonehenge
Desde el siglo II a.C. hasta el siglo II d.C. el druidismo fue la principal religión de la población celta que habitaba en gran parte de la Galia y las islas Británicas. Todavía en la actualidad persisten cultos druídicos, como se puede contemplar en esta imagen, en la cual un grupo de druidas celebra la ceremonia del solsticio de verano en Stonehenge.
Enciclopedia Encarta
Corbis/Adam Woolfitt



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Las tribus celtas compartían vínculos religiosos comunes. Cuando imperaba la monarquía, el rey tenía un papel sagrado, desempeñando un papel activo en los ritos sacros. Existían dioses panceltas, así como divinidades relacionadas con tribus particulares o con lugares sagrados dentro de su territorio. Los objetos rituales (tales como el caldero de Gundestrup, una gran caldera de plata con decoración en relieve que fue recuperada en un pantano de Jutlandia, en Dinamarca) proporcionan algunas ideas sobre la mitología celta. Fragmentos narrativos de la antigua mitología también pueden encontrarse en la literatura medieval de Irlanda y Gales.

Los druidas eran los sacerdotes de la sociedad celta. Su nombre probablemente significaba ‘verdadero adivino’ y sus funciones incluían la adivinación, la ejecución de sacrificios y la dirección de rituales en festivales religiosos. Los emplazamientos religiosos celtas incluían los recintos de los santuarios, pero a veces también poseían estructuras más elaboradas. Los pozos quizá estuvieran relacionados con la adoración de la tierra y los sacrificios humanos y de animales, así como con la ceremonia de forjar espadas y otras ofrendas, que eran arrojadas en ellos. Algunos emplazamientos naturales también tenían un significado religioso. El acebo y el muérdago se consideraban sagrados, así como las arboledas y los robles. Los animales eran venerados como tótems de la tribu y se buscaba la adivinación en el vuelo de los pájaros o en las entrañas de los animales sacrificados.

5. HISTORIA MÁS RECIENTE


Cruz celta






Cruz celta
En el siglo V, san Patricio convirtió al cristianismo a los celtas, el pueblo que invadió Irlanda en la edad del hierro. Esta cruz celta, próxima al río Shannon (Irlanda), con sus ricos relieves estilizados de dioses de la tierra y espíritus del bosque, demuestra que el pueblo celta mantuvo buena parte de sus creencias druídicas.
Enciclopedia Encarta
Woodfin Camp and Associates, Inc./Adam Woolfitt



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Cuando el Imperio romano se derrumbó hacia el siglo V d.C., los reinos reconocidos como celtas surgieron en las partes romanizadas de Britania. A la vez, los germanos invasores se asentaron en la zona oriental de Britania. Mientras, los invasores gaélicos de Irlanda se asentaron en el oeste de Escocia. Simultáneamente los britanos del suroeste de Inglaterra se asentaron en Bretaña.

El cristianismo había llegado a Britania en tiempos del dominio romano. En el siglo V, Irlanda fue convertida por san Patricio y otros misioneros. Después, el cristianismo se estableció en Escocia, principalmente a través de la fundación de Iona por san Columba. Por lo tanto, la fe cristiana fue llevada a las tribus británicas del noroeste escocés, cuyos miembros eran conocidos como pictos, y a los británicos de Northumbria. La cultura del mundo celta experimentó un gran florecimiento en los siglos VII y VIII, en el cual la Iglesia jugó un papel central patrocinando las artes, la escultura y la ilustración de manuscritos. La literatura vernácula también fue cultivada de forma más extensa que en otros lugares de Europa. Los eruditos celtas destacaban como misioneros y profesores en el continente.

Las zonas celtas de las islas Británicas sufrieron ataques de los pueblos escandinavos durante los siglos IX y X, y admitieron a los que se instalaron. Los reyes gaélicos de los escoceses surgieron como señores de las tierras de los pictos y dominaron a los británicos que permanecían en el suroeste escocés y a los ingleses en el sureste. La frontera galesa-inglesa se estabilizó, mientras Cornualles perdió su independencia política. En Irlanda, se realizó un proceso similar para crear una monarquía nacional. Habían surgido las cuatro naciones actuales: tres celtas y una germánica.

La conquista normanda de Inglaterra en el 1066 llevó a la de Gales y hacia el siglo XII a la de Irlanda y Escocia. Como resultado, la lengua y la cultura céltica dejaron de ser usadas en los círculos jurídicos, y gradualmente se convirtieron en lenguas de uso popular. Un proceso similar tuvo lugar en Bretaña. El clima social que se había desarrollado en lo que actualmente son Gran Bretaña y Francia había dado oportunidad para que los elementos celtas mejoraran, pero se frustraban por la intolerancia cultural o religiosa. Los resultados de esta ambivalencia quizá se vean en la contribución celta a la vida y cultura británica, en manifestaciones del folclore celta, en el florecimiento de las comunidades celtas emigradas y en las sociedades de ultramar.




Más fuentes
Bibliografía

Pueblo celta

Bellingham, David. Mitología celta. Valencia: Editorial La Máscara, 1992. Visión de las cuestiones referidas a las religiones celtas.
Fernández Escalante, Manuel. Cántabros y galos, pueblos celtas. Santander: Ediciones de Librería Estudio, 1983. Monografía que compara los celtas de dos zonas europeas.
Hubert, Henri. Los celtas. Desde la época de la Tene y la civilización céltica. Torrejón de Ardoz: Ediciones Akal, 1988. Manual universitario que describe la trayectoria histórica de los celtas.
Kruta, Venceslas. Los celtas. Madrid: Axel Springer Publicaciones, 1986. Libro divulgativo de fácil lectura.
Launay, Olivier. Las civilizaciones celtas. Madrid: Sociedad Anónima de Promoción y Ediciones, 1985. Visión social y cultural de los celtas y de sus distintos núcleos.
Marco Simón, Francisco. Los celtas. Madrid: Información y Revistas (Cambio 16), 1990. Breve obra de divulgación. Muy clara.
Markale, Jean. Los celtas y la civilización celta: mito e historia. Madrid: Taurus Ediciones, 1992. Estudio de los mitos de la cultura celta, a la luz de la investigación histórica.
Ross, Anne. Druidas, dioses y héroes de la mitología celta. Madrid: Ediciones Generales Anaya, 1988. Obra de divulgación.
Vena, Teresa de la. Los celtas. Torrejón de Ardoz: Ediciones Akal, 1993. Obra de divulgación para jóvenes. Muy clara.

2006-07-21 21:34:36 · answer #2 · answered by fhernandov 6 · 0 0

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