Detrás del juego de Cortázar
Por Maria José Ferrel*
Maldita sea la hora en que este libro llegó a mis manos.
¡Y No! No estoy bromeando. ¿Es que acaso un simple cuento puede hacerte perder la visión de lo real, y sumergirte en un mundo extraño?
Pues sÃ, estamos hablando de Cortázar, quien poco a poco y sutilmente me introduce en un juego, un mundo mágico de lo absurdo, de lo ilógico, de lo que no tiene razón y de pronto me doy cuenta que él juega conmigo, no soy yo la que decide qué hacer con el libro, el libro es el que decide que hacer conmigo.
Sabemos que hay escritores, y escritores, Cortázar para mi, es sencillamente un maestro.
Quizás parezca extraño, muy pocas veces me pasa, pero es verdad, Historias de Cronopios y de Famas es un libro siniestro que convulsiona poco a poco mi ser, hasta que me hace perder la calma, muy tÃpico de Cortázar.
Es decir, sus historias nos hablan de unos pequeños seres verdes y húmedos llamados Cronopios ¿Qué es un Cronopio? De ahà viene mi problema.
En realidad, más que un problema, es una confusión.
El texto siguiente que usted leerá es una aproximación al gran mundo de Cortázar y su libro.
Muchas veces nos catalogamos en diferentes grupos de personas, asà por ejemplo pensamos que somos los inteligentes, los trabajadores, los apasionados, los alocados, los indecisos, los que soñamos, los que volamos, los que creemos, los que lloramos, los que somos y asà con el transcurso del tiempo nos damos cuenta que somos más que eso, vivimos y sentimos segundo a segundo. Ahà nace este libro, donde lo fantástico irrumpe con fuerza en lo cotidiano, u nos damos cuenta que la vida es más que rutina y sentido común.
Y asà es, en este libro interactúan unas grandes miniaturas que son los cronopios, húmedos, verdes, desordenados por naturaleza, tÃmidos, que van y vienen en el mundo actual, amando la vida, disfrutándola, están en un gozo total constantemente.
¿Es que acaso no venimos al mundo para eso? ¿Cuántos de nosotros nos identificamos con un Cronopio? Julio Cortázar es uno de ellos.
Es increÃble como nos cesta entender que es fácil ser feliz, nos cuesta soñar, nos cuesta vivir nuestros sentimientos.
En el momento que empiezo a vivir en el libro y fusionarme con el, Cortázar me utiliza como tÃtere, me maneja de tal manera que me hace pensar lo impensable y me doy cuenta de lo que hay detrás de todo esto.
Sin embargo, ahà no termina la travesÃa, y menos el juego. Por ahà aparece un Fama.
¡Oh…Famas! Seres extraños que les gusta llamar la atención, mostrar cosas que quizás no son, les fascina aparentar, viven porque es la tarea de la vida: Vivir y vivir bien. Tristemente nos encontramos todos rodeados de famas.
Ahora, como olvidar a los personajes mas interesantes, las Esperanzas, estas esquivas, escurridizas, que se pasean por las alcantarillas de mi mente. Seres intermedios, no saben bien donde situarse, despistadas pero observadoras.
Realmente son muy indiferentes y las esperanzas siempre están del lado que les conviene, se podrÃa decir que son algo tontas e ingenuas.
Pero a todo esto ¿Por que juega Cortázar de esta manera conmigo?
Tratando de entrar al juego y no ser el juguete, me doy cuenta que vivimos en un mundo de Cronopios, Famas, y Esperanzas. Tenemos muchas cosas que disfrutar pero no lo hacemos.
Cortázar escribió este libro sin trucos, sin moralejas, es simple, solo escribió.
Estoy hablando de un Cortazar real, que nos dice que las acciones más simples de nuestras vidas se pueden convertir en grandes aventuras.
Un Cortázar que me cuenta poco a poco historias extrañas, complicadas envolviéndome en poesÃa y me lleva a un viaje largo y feliz.
A la vez, Cortázar me tiene y me instala donde una parte irrenunciable del ser humano halla respuestas a preguntas sin palabras, un mundo fantástico habitado por extrañas criaturitas de altura y abismo.
Pese al esfuerzo que hago hay algo más fuerte que yo, que me hace comparar a los cronopios con seres que habitan mi mundo, mi realidad y toman un aspecto relativamente humano, con esas conductas especiales que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas.
Frente a ellos estás los Famas, grandes gerentes de bancos, Presidentes de las Repúblicas, la gente formal que defiende el orden.
En cambio, las Esperanzas están a la mitad del camino, sometidas según circunstancias, a las influencias de los Famas o de los Cronopios.
Pero, ¿Qué es Cortázar? ¿Dónde esta? ¿Tiene que importarme?
Busco a Cortazar y veo detrás un Gran Cronopio, que amaba hacer cualquier cosa que hacÃa. Veo que tenia un laberinto en la cabeza, tan bien resuelto, que lograba plasmar en libros la solución.
Veo a un humano.
Además, veo a una persona solitaria que ama la escritura, ama la lectura, ama amar, y me va envenenando de ganas de saber más de él.
Muchas veces me interne en el mismo cuento, tratando de descubrir mensajes ocultos, juegos de la mente o cosas parecidas en su escritura, pero nunca los encontré. Es impresionante como cada lÃnea suya dice lo que tiene que decir. No nos permite el beneficio de la duda.
Cortázar muestra en sus libros realidades que logra convertir en obras de arte enfermas, alucinógenas, hasta humorÃsticas, y me pregunto ¿Qué pensarÃa el al saber que alguien lo analiza y lo piensa? Probablemente rÃa un buen tiempo.
De pronto, me voy dando cuenta que estoy dejando de ser el juguete, me convierto clara como lentamente en el acompañante de juego de Cortázar, algo más que eso, en su rival. Supongo que el tiene una gran táctica, la de encasillarme, el quiere que yo sea un fama.
Definitivamente se está haciendo un nudo ciego en mi mente, también en mi corazón.
No logro comprender las palabras que escribo, no sé para donde van, hasta dudo que sean reales.
Me arrepiento lentamente de que este libro haya llegado a mis manos, mi frustración aumenta. Este juego se torna injusto.
Ya más confiada me doy cuenta de algo muy triste.
En mi intento de distraer la atención de mi oponente, el toma la delantera y aunque trato de alcanzarlo y seguir mi lucha, este Gran Cronopio me ganó. Asà que perdÃ.
2006-07-21 07:10:39
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answer #5
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answered by Anonymous
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