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9 respuestas

Teseo, Demetrio y Hermia.

2006-07-20 12:07:55 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 1

Piramo y Tyisbe,cuyas historias se relatan en "La metamorfosis de Ovidio";Bottom,que es un burro y su transformación proviene de la obra "El burro dorado "de Apuleyo.Los tema principales de la obra son: el amor y l magia y los sueños y la realidad.El tema principal es la boda entre el duque Teseo y la reina de las amazonas Hipólita.Personajes mitológicos como el rey y la reina de las hadas,Oberón y Titania y el duende Puck entremezclan sus propios destinos con el de dos parejas de enamorados: Hermia y Lisandro y Demetrio y Helena

2006-07-24 09:49:29 · answer #2 · answered by Anonymous · 1 0

quien es el autor?

2006-07-23 14:30:00 · answer #3 · answered by marce 5 · 0 0

Teseo, Hepolita, Demetrio, Hermia, Lisandro, Puck

2006-07-22 20:13:57 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 0

overon puck titania teseo demetria hermia lisandro hyppolita bottom peter quince helena starveling snug de joiner tom snut


Todo comienza cuando Hermia (Anna Friel) y Lisandro (Dominic West) se internan en el bosque para escapar del padre de Hermia, Egeo, que pretende casarla con Demetrio (Christian Bale). Demetrio va en persecución de su amada Hermia, y a éste, muy pronto le va seguir otra amante desesperada: Helena, que adora a Demetrio pero que lamentablemente encuentra su cariño no correspondido. Derrotados, confundidos, enlodados en charcos de barro, este cuarteto se halla cerca del recóndito hogar de las Hadas, donde las ninfas del agua y los sátiros festejan la llegada de la noche en los bares y cafés de las Hadas. El caos se origina cuando el travieso duende Robín (Stanley Tucci) administra a uno de los amantes una poción amorosa secreta, provocando que los amantes se mezclen y combinen entre ellos con fatales resultados. Al mismo tiempo, un grupo de actores se reúne en los mismos bosques para representar una obra de teatro; una obra que se ve interrumpida cuando Fondón (Kevin Kline), el actor protagonista, se convierte en un juguete en las batallas amorosas entre Oberón (Rupert Everett), el rey de las Hadas, y Titania (Michelle Pfeiffer) su reina.

Rodada en localizaciones italianas, "El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare" es una comedia romántica y caprichosa de más de 400 años de edad que ahora va a poder verse de una manera totalmente distinta a como se ha podido contemplar hasta el momento.

En la plaza mayor, delante de una gran casa del Renacimiento de la campiña toscana, los preparativos para la boda del Duque están en curso. Inadvertidamente, dos pequeñas figuras se mezclan con la gente de la ciudad, recopilando viejos tesoros y acarreándolos hacia un destino desconocido...

Como si su novia Hipólita no estuviera suficientemente pejiguera al acercarse el enlace, el Duque se ve obligado a escuchar las quejas de dos bandos enfrentados a causa de un matrimonio convenido: El irascible y viejo Egeo ha dado en matrimonio a Demetrio a su hija Hermia, pero Hermia ama a Lisandro y quiere desposarse con él. Obligada por el Duque a obedecer a su padre, Hermia planea fugarse con su verdadero amor, usando un invento de reciente creación: la bicicleta. Pero la mejor amiga de Hermia, Helena, que ama a Demetrio, le pone al tanto a éste de lo que traman. Esa noche, cuando los amantes huyen a través del bosque, Demetrio les sigue en su propia bicicleta, sin saber que Helena también pedalea tras él...

En las inmediaciones del bosque se encuentra igualmente un grupo de actores aficionados: cinco artesanos del pueblo que buscan un lugar apartado donde poder ensayar La dolorosísima comedia y la crudelísima muerte de Píramo y Tisbe. Aunque su estrella, Fondón el tejedor, es lo peor de lo peor y una figura cómica en el pueblo, ellos confían en interpretar la obra ante el mismo Duque en el día de su boda y ser generosamente recompensados por sus esfuerzos.

Sin que lo sepan los amantes ni los actores, su viaje por el bosque los ha conducido a las mismas puertas del hogar secreto de las hadas, en el que el travieso duende Robín va a administrar a uno de los amantes una poción amorosa que hace que éstos se mezclen y combinen con fatales resultados. Mientras, los ensayos de los artesanos se verán interrumpidos cuando Fondón, seducido por el encantamiento de Robín, se convierte en un instrumento en los juegos amorosos de Oberón y Titania, el Rey y la Reina de las Hadas.

Un espléndido reparto recrea esta encantadora nueva versión de la comedia más mágica de Shakespeare, encabezado por Michelle Pfeiffer (Intimo y personal, Un día inolvidable) en el papel de la Reina de las Hadas y Kevin Kline (La tormenta de hielo, In & Out) en el papel de Fondón, su improbable amante. Rupert Everett (La boda de mi mejor amigo, La locura del rey Jorge) es el celoso Oberón, Stanley Tucci (Big Night, The Impostors) es su lugarteniente Robín, David Strathairn (L.A. Confidential, El inolvidable Simon Birch) es el Duque Teseo y la actriz francesa Sophie Marceau (Braveheart, A la luz del fuego) es la caprichosa novia de Teseo, Hipólita.

Calista Flockhart interpreta a Helena, que persigue obstinadamente al objeto de su amor, Demetrio, interpretado a su vez por Christian Bale (Velvet Goldmine, Mujercitas). Enredados con ellos en la telaraña de Robín se encuentran Dominic West (Sobrevivir a Picasso) y Anna Friel, cuya carrera en el cine ha despegado recientemente después de haber interpretado durante tres años a la chica inglesa a la que los espectadores disfrutaban odiando en el popular serial de la BBC Brookside.

Secundando a Fondón en sus efusiones artísticas se encuentran el ganador de un Tony, Roger Rees (The Adventures of Nicholas Nickleby) como Membrillo, el director y escritor de la troupe; Sam Rockwell (Box of Moonlight), en el doble papel de Flauta y Tisbe; El mimo de Broadway y artista Bill Irwin (Fool Moon) como Morros; Max Wright como Hambrón; y Greg Jbara como Azuela el ebanista.

Representando a la generación madura, el largo tiempo colaborador de Kenneth Branagh, John Sessions, interpreta a Filostrato y Bernard Hill (al que se le vio por última vez con su barco en Titanic) al aguafiestas padre de Hermia, Egeo.

El director Michael Hoffman (Un día inolvidable, Restauración) ha trasladado la obra más popular de Shakespeare a las verdes y luminosamente doradas terrazas del norte de Italia, a finales del siglo XIX, donde se rodaron los exteriores siguiendo las pautas del director de fotografía Oliver Stapleton (Un día inolvidable, Los timadores).

La diseñadora de producción Luciana Arrighi, nominada al Oscar® por su trabajo en Regreso a Howard’s End y Lo que queda del día, unió su talento con la diseñadora de vestuario Gabriella Pescucci, ganadora del Oscar? por La edad de la inocencia, del director Martin Scorsese, para crear el contraste entre los mundos de la Toscana del siglo XIX y el reino de las Hadas de Oberón y Titania, el cual fue creado en el "Escenario Fellini" de los estudios romanos de Cinecittà. Paul Engelen (Batman) se ocupó del extraño, bello y a veces intrigante maquillaje de las misteriosas criaturas que pueblan el mundo de las Hadas.

Además de la banda sonora compuesta por el compositor británico Simon Boswell, "El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare" utiliza la inmortal música de Felix Mendelssohn para la obra de teatro, así como fragmentos de Puccini y Verdi para expresar los anhelos románticos de los personajes. "Al principio sólo tenía la imagen de este torpe y pequeño Robín cabalgando sobre la concha de una tortuga a través de la campiña toscana-dice el director Michael Hoffman-. El resto de la película nació a partir de aquí."

Realmente, el deseo de Hoffman de escribir esta adaptación al cine de El sueño de una noche de verano, de Shakespeare nació de una representación de la propia obra en la que él interpretaba el papel de Lisandro. Esta producción se llevó a cabo con otros antiguos miembros de su departamento universitario de teatro en Boise, Idaho. Unos años más tarde, mientras estudiaba teatro en Oxford, dirigió otra producción de la obra, lo que le traería la primera oferta para dirigir una película. Hoy, la compañía que Hoffman y sus amigos montaron en Boise está construyendo un teatro de 3 millones de dólares, y él acaba de terminar su octavo largometraje: Un pequeño prodigio que debería ser una adaptación de El sueño de una noche de verano. "Siempre pensé que esta obra era una bendición para mí" -dice.

La productora Leslie Urdang es fundadora del New York Stage and Film, un distinguido centro de producción y taller de Manhattan en el que muchos miembros del reparto (Calista Flockhart, David Strathairn, Roger Rees, Bill Irwin y Sam Rockwell) han actuado. De niña, la misma Urdang bailó haciendo el papel de un hada en la película de 1966 del ballet de George Ballanchine que se hizo basándose en la obra. Urdang dice que El sueño de una noche de verano, perenne favorita entre las obras escolares, es la única obra de Shakespeare que todo el mundo parece conocer. "Hables con quien hables todo el mundo parece haber interpretado un personaje en ella -indica-, sea actor o sea tu dentista que la interpretó en la guardería o cuando estaba en un campamento de verano. Es la única a la que puedes llevar a tus hijos. De alguna manera es una especie de El mago de Oz. "

Cuando Hoffman y Urdang empezaron a hablar sobre la posibilidad de hacer una película sobre El sueño de una noche de verano hace más de dos años, descubrieron que tenían ideas parecidas respecto a la elección del reparto. Urdang creía que Michelle Pfeiffer y Kevin Kline serían fantásticos para la versión cinematográfica, mientras que Hoffman, por su parte, ya le había hablado a Kline del proyecto cuando ambos trabajaron juntos en Escándalo en el plató. Después de dirigir a la Pfeiffer en Un día inolvidable, dando la réplica a George Clooney, Hoffman le dijo a Urdang que estaba de acuerdo con ella. "¿Quién mejor que Michelle Pfeiffer -dice-, con su talento interpretativo y su etérea belleza, podría interpretar a la Reina de las Hadas?" Seis semanas más tarde Hoffman volvió con un guión.

Shakespeare había emplazado la historia originariamente en una versión inglesa de la antigua Grecia, para que los espectadores isabelinos se sintieran como en casa. Buscando un escenario que resultara más cercano en el tiempo para el público contemporáneo; pero manteniendo a la vez la altamente formal cultura aristocrática, Hoffman decidió trasladar la historia a la Toscana de finales del siglo XIX, una zona de Italia que él conoce bien. "Es el comienzo del final de las gorgueras y los polisones, una cierta liberación cultural -dice Urdang-. La bicicleta, que desempeña un papel importante en el guión de Michael, era un invento relativamente reciente que, al permitir viajar sin tener que estar encerrado en un coche de caballos, trajo también una nueva forma de libertad."

"Aparte de esto, el rodaje es en Italia, donde la cultura civilizada se adereza con la pasión por la comida, el amor por el campo y los elementos más naturales del mundo" -añade Urdang. "Así que cuando se internan en el bosque, todas las ropas desaparecen -recapitula sucintamente Anna Friel-. El corazón en la noche loca en el bosque está en las escenas entre Titania y Fondón, donde Hoffman encontró el corazón emocional de la película. "Fondón es una de las más grandes creaciones cómicas de Shakespeare -dice Kevin Kline-. Él es el paradigma del mal actor. Quiere interpretar todos los papeles, y piensa que es un don del cielo para el teatro. Realmente, hay un poco de Fondón en todo aquél que se haya puesto sobre un escenario. Es el papel soñado por cualquier actor, porque puedes entrar en contacto con ese amor infantil de la actuación que motiva a los actores." "Pero Fondón tiene el alma de un artista -añade Kline-. Ama huir de la realidad en la que está , descubrir algo más noble y más hermoso en sí mismo, lo que el personaje va a lograr con su cita con Titania, la Reina de las Hadas.

"Michael construyó una historia de amor entre Fondón y Titania muy diferente a las que hasta ahora se habían hecho -dice Urdang-. En su versión, Fondón se enamora de verdad de Titania. "¿Y si Fondón, como el rey de los actores aficionados, ha mancillado su grandeza como actor porque nunca ha estado enamorado en su vida? -propone Hoffman-. Así que comencé a construir una historia para él, una vida frustrante y un matrimonio infeliz." "Al haber escrito la adaptación teniendo a Kevin en mente, Michael lo puso como un personaje típicamente italiano, el cual podría haber sido perfectamente interpretado por Marcello Mastroianni -comenta Urdang-; un hombre que reclama su dignidad desde lo más profundo de su ser y que halla ésta a través del amor."

Michelle Pfeiffer destaca además que Titania está teniendo disputas conyugales con su marido, por lo que su pasión por Fondón es aún más comprensible. "Titania y Oberón son el Rey y la Reina -dice-, así que se rigen por normas de comportamiento muy distintas de las que siguen Titania y Fondón. Creo que la relación con Fondón es muy liberadora para ella por su simplicidad." Para asegurarse de que las expresiones faciales de Kline en sus escenas con la Pfeiffer pudieran ser apreciadas, Hoffman hizo que el mago del maquillaje Paul Engelen creara una nueva apariencia para Fondón después de que éste sufre su cambio, con largas orejas de burro y mejillas peludas. "Durante siglos, cuando Fondón era hechizado, le ponían una cabeza de asno encima y desaparecía como personaje -dice Hoffman-. El maquillaje de Paul permitió que Kevin siguiera siendo Kevin y estuviera muy presente." "Él está realmente guapo de burro -añade maliciosamente Pfeiffer-. Y todas las chicas pensaban lo mismo."

El rodaje comenzó con las escenas en las que Fondón y sus compañeros actores ensayan la tragedia de Píramo y Tisbe para el día de la boda de Teseo. "Ya conocía a estos chicos, del teatro y de haber trabajado con ellos antes en alguna película -dice Kline-, así que hubo un sentimiento instantáneo de grupo." Hoffman quería que sus escenas fuera graciosas, pero también pensaba que debían subrayar el tema de la dignidad perdida y recuperada, que es el corazón de la historia de Fondón. De nuevo, la ubicación en Italia nos dio la clave.

"Habiendo vivido en un pueblo de la Toscana -señala-, me recuerdo sentado en la plaza mayor viendo a cuatro o cinco paisanos de mediana edad en torno a la mesa de un bar y jugando a las cartas. Te dabas cuenta de que habían vivido en esa ciudad y eran amigos desde que eran críos. Así es como quería que fuese la troupe teatral. Están un poco alicaídos y se juntan para poner en escena esa obra. Triunfan realmente haciendo algo por sí mismos, y pienso que eso es muy conmovedor."

Al construir las escenas de los cuatro amantes que huyen al bosque y son hechizados, Hoffman se encontró con un problema diferente. "Al haber interpretado a Lisandro y Demetrio, conocía la sensación -dice-. Tienes los artesanos en uno de los lados que te hacen reír y las hadas en el otro. ¿Cómo evitar que resultaran blandos? Aquí es donde las bicicletas vienen al pelo. Suponían un obstáculo y un nivel de comedia que no tienes que sobrepasar para tener éxito."

El absurdo de la gente persiguiendo el amor en bicicleta permitía a los actores concentrarse en encontrar las bromas donde Shakespeare las puso, en los pasajes que tratan los desasosiegos que los joviales personajes sufren como consecuencia de la poción amorosa de Robín. "La comedia ya está en la obra y no necesitas hacer gran cosa para conseguir la risa -dice Christian Bale-. Trata de cómo la gente enamorada cree estar cuerda, cuando el resto de los mortales piensan que están locos. El humor está realmente en su pasión y seriedad."

"Por ejemplo, veo a Demetrio como alguien autoritario, ligeramente militarista, no como un tipo muy simpático -continúa Bale-. Luego, cuando cae bajo el hechizo de Robín se convierte de repente en un loco apasionado del amor." Dominic West, que interpreta al ardoroso Lisandro, dice: "Lisandro ama a Hermia hasta que se internan en el bosque cuando, al ponerle el duende el jugo en los ojos, muestra su lado más oscuro. Se enamora de la mejor amiga de su amada, lo que ocurre a menudo, pero ella lo rechaza. Cuando despierta, vuelve a enamorarse de la persona adecuada, aunque no sin haber escarmentado en el ínterin."

"Shakespeare escribió la obra inmediatamente después de Romeo y Julieta, y, en realidad, es un Romeo y Julieta con risas -continúa West-. También muestra lo ridícula que es la gente cuando dice: la quiero tanto que me mataría sino fuera mía. En cierta sentido es maravilloso y, en otro, algo estúpido." "Si Hermia llora, lo que es algo que hace con relativa frecuencia, yo lloraba de verdad-dice Anna Friel-, porque los personajes son muy reales". Su personaje tiene todo el derecho a llorar: mientras que al principio se encuentra en la envidiable situación de verse perseguida por dos pretendientes, Hermia ve luego que, repentina e inexplicablemente, es despreciada por ambos galanes y cambiada por su mejor amiga, por la que sentía lástima hacía sólo un rato.

Calista Flockhart interpreta a la amiga de Hermia, Helena, que pedalea detrás de Demetrio cuando esté va al bosque en persecución de Hermia. "La gente puede pensar que Helena es una perturbada -dice Calista Flockhart-; pero me gustaría pensar que ella sabe que Demetrio, en algún lugar dentro de él, la ama y sólo quiere llamar su atención, lo que le da confianza." "Ella no está únicamente obsesionada con Demetrio -aclara Flockhart-. También está un poco obsesionada con su bici. Fue un poco duro, pero estuvo bien, pues me proporcionó una terrible dificultad que vencer y con la que trabajar."

El director dice que la bicicleta también se mostró muy útil a la hora de perfilar el personaje de Helena. "Acaba simbolizando todas las cosas que ella mitifica y que la convierten en una víctima -señala-, como la idea de que no es lo bastante guapa, bastante buena o lo suficientemente encantadora. Se convierte en una especie de mascota que lleva siempre consigo, como todos los conceptos negativos que tiene de sí misma y que con el tiempo es capaz de superar."

La obsesión de Helena parece haberse trasladado al director. Durante el rodaje en los estudios Cinecittà de Roma, se pudo ver a menudo a Michael Hoffman probando las viejas bicicletas que iban a ser empleadas en la película, asegurándose de que los frenos y el resto de las piezas funcionaran adecuadamente antes de poner sobre ellas a los actores.

Con las bicicletas, tan sugeridoras de lo cómico y lo dramático, encontraron una solución al problema planteado por el escaso presupuesto de la película en materia de efectos especiales, dice el director: "Robín dice cosas como ‘Voy, voy, mira cómo voy/más rápido que la flecha de un arco tártaro’ o ‘Pondré un cinturón de la Tierra alrededor/En cuarenta minutos.’ Y pensé, ¿qué voy a hacer con eso?" Entonces se me ocurrió que quizás la tortuga podría cambiarse por una bicicleta. ¿Y si Robín no hubiera visto nunca una bicicleta?"

Ésta fue la inspiración para el comienzo de la película y ayudó a Hoffman a resolver lo que consideraba el mayor desafío de rodar "El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare". "Lo más duro para mí fue siempre el mundo de las Hadas -dice-. El departamento de maquillaje creó criaturas que entraban mucho en el nivel de defensa consciente y se parecían un poco a algo que hayas visto en los sueños. Pero… ¿cómo moverse del mundo concreto de las rocas y piedras reales al singular grupo lleno de ninfas, sátiros, centauros, Medusas y criaturas de dos rostros?"

Así que, en la escena que abre la película, una bulliciosa plaza mayor de la Toscana italiana llena con más de 300 extras vestidos por la diseñadora de vestuario Gabriella Pescucci con trajes de comienzos de siglo, los espectadores con buen ojo podrán divisar sátiros con ropa de calle que lucen cuernos bajo sus sombreros y tiene pequeños pies de sátiro, acarreando el botín con el que adornar el reino de las hadas del que provienen y mejorar así su tecnología.

"Usamos los mismos rojos, ocres y sienas tostados que, más tarde, vamos a ver en el Bosque Mágico con la intención de casar los dos mundos -dice la diseñadora de producción Luciana Arrighi-. Montepulciano, donde rodamos las escenas de la plaza y el teatro es un lugar extraordinario que posee una arquitectura maravillosa, para nada una típica Piazza italiana."

Las Hadas, que son responsables del hechizo que trae el mal tiempo descrito en la obra, debían de estar trabajando cuando se rodó en esta localización: Al llegar a Montepulciano, conocido por sus sinuosas colinas verdes y su simpar luz toscana, el equipo se encontró con una abundante nevada primaveral. La productora Urdang reclutó cuadrillas de gente de la localidad con palas y, en el primer día de rodaje, el director de fotografía Oliver Stapleton bañó la Piazza con una luz dorada, mientras chicos de apoyo retiraban enérgicamente la nieve que aún permanecía allí.

Para cuando el equipo llegó a Villa d’Este los problemas con el tiempo habían desaparecido. Aquí, los pintores de escena añadieron un fresco que inmortalizaba a Cupido a los mágicos frescos de bosques y ríos que ya adornaban el lugar. Los interiores del palacio de Teseo se rodaron en esta Villa, mientras los exteriores de palacio y el banquete de bodas se rodaron en el Palazzo Farnesi de Caparolla.

La obra maestra de la producción fue, desde luego, el Bosque Mágico, el cual ocupó todo un escenario de Cinecittà. Para el mundo de las Hadas oculto en el bosque, Hoffman y Arrighi recurrieron a la tradición que identifica a las hadas con las deidades precristianas. "Decidimos que eran paganas y que deberían habitar en los templos y otros lugares de una antigua civilización -señala Arrighi-, específicamente, la civilización etrusca que precedió a la cultura romana en esta parte de la península italiana."

Misterioso, mágico y amenazador, el reino de Oberón es un gran valle en el que los antiguos templos y tumbas etruscos se han llenado de raíces y verdor, mientras que el mundo de Titania, inspirado en parte por las pinturas prerrafaelistas, es más femenino, un templo algo más clásico en el que habitan las hadas, con un nido que puede ser elevado o bajado por su Reina.

Si Federico Fellini hubiera estado mirando desde allá arriba, se habría visto sorprendido por el olor a madera, a plantas y flores frescas que inundaba su escenario número 5, porque nada en el Bosque Mágico era falso. Y, ciertamente, tampoco se hubiera sentido desilusionado al contemplar el mundo de las Hadas, que ha sido el decorado más fascinante y lujoso que se ha construido allí desde que se hizo Rex, el poderoso transatlántico oceánico de Y la nave va. Estanques, barro, aguas sulfurosas, humo, fuego y senderos por los que los actores se perdían realmente en la inmensidad de este construcción... un lugar deslumbrante y romántico; con sátiros arreglando bicicletas en sus talleres de piedra, hadas cosiendo en pequeñas grutas y un invento de Hoffman: el bar de las Hadas, una de las modernas sorpresas de la película.

Al final de un difícil rodaje de nueve semanas, Hoffman y Urdang habían superado la difícil misión de conseguir una unión visual, emocional y temática entre los muchos mundos que se dan cita en la obra. "Tiene algo para todos -dice Urdang-. Para la gente joven trata de los impulsos y obsesiones del amor joven, los obstáculos que te encuentras y cómo los salvas. Con los amantes más maduros, Titania y Oberón y el Duque y su prometida, trata del equilibrio de poder entre hombres y mujeres y el respeto que cada parte tiene que tener hacia la otra. Trata también, con Fondón y Titania, del amor idealizado que pienso que todos entendemos, ese amor ideal que traemos a nuestros corazones cuando volvemos del bosque sombrío y que, más tarde, moldea la forma en que vemos el mundo."

"Mientras trabajaba en ella, el conflicto entre el amor y la dignidad, y en a cuánto de ti mismo eres capaz de renunciar para conseguir el amor se convirtió para mí en el tema central de la película-dice Hoffman-. El deseo de amar es muy fuerte en todos ellos, desde Oberón, que no quiere renunciar a casi nada, hasta Helena, que está deseosa de renunciar a todo. Son realmente los polos opuestos de la película y la historia de Fondón muestra cómo, a veces, puedes recuperar tu dignidad al perderla completamente por amor."

Stanley Tucci, que interpreta a un Robín mayor y que parece estar un poco cansado de superar récords de velocidad mientras cumple las órdenes de Oberón, dice que todo se remonta a "El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare": "Es una comedia desvergonzada, pero es también como cualquier otra de las obras de Shakespeare. Todas son increíblemente bellas y conmovedoras… y siempre hay amor."

Juzgando su maduro estilo poético, los expertos creen que El sueño de una noche de verano se escribió en 1595 ó 1596, dos años en los que la campiña inglesa sufrió un verano inusualmente lluvioso, al que la obra parece aludir cuando dice:

En el campo anegado el redil está vacío

y los cuervos se ceban en las reses muertas.

El terreno de los juegos se ha embarrado

y, por falta de uso, los laberínticos senderos

apenas se distinguen invadidos de hierba.

Se cree que fue escenificada por primera vez en un boda de la nobleza, con niños de ambas casas nobles reclutados para interpretar a las Hadas, y con la mismísima reina Isabel – la reina de las Hadas según Spenser – presente como invitada de honor para escuchar el homenaje que Oberón le hace como "una hermosa virgen que reinaba en Occidente," inmune a los dardos de Cupido.

Esta primera producción habría sido interpretada por hombres y niños vestidos con trajes isabelinos contemporáneos. Virtualmente, no habría habido decorados ni efectos escénicos, aunque es posible que el niño-actor que interpretase a Robín hiciera la salida del segundo acto (a las palabras "Pondré un cinto a la tierra en cuarenta minutos") columpiándose en una cuerda como Mary Martin en Peter Pan, y repitiera el mismo efecto en el acto III ("Me voy, me voy. Mira cómo salgo: / más deprisa que las flechas de los tártaros") para dar a los espectadores de ambos lados del teatro la posibilidad de verlo bien.

El Dr. Samuel Johnson especuló con que Shakespeare hubiera escrito el personaje de Fondón para reírse del dueño de un teatro rival. También existe la leyenda de que el mismo Shakespeare había interpretado al Duque Teseo, en cuyo caso el comentario del Duque sobre la producción de Píramo y Tisbe que ejecutan los artesanos hubiera tenido cierta gracia:

Vaya, si el que la escribió hubiera hecho de Píramo,

y se hubiera ahorcado con la liga de Tisbe,

habría sido una hermosa tragedia.

En cualquier caso, podemos estar seguros de que Fondón fue interpretado por el bufón residente del Teatro del Globo, William Kempe, para detrimento del personaje, según lo manifestado por Sir Harley Granville Barker en su famosos Prefacios a Shakespeare. Escribiendo el papel para un cómico que no era realmente un actor, argumenta Barker, Shakespeare lo estropeó al plantear el sinsentido de que Kempe hiciera el payaso con él (particularmente cuando Fondón cuenta su sueño). El público de hoy en día encuentra generalmente ese parlamento conmovedor, sin embargo, sí estaríamos de acuerdo con el crítico que escribió recientemente que Fondón es "el personaje más atractivo desde Falstaff" y "un exitoso y temprano ejemplo de la invención de Shakespeare del ser humano."

Popular ya en tiempos de Shakespeare, El sueño de una noche de verano desapareció de la escena inglesa cuando los puritanos cerraron los teatros, sobreviviendo sólo en gags cómicos remendados de las escenas de Fondón y sus amigotes en una no oficial, cuando no clandestina, representación. Cuando reapareció después de la Restauración se había transformado en una ópera, La Reina de las Hadas (1662), con música de Henry Purcell. La lujosa primera representación de la ópera de Purcell – completada con efectos escénicos como "un baile de seis monos" y "un gran baile de veinticuatro chinos" – estableció el modelo que se iba a seguir en el siguiente siglo, en el que El sueño de una noche de verano fue mutilado, reescrito y reciclado como un entretenimiento ligero que descansaba sobre todo en el espectáculo lujoso, en detrimento de lo que quedaba del texto de Shakespeare.

Las primeras décadas del siglo XIX vieron aún más superproducciones que menospreciaban la obra con efectos musicales y visuales. La obertura de Félix Mendelssohn, comenzada a utilizarse en esa época, y su otra música incidental, interpretada ya en concierto en 1844, se convirtieron en un clásico de las producciones teatrales a partir de entonces. Pero los gustos propios del Romanticismo también supieron valorar la poesía de la obra, lo que la llevó a ser considerada una de las obras maestras de Shakespeare – su tributo a las fuerzas de la imaginación.

Como resultado, la obra reapareció a finales de siglo, todavía en un contexto de elaborados artificios visuales, comenzando con una producción representada en el Covent Garden en 1844 de una empresaria de teatro italiana, Madame Lucia Elizabeth Vestris. Esta histórica producción utilizaba más parte del texto de la que el público estaba acostumbrado a escuchar mientras eliminaba, por la mojigatería de la época, figuras como "velas bien hinchadas" o "lascivas alas". También inauguraba la práctica de usar mujeres para interpretar a Oberón y a Robín (que salía del escenario sentado en un champiñón tras su primera entrada) para sugerir su efímera naturaleza. Doce años más tarde, una producción teatral muy popular de Edmund Kean introdujo a hadas adultas, con una Ellen Terry de ocho años de edad repitiendo el recurso al champiñón de Robín.

La vuelta a algo parecido a la puesta en escena de Shakespeare se produjo en la producción londinense de 1914 concebida por Harley Granville Barker. Este actor, convertido en productor, tenía gran respeto a la magia del verso shakespeariano; lo que obligaba a sus actores a interpretar con un estilo "rápido, melodioso y natural" que era la antítesis de la estentórea costumbre escénica de recitar a Shakespeare. Barker también simplificó la puesta en escena de El sueño de una noche de verano, representando el palacio de Teseo con columnas blancas, y usando telas multicolores para indicar el bosque. Actores maduros, con ornamentos de bárbaro y pintados en oro, interpretaban a las Hadas; con Oberón y, por primera vez, Robín siendo interpretados por hombres adultos; y con un Fondón más contenido, dando a conocer aspectos del personaje que tres siglos de las bufonadas de costumbre – La maldición de Will Kempe, según Barker – habían borrado.

Cuando Barker montó su producción, la obra ya se había representado en tres ocasiones en un medio completamente visual, la pantalla silenciosa. La primera película fue una producción de Vitagraph de 1909. rodada en parte en exteriores que incluían el Flatbush y el Prospect Park a cargo de Charles Kent, un notable actor teatral que se pasó al cine cuando perdió la voz. Ese mismo año se pudo ver una truncada versión francesa, a la que siguió, en 1913, una versión italiana sin los artesanos y una versión alemana que parecía haber anticipado la tendencia de algunas producciones teatrales modernas de tratar El sueño de una noche de verano como una pesadilla bastante desagradable. Dicha interpretación fue ampliada en una película germana de 1925 que hacía un uso exagerado de fotografías dobles, anacronismos de la etapa decadente de Weimar (un teléfono, una banda de jazz) y un Robín femenino tan lascivo que la película no fue autorizada para todos los públicos.

Fue también un alemán quien dirigiría la primera versión de El sueño de una noche de verano como largometraje de la época del cine sonoro. El gran director teatral Max Reinhardt, que la había puesto en escena muchas veces tanto en Europa como en América entre 1905 y 1934, dirigió, junto a William Dieterle, una versión cinematográfica con grandes estrellas para la Warner Bros. Tan revolucionario como Barker, Reinhardt había intentado, con el paso de los años, enfocar la obra desde distintas perspectivas, desde la más simple a la más lujosa, culminando con una espectacular producción en un anfiteatro de Hollywood con portadores de antorchas descendiendo de las colinas circundantes para la boda de Teseo e Hipólita.

Impresionado, Jack Warner dio luz verde a la primera superproducción de Shakespeare en el cine, protagonizada por un Mickey Rooney de once años de edad (vestigio del Anfiteatro) en el papel de Robín, James Cagney como Fondón, Anita Louise como Titania, Victory Jory como Oberón, Dick Powell como Lisandro, Olivia de Havilland como Hermia, el protegido de los Warners Frank McHugh como Membrillo y Joe E. Brown como Flauta. Sensata mezcla de Busby Berkley y el Expresionismo alemán, la luminosa y chiflada versión de Reinhardt mostraba por primera vez el poder del cine para extender y complementar la poesía del texto de Shakespeare.

Visualmente superados por un nuevo medio, los modernos directores teatrales han montado producciones de la obra aún más lujosas, como la producción teatral del Old Vic hecha por Tyrone Guthrie de 1937, con Vivien Leigh haciendo de Titania, o seguido a Barker a la hora de simplificar; una tendencia que culminó en una de las pocas producciones modernas de Shakespeare que puede ser considerada como definitiva: la puesta en escena de Peter Brook en 1970 de El sueño de una noche de verano con la Royal Shakespeare Company.

Aunque su aspecto más controvertido fuera la sexualización de los tejemanejes del bosque, la versión de Brooks era realmente el teatro en sí mismo, reducido a su esencia: actores con trajes de muchos vuelos cuyos brillantes colores destacaban sobre un escenario blanco y desnudo, en el que trapecios (para Oberón y Robín) o una hamaca en forma de una gran pluma roja (para Fondón y Titania) descendían de vez en cuando; acróbatas y juegos malabares supliendo los efectos escénicos; artesanos vestidos al uso contemporáneo (como podrían haberse visto sobre el escenario en tiempos de Shakespeare) y un "cambiado" Fondón cuyo sencillo maquillaje – hocico y orejas de burro – permitía al público ver las expresiones faciales que no hubieran podido ver bajo la tradicional cabeza de asno. (El primer actor que interpretó a Fondón sin llevar la cabeza de burro fue Charles Laughton, en una producción de 1958 dirigida por Peter Hall en Stratford-on-Avon, con un reparto que incluía a Vanessa Redgrave como Helena y a Albert Finney como Lisandro. A Kevin Kline le gusta contar la historia de la carta que Laughton escribió a un crítico que había denostado su actuación como el Rey Lear en una producción anterior en Stratford: "No se preocupe en volver a Stratford para verme en El sueño de una noche de verano, porque lo único que le enseñaré será mi trasero.")

Desde la revolucionaria producción de Harley Granville Barker de 1914, ha sido una constante respetar el lenguaje de Shakespeare en las puestas en escena de El sueño de una noche de verano, sea en teatro o en cine, aunque todavía jueguen un papel muy importante los efectos visuales. Paradójicamente, la vuelta al texto que Barker promovió ha desatado realmente la imaginación de los directores de cine y teatro para inventar variados mundos visuales en los que viva y respire la poesía de Shakespeare; volviendo la mayoría de ellos a las tradiciones escénicas que durante dos siglos embalsamaron la obra con coloridas vistas de Atenas y hadas ampulosas.

Ha habido cinco versiones cinematográficas desde la de Reinhardt, todas muy diferentes: una película experimental checa de 1959 hecha enteramente sin pausas; una de dibujos animados, hecha en 1965, con Mr. Magoo interpretando a Robín; el largometraje de 1968 de Peter Hall, protagonizado por Diana Rigg, Judi Dench, David Warner e Ian Holme haciendo de Robín, con niños como hadas que recordaban a los niños perdidos de Peter Pan; la versión de 1981 de la BBC a cargo de Elijah Moshinsky, interpretada en un escenografía medieval; y la película, basada en la fresca producción teatral neoyorquina de Joseph Papp, que se vuelve repentinamente seria cuando Fondón vislumbra a Titania mirando desde las sombras durante la escena de la muerte de Píramo. También podría mencionarse la versión en cine de 1966 del ballet de George Ballanchine, así como la representación de los Beatles de la obra de Píramo y Tisbe hecha para la televisión británica en el 400 cumpleaños de Shakespeare; y primos tan lejanos como La comedia sexual de una noche de verano, de Woody Allen, que toma prestado sólo el espíritu del Shakespeare original, junto con las hadas y la música de Mendelssohn.

La obra parece recibir con agrado esas libertades: Kenneth Branagh puso en escena en 1990 una versión en la que los artesanos y los aristócratas se juntaban al acabar Píramo y Tisbe, en cantos y bailes sin fin (lo que el público y el reparto reales hubieran hecho al final del estreno de la obra si se hubiera representado en una casa de la nobleza, donde las obras terminaban con un baile de cortesía en el que el público solía participar). En la indispensable historia de representaciones de El sueño de una noche de verano, Jay Halio cuenta incluso haber visto una efectiva versión que tenía lugar en el Viejo Oeste, con hadas vestidas de indias y gritos de guerra colocados discretamente en los, por otra parte impecables, recitados de los versos de Shakespeare.

Halio concluye su historia con una producción que describe juguetonamente como "un nuevo momento decisivo", El sueño de una noche de verano de Robert Lepage (1992) en el Royal National Theatre, en la que el escenario era una larga piscina circular rodeada de taludes de fango, con una única bombilla colgando justo encima. La radical visión de Lepage como obra oscura y sensual en la que no había más accesorio que una cama de bronce, una mujer contorsionista haciendo de Robín, actores que progresivamente se enlodaban en el barro mientras los instintos más básicos de los personajes salían a la palestra, y con chubasqueros de plástico para los espectadores de las tres primeras filas. Según Halio, esta producción altamente iconoclasta, con sólo pequeños recortes en el texto de Shakespeare, también funcionó bastante bien.

La última palabra al respecto, al menos por este siglo, ha sido dicha por Harley Granville Barker, quien eximía a los actores y directores del deber de reinventar El sueño de una noche de verano de Shakespeare volviendo a llevarla al texto del bardo: "Trata esta obra como quieras -escribió en sus Prefacios-, no hay nadie cuya interpretación deba depender tanto de la desconocida calidad individual que solemos llamar gusto... Quizás pueda darte un consejo. Deja que el productor concluya su trabajo en los propios términos de Shakespeare y en ningún otro. Si puede mejorar la música de la obra o la gracia del movimiento de la obra, no se necesitará mucho más... El resto de la aventura, si debe afrontarse, es un asunto del propio hombre."

2006-07-20 12:14:03 · answer #5 · answered by raygoza 1 · 0 0

Lisandro, Titania, Demetrio

2006-07-20 12:11:08 · answer #6 · answered by tigrillo_nc23 2 · 0 0

Teseo, Epolita y Hermia

2006-07-20 12:10:57 · answer #7 · answered by L.O.V.E. SYM 6 · 0 0

Teseo, Hepolita, Demetrio, Hermia, Lisandro, Puck

2006-07-20 12:10:42 · answer #8 · answered by MAVI 5 · 0 0

Demetrio, Oberon y Titania

Como extra: Puck

2006-07-20 12:08:07 · answer #9 · answered by Agny 3 · 0 0

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