has preguntado para responderte tú solo, pero bueno...
en mi caso, no creo en dios para tener vida eterna. lo que me importa es corresponder a su amor, amándolo a él por sobre todas las cosas, y a mi prójimo como a mí mismo, sin diferencia ni distinción.
soy católico porque me parece lógico y razonable, no por tradición.
y sí, vivir la vida según cristo es la más apropiada para ser mejor persona.
2006-07-17 14:13:00
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answer #1
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answered by Anonymous
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¿Es en verdad posible la vida eterna?
“Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” (MATEO 19:16.)
EL REY persa Jerjes I, llamado Asuero en la Biblia, pasaba revista a sus tropas antes de una batalla en el año 480 a.E.C. (Ester 1:1, 2.) Según el historiador griego Heródoto, el rey lloró al ver a sus hombres. ¿Por qué? Jerjes dijo: “Me ha invadido un sentimiento de tristeza al pensar en lo breve que es la vida de todo ser humano, si tenemos en cuenta que, de toda esa cantidad de gente, no quedará absolutamente nadie dentro de cien años”. Sin duda, usted también se ha apercibido de que la vida es patéticamente breve y que nadie quiere envejecer, enfermar ni morir. ¡Cuánto desearÃamos disfrutar de la vida con juventud, salud y felicidad! (Job 14:1, 2.)
2 A este respecto, The New York Times Magazine del 28 de septiembre de 1997 publicó el artÃculo “Ellos quieren vivir”. En él se citaba a un investigador que dijo: “Verdaderamente creo que podrÃamos ser la primera generación que viviera para siempre”. Quizá usted también crea en la posibilidad de la vida eterna, ya que la Biblia promete que podemos vivir para siempre aquà en la Tierra (Salmo 37:29; Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Sin embargo, algunas personas creen que la vida eterna es posible por razones distintas a las que se hallan en la Biblia. Examinar un par de ellas nos ayudará a ver que la vida eterna es en verdad posible.
Diseñados para vivir indefinidamente
3 Una de las razones por las que mucha gente cree que el hombre deberÃa poder vivir para siempre tiene que ver con la maravillosa estructura del cuerpo humano. Por ejemplo, es verdaderamente milagrosa la manera como nos formamos en el vientre materno. Un famoso gerontólogo escribió: “Tras realizar los milagros que nos llevan de la concepción al nacimiento, y luego a la madurez sexual y a la vida adulta, la naturaleza optó por no idear lo que pudiera parecer un mecanismo más sencillo que mantuviera la continuidad de esos milagros para siempre”. Efectivamente, en vista de nuestra maravillosa constitución, no podemos menos que preguntarnos: “¿Por qué tenemos que morir?”.
4 Hace miles de años el escritor bÃblico David meditó sobre esos mismos milagros, aunque no podÃa ver lo que sucedÃa en el interior de la matriz, como hacen los cientÃficos modernos. David se maravilló de su propia formación cuando, según él mismo escribió, se le tuvo ‘cubierto en resguardo en el vientre de su madre’. En aquel tiempo, dijo, ‘se produjeron sus riñones’. También habló de la formación de sus “huesos” cuando dijo: “Fui hecho en secreto”. Luego se refirió a “mi embrión”, y comentó sobre él: “Todas sus partes estaban escritas” (Salmo 139:13-16).
5 Es obvio que no habÃa ningún plan literal escrito para la formación de David en la matriz de su madre. Pero cuando este meditó sobre la formación de sus “riñones”, sus “huesos” y las demás partes de su cuerpo, le pareció como si su desarrollo hubiera seguido un plan, que todo estaba, por decirlo asÃ, “escrito”. Era como si la célula fertilizada dentro de su madre contuviera una gran biblioteca con instrucciones detalladas sobre el desarrollo de un bebé, y estas complejas instrucciones se transfirieran a cada nueva célula en formación. Por ello, la revista Science World dice metafóricamente que ‘cada célula del embrión en desarrollo tiene un armario entero de planos’.
6 ¿Se ha parado usted alguna vez a pensar en el maravilloso funcionamiento de nuestro cuerpo? El biólogo Jared Diamond observó: “Reponemos las células que revisten el interior del intestino una vez cada pocos dÃas; las que revisten el interior de la vejiga de la orina, una vez cada dos meses, y los glóbulos rojos de la sangre, una vez cada cuatro meses”. Y concluyó: “La naturaleza nos desarma y nos vuelve a armar todos los dÃas”. ¿Qué significa esto en realidad? Quiere decir que sin importar los años que vivamos, ya sean ocho, ochenta u ochocientos, nuestro cuerpo fÃsico se mantiene joven. Un cientÃfico calculó en una ocasión: “En un año, aproximadamente el noventa y ocho por ciento de los átomos de nuestro cuerpo son reemplazados por otros que tomamos del aire, el alimento y la bebida”. Como cantó David, ‘estamos maravillosamente hechos’ (Salmo 139:14).
7 La estructura del cuerpo humano llevó a un afamado gerontólogo a la siguiente conclusión: “No está claro por qué tiene que envejecer”. Asà parece que, en realidad, deberÃamos vivir para siempre. Y esa es la razón por la que el hombre intenta alcanzar esta meta mediante la tecnologÃa. No hace mucho que el doctor Alvin Silverstein escribió confiado en su libro La conquista de la vida: “Iremos averiguando la esencia de la vida. Comprenderemos [...] cómo envejece un adulto”. ¿Con qué consecuencias? Ãl predijo: “No habrá ya ‘viejos’, pues los conocimientos que nos permitirán vencer a la muerte nos aportarán al mismo tiempo una eterna juventud”. En vista de la investigación cientÃfica moderna sobre la constitución humana, ¿debe parecer inverosÃmil la idea de la vida eterna? Hay otra razón todavÃa de más peso por la que muchos creen que la vida eterna es posible.
El deseo de vivir para siempre
8 ¿Se ha apercibido de que vivir para siempre es un deseo humano natural? Un médico escribió en un periódico alemán: “El sueño de la vida eterna es probablemente tan antiguo como la humanidad”. Según The New Encyclopædia Britannica, los antiguos pueblos europeos creÃan que “la gente merecedora vivirÃa para siempre en una sala reluciente con techo de oro”. ¡Y cuánto no ha hecho el hombre por satisfacer ese deseo innato de vida eterna!
9 La Encyclopedia Americana indica que hace más de dos mil años, “los emperadores [chinos], al igual que la gente común, bajo la dirección de los sacerdotes taoÃstas, descuidaron sus labores para buscar el elixir de la vida”, la supuesta fuente de la juventud. A lo largo de toda la historia, la gente ha creÃdo que tomando diferentes pócimas, o incluso bebiendo ciertas aguas, podÃa conservar la juventud.
10 Las iniciativas modernas para satisfacer el deseo inherente del hombre de tener vida eterna no son menos notables. Un ejemplo sobresaliente es la técnica de congelar a personas que han muerto de alguna enfermedad, con la esperanza de que se las pueda despertar en el futuro cuando se descubra una cura para esa dolencia. Un defensor de esta técnica, llamada criogenización, escribió: “Si nuestro optimismo resulta justificado y aprendemos a curar o reparar todos los daños —incluso las debilidades de la vejez— entonces quienes ‘mueren’ ahora podrán tener una vida indefinida en el futuro”.
11 ¿Por qué —podrÃamos preguntarnos— está el deseo de la vida eterna tan arraigado en nuestro pensamiento? ¿Es porque “[Dios] puso también la eternidad en la mente del hombre”? (Eclesiastés 3:11, Magaña.) Este es un asunto que merece seria reflexión. Piense: ¿Por qué deberÃamos tener el deseo inherente de eternidad —el deseo de vivir para siempre— si no fuera el propósito del Creador que este se satisficiera? Y ¿serÃa amoroso de su parte crearnos con el deseo de vida eterna y luego nunca permitir que lo viéramos realizado? (Salmo 145:16.)
¿En quién deberÃamos confiar?
12 ¿Adónde debemos acudir, o en qué podemos confiar, para conseguir la vida eterna? ¿En la tecnologÃa humana del siglo XX o XXI? El artÃculo de la revista The New York Times Magazine titulado “Ellos quieren vivir” habló de la “deidad: tecnologÃa” y del “entusiasmo por las posibilidades que [esta] presenta”. Se dijo de un investigador que incluso “tenÃa la seguridad [...] de que las técnicas de manipulación genética con el tiempo [nos] salvarán al detener el proceso de envejecimiento y quizá invertirlo”. Sin embargo, las iniciativas humanas han fracasado totalmente en lo que respecta a detener la vejez o vencer la muerte.
13 ¿Quiere decir esto que no hay ningún modo de alcanzar la vida eterna? ¡En absoluto! ¡Sà lo hay! Nuestra maravillosa e ilimitada capacidad de aprendizaje deberÃa convencernos de ello. El biólogo molecular James Watson llamó a nuestro cerebro “lo más complejo que se ha descubierto en el universo”. Y el neurólogo Richard Restak dijo: “En ninguna parte del universo conocido existe nada que se le parezca siquiera remotamente”. ¿Por qué deberÃamos tener un cerebro con la capacidad de almacenar y asimilar una cantidad ilimitada de información y un cuerpo concebido para vivir indefinidamente si no se nos hubiera creado para vivir eternamente?
14 Entonces, ¿cuál es la única conclusión razonable y fáctica a la que podemos llegar? ¿No es que fuimos diseñados y creados por un Hacedor inteligente y todopoderoso para que pudiéramos vivir indefinidamente? (Job 10:8; Salmo 36:9; 100:3; MalaquÃas 2:10; Hechos 17:24, 25.) Por tanto, ¿no serÃa prudente seguir el mandato inspirado del salmista bÃblico: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna”? ¿Por qué no confiar en el hombre? Porque, como escribió el salmista, “sale su espÃritu, él vuelve a su suelo; en ese dÃa de veras perecen sus pensamientos”. Pese a su potencial para vivir indefinidamente, el hombre se halla indefenso ante la muerte. El salmista concluye: “Feliz es [...] [aquel] cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Salmo 146:3-5).
¿Es realmente el propósito de Dios?
15 Pero quizá usted se pregunte: ¿Es realmente el propósito de Jehová que tengamos vida eterna? ¡SÃ, lo es! Su propia Palabra lo promete decenas de veces. “El don que Dios da es vida eterna”, nos asegura la Biblia. Juan, el siervo de Dios, escribió: “Esta es la cosa prometida que [Dios] mismo nos prometió: la vida eterna”. No sorprende que un hombre joven preguntara a Jesús: “Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” (Romanos 6:23; 1 Juan 2:25; Mateo 19:16). De hecho, el apóstol Pablo escribió sobre “una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración” (Tito 1:2).
16 ¿Qué significa el que Dios prometiera vida eterna “antes de tiempos de larga duración”? Hay quienes piensan que el apóstol Pablo quiso decir que antes de crear a la primera pareja humana, Adán y Eva, Dios se propuso que el hombre viviera para siempre. Aun si Pablo se referÃa a un tiempo posterior a la creación del hombre en el que Jehová declaró su propósito, sigue estando claro que la voluntad de Dios incluye la vida eterna para los seres humanos.
17 La Biblia dice que en el jardÃn de Edén “Jehová Dios hizo crecer del suelo [...] el árbol de la vida”. La razón por la que se echó a Adán del jardÃn fue para que ‘no alargara la mano y efectivamente tomara fruto también del árbol de la vida y comiera y viviera’, sÃ, ¡para siempre! Después de expulsar a Adán y Eva del jardÃn de Edén, Jehová apostó “los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida” (Génesis 2:9; 3:22-24).
18 Si a Adán y Eva se les hubiera permitido comer del árbol de la vida, ¿qué habrÃa significado para ellos? Nada menos que el privilegio de vivir para siempre en el ParaÃso. Un comentarista de la Biblia especuló: “El árbol de la vida debió tener alguna virtud por la que el cuerpo humano evitara la decrepitud de la edad o la decadencia que culmina en la muerte”. Incluso creÃa que “existÃa una virtud herbácea en el ParaÃso capaz de contrarrestar los efectos” de la edad. Sin embargo, la Biblia no dice que el árbol de la vida tuviera en sà mismo ninguna propiedad vital. Solo representaba la garantÃa divina de vida eterna a quien se le permitiera comer de su fruto (Revelación 2:7).
El propósito de Dios no ha cambiado
19 Cuando Adán pecó, perdió el derecho a la vida eterna para sà mismo y para todos sus descendientes que aún no habÃan nacido (Génesis 2:17). Cuando se hizo pecador por desobedecer a Dios, se convirtió en un ser defectuoso, imperfecto. Desde entonces, el cuerpo de Adán quedó programado, por decirlo asÃ, para morir. Como expresa la Biblia, “el salario que el pecado paga es muerte” (Romanos 6:23). Además, la descendencia imperfecta de Adán también nació programada para morir, no para vivir eternamente. La Biblia explica: “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y asà la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habÃan pecado” (Romanos 5:12).
20 Pero ¿y si Adán no hubiera pecado? ¿Y si no hubiera desobedecido a Dios y se le hubiera permitido comer del árbol de la vida? ¿Dónde habrÃa disfrutado del don divino de la vida eterna? ¿En el cielo? No. Dios no le dijo a Adán nada de ir al cielo. Se le dio trabajo que hacer en la Tierra. La Biblia explica que “Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento”, y dice: “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardÃn de Edén para que lo cultivara y lo cuidara” (Génesis 2:9, 15). Cuando Dios creó a Eva como pareja de Adán, les dio a ambos otra comisión en la Tierra. Les dijo: “Sean fructÃferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28).
21 Piense en las maravillosas perspectivas que estas instrucciones de Dios colocaron ante Adán y Eva. TenÃan que criar a sus descendientes con salud perfecta en el ParaÃso terrestre. Cuando sus amados hijos crecieran, estos les ayudarÃan en la agradable labor de jardinerÃa para mantener aquel ParaÃso, y con todos los animales sujetos a ellos, su vida serÃa muy gratificante. Piense también en el gozo de extender los lÃmites del jardÃn de Edén, de modo que con el tiempo toda la Tierra se convirtiera en un paraÃso. ¿DisfrutarÃa usted de la vida con hijos perfectos en un hermoso hogar terrestre como ese, sin la preocupación de envejecer ni de morir? Permita que el impulso natural de su corazón conteste esta pregunta.
22 Pues bien, cuando Adán y Eva desobedecieron y se les echó del jardÃn de Edén, ¿cambió Dios su propósito de que el ser humano viviera para siempre en el ParaÃso en la Tierra? Claro que no. Hacerlo habrÃa supuesto una derrota, es decir, admitir que no era capaz de llevar a feliz término su propósito original. Podemos tener la seguridad de que Dios cumple lo que promete, como él mismo declara: “Asà resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mà sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado” (IsaÃas 55:11).
23 La Biblia muestra claramente que el propósito divino para la Tierra no ha cambiado, pues Dios promete: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. Incluso Jesucristo dijo en su Sermón del Monte que los mansos heredarÃan la Tierra (Salmo 37:29; Mateo 5:5). Pero, ¿cómo podemos obtener la vida eterna, y qué debemos hacer para disfrutar de esa vida? Estas preguntas se contestarán en el próximo artÃculo.
¿Qué responderÃa usted?
⡠¿Por qué creen muchas personas que la vida eterna es posible?
⡠¿Qué debe convencernos de que se nos creó para vivir para siempre?
⡠¿Cuál era el propósito original de Dios para la humanidad y la Tierra?
⡠¿Por qué podemos estar seguros de que Dios cumplirá su propósito original?
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué puede decirse de la duración de la vida humana?
2. ¿Qué esperanza abrigan muchas personas, y por qué?
3, 4. a) ¿Por qué creen algunas personas que deberÃamos poder vivir para siempre? b) ¿Qué dijo David sobre su formación?
5. ¿Qué milagros están implicados en nuestra formación en la matriz?
6. ¿Qué prueba que ‘estamos hechos maravillosamente’, según dijo David?
7. ¿A qué conclusión han llegado algunas personas al conocer la estructura del cuerpo humano?
8, 9. ¿Qué deseo natural ha tenido la gente a lo largo de la historia?
10. ¿Qué iniciativa moderna ha intentado posibilitar la continuación de la vida?
11. ¿Por qué desea la gente vivir para siempre?
12. ¿Qué confianza tienen algunas personas, pero cree usted que está bien fundada?
13. ¿Cómo muestra la estructura de nuestro cerebro que se nos hizo para vivir indefinidamente?
14. a) ¿A qué conclusión llegan los escritores bÃblicos sobre la vida humana? b) ¿Por qué debemos confiar en Dios y no en el hombre?
15. ¿Qué muestra que el propósito de Dios es que vivamos para siempre?
16. ¿En qué sentido es posible que Dios prometiera vida eterna “antes de tiempos de larga duración”?
17. ¿Por qué se echó del jardÃn de Edén a Adán y Eva, y por qué se apostó a unos querubines en la entrada?
18. a) ¿Qué hubiera significado para Adán y Eva comer del árbol de la vida? b) ¿Qué representaba comer de ese árbol?
19. ¿Por qué murió Adán, y por qué morimos nosotros, su descendencia?
20. ¿Qué indica que el ser humano fue hecho para vivir indefinidamente?
21. ¿Qué maravillosa perspectiva tenÃan los primeros seres humanos?
22. ¿Por qué podemos estar seguros de que Dios no cambió su propósito para la Tierra?
23. a) ¿Qué confirma que el propósito de Dios es que las personas que aman la justicia vivan para siempre en la Tierra? b) ¿Qué analizaremos en el próximo artÃculo?
2006-07-17 19:49:06
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answer #2
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answered by criss 2
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En parte si, pero no solo basta creer en Dios, es importante llevar una vida lo más apegada posible a lo que su palabra la biblia dice, y pienso que no es vivir la vida según Cristo, sino según su padre Jehova o Yavé, ya que cuando Jesus estuvo en la tierra nos enseño entre otras muchas cosas que todo lo que hacia era en nombre de su padre y no de el.
2006-07-17 18:49:56
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answer #3
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answered by marywoman 2
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Soy Creyente,pero la vida ES eterna aunque no creamos el EL.La rueda de las reencarnaciones sòlo se podrà detener cuando lleguemos a la Perfecciòn que Jesùs predicò.Si crees en Dios y tu forma de actuar està de acuerdo a LEY de Dios,seràn menos viajes,si no actùas de acuerdo con ellas,deberàs saldar tus errores en muchas idas y venidas.
2006-07-17 18:48:12
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answer #4
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answered by arcangel 2
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Definitivamente que no. Creo en Dios en primer lugar porque Él es mi Creador, porque me ama tanto y tanto que dió a su Hijo Jesucristo para que yo obtuviera la gracia de la Salvación, porque siempre me ha guiado y yo sin Él no sería nada ni nadie. Luego de eso, tengo la esperanza de alcanzar la vida Eterna para poder estar a su lado por siempre.
2006-07-17 18:46:41
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answer #5
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answered by Lucy 2
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Por supuesto que si vives bajo la mano de Dios, tu vida es diferente, yo no creo en Dios por tradición, pero cuando tratas de hacer el bien lo mejor que puedas y te encomiendas a Dios logras maravillas en tu vida. Estoy totalmente convencida de que Él me protege de todo mal.
2006-07-17 18:40:46
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answer #6
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answered by Anonymous
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¿Tu que crees, cual es tu respuesta a esta pregunta que no se puede ignorar y que quieras o no resuena en tu mente? Quizá lo tengas definido, quizá tienes duda. Pero tal vez en más de alguna ocasión te has preguntado... ¿Ralamente existe Dios? Generalmente en nuestra sociedad se ha dicho que Él existe, nuestras familias en su mayoría profesan tener una creencia de Dios. Pero aunque durante mucho tiempo ha sido este el concepto de nuestra cultura, hoy nos hemos mezclado con otras culturas sin salir de nuestra tierra. Han sido los medios de comunicación los que han jugado un papel muy importante en esta mezcla de culturas, principios, moral, ética y creencias. Somos bombardeados por el materialismo y más aun el post-modernismo en la radio, la televisión y ahora uno más (Que por cierto ya lleva algunos años en nuestro medio y que se ha desarrollado asombrosamente, pues hasta en los pequeños pueblos e incluso en aldeas lo encontramos), la Internet. Cabe entonces hacer nuevamente la pregunta ¿Existe Dios?, y debes de iniciar dándote la respuesta a ti mismo, para luego confesarlo con tus palabras y tus hechos. No hay lugar intermedio o crees en Dios o No.
2006-07-17 18:40:19
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answer #7
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answered by Anonymous
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Creer en Dios es esencial, sino pareceríamos como perros callejeros sin rumbo en la vida.
El no creer en Dios es como no creer que nunca moriremos.
El universo es muestra fidedigna de un supremo creador, no salió de la nada, tuvo que haber alguien que trazara y creara cada cosa que existe en el universo desde la mínima partícula hasta los bellos planetas.
Pensar que no existe Dios es para aquellos que han perdido lo bonito de ver la vida.
2006-07-17 18:39:38
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answer #8
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answered by duque2006 3
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Pues si que es dificil... en ambos casos tienen razòn... unos fueron por que sus padres los inculcaron y otros por algun pleito... yo solo soy yo y dios es punto y aparte en mi vida... ahora nadie a regresado de la muerte para decirnos que habia ahi hjajajajaja.... bueno el hecho es que no soy de las creyentes en Dios y para mi vida no me hace falta... ya lo e visto y lo e vivido... igual me diras que me ire al infierno o algo asi... jajaja... pero igual SALUDOS
2006-07-17 18:38:39
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answer #9
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answered by Anonymous
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¿QUÉ RAZONES TENEMOS PARA CREER EN LA EXISTENCIA DE DIOS?
Ante todo despejemos un equívoco: la 'existencia' de Dios no pertenece 'necesariamente' a la fe. A esta verdad puede acceder el hombre mediante su razón. Esto no quita que también esta verdad esté revelada (la encontramos en la Sagrada Escritura). Por este motivo, el Concilio Vaticano I (1869-1870), definió contra el fideísmo y el agnosticismo la posibilidad universal de conocer a Dios, por medio de la sola razón natural (de aquí que esta verdad sea enumerada entre los 'preámbulos de la fe'). De todos modos, como no todos los hombres llegan a este conocimiento por su razón (a causa de la debilidad que ha dejado en nuestra inteligencia el pecado original) hay una 'necesidad moral' de que esta verdad sea revelada por Dios, para que lleguen a la misma todos los hombres, prontamente y sin mezcla de error.
Las pruebas más tradicionales para demostrar la existencia de Dios son 'las cinco vías' expuestas de modo magistral por Santo Tomás de Aquino ('Suma Teológica', Prima pars, cuestión 2, artículo 3). Son éstas pruebas propiamente metafísicas. Estas vías son cinco argumentos a posteriori (a partir de las cosas más conocidas por el hombre) que demuestran la existencia de Dios; así, por ejemplo:
1) La primera es la vía del movimiento: la realidad del cambio o del movimiento (en sentido aristotélico) exige necesariamente la existencia de un primer motor inmóvil, porque no es posible fundarse en una serie infinita de iniciadores del movimiento.
2) La segunda es la vía de las causas eficientes: puesto que las causas eficientes forman una sucesión y nada es causa eficiente de sí mismo, hay que afirmar la existencia de una primera causa.
3) La tercera es la vía de la contingencia y del ser necesario: como es un hecho que hay seres que existen y que podrían no existir, esto es, que son contingentes, es forzoso que exista un ser necesario, ya que, de otra forma, lo posible no sería más que posible.
4) La cuarta es la vía de los grados de perfección: puesto que todas las cosas existen según grados (de bondad, verdad, etc.), debe también existir el ser que posee toda perfección en grado sumo, respecto del cual las demás se comparan y del cual participan.
5) La quinta es la vía teleológica o del orden y la finalidad: existe un diseño o un fin en el mundo, por lo que ha de existir un ser inteligente que haya pretendido la finalidad que se observa en todo el universo.
Existen otras vías a las que mejor corresponde llamar 'argumentos complementarios'. Estas son: 1) La demostración por el consentimiento universal del género humano: todos los pueblos, cultos o bárbaros, en todas las zonas y en todos los tiempos, han admitido la existencia de un Ser supremo. Ahora bien, como es imposible que todos se hayan equivocado acerca de una verdad tan importante y tan contraria a las pasiones, debemos exclamar con la humanidad entera: ¡Creo en Dios!
2) Por el deseo natural de la perfecta felicidad: consta con toda certeza que el corazón humano apetece la plena y perfecta felicidad con un deseo natural e innato; consta también con certeza que un deseo propiamente natural e innato no puede ser vano, o sea, no puede recaer sobre un objetivo o finalidad inexistente o de imposible adquisición; y consta, finalmente, que el corazón humano no puede encontrar su perfecta felicidad más que en la posesión de un Bien Infinito. Por tanto, existe el Bien Infinito al que llamamos Dios.
3) Por la existencia de la ley moral: existe una ley moral, absoluta, universal, inmutable, que prescribe el bien, prohíbe el mal y domina en la conciencia de todos los hombres. Ahora bien, no puede haber ley sin legislador, como no puede haber efecto sin causa. Este legislador ha de ser, al igual que esa ley, absoluto, universal, inmutable, bueno y enemigo del mal. Esto es lo que denominamos Dios.
4) Por la existencia de los milagros: el milagro es, por definición, un hecho sorprendente que es realizado a pesar de las leyes de la naturaleza, ya sea suspendiéndolas o anulándolas en un momento dado. Ahora bien, es evidente que sólo aquel que domine y tenga poder absoluto sobre estas leyes puede suspenderlas o anularlas a su arbitrio. Por tanto, existe un Ser supremo que tiene ese poder soberano.
Es evidente que no he hecho más que exponer el núcleo central de todos estos argumentos. Para entenderlos bien y ver su fuerza probativa, es necesario estudiarlos en profundidad y con los textos completos. Estos textos puede Usted encontrarlos en:
-Santo Tomás, Suma Teológica, Primera parte, cuestión 2, artículo 3 (conviene leer también algún comentario; por ejemplo, R. Garrigou-Lagrange, 'Dios, su existencia y su naturaleza', Ed. Palabra, Madrid).
-Santo Tomás, Suma Contra Gentiles, libro I, capítulo 13.
-De modo resumido y muy claro para quien no tiene mucha formación filosófica puede encontrarlo en el libro clásico de Hillaire, 'La religión demostrada' (Barcelona 1955; hay numerosas ediciones); o:Antonio Royo Marín, 'Dios y su obra' (Ed. BAC, Madrid 1963).
Estos argumentos, sin embargo, sólo nos llevan a conocer la existencia de Dios. Pero la naturaleza misma de Dios, su misterio íntimo, sólo es alcanzado por revelación del mismo Dios. Jesucristo es el revelador del Padre, es decir, del misterio íntimo de la Santísima Trinidad. Y esto sólo se alcanza recibiendo la fe, la cual nos viene por medio de la Iglesia fundada por Cristo.
En cuanto a las últimas preguntas que me hace, le respondo que no es posible ser feliz al margen de Dios o al margen de la noción de Dios, porque nuestro apetito de felicidad es apetito o deseo de una felicidad infinita, que sólo Dios-infinito puede colmar.
En cuanto al estudio de las otras religiones y filosofías, si se hace por aumentar la cultura general, es muy útil. Si se hace dudando de la propia fe y 'buscando' en las distintas religiones una respuesta a las dudas sobre la fe, sólo puede aumentar la confusión de la que se parte. De todos modos, es evidente que es diverso el caso del católico que busca en otras religiones un conocimiento más profundo de Dios (lo que puede llevarlo a pecar contra la fe) y del no católico que no tiene, de suyo, el don de la fe.
2006-07-17 18:38:00
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answer #10
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answered by Anonymous
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