Por qué hay tanto sufrimiento e injusticia?
Sin embargo, si el Ser Supremo se propuso que personas perfectas vivieran para siempre en la Tierra en condiciones paradisÃacas, y si ese sigue siendo su propósito, ¿por qué no hay un paraÃso ahora? En vez de eso, ¿por qué ha experimentado la humanidad tantos siglos de sufrimiento e injusticia?
No hay duda de que la historia humana está llena de calamidades causadas por guerra, conquista imperialista, explotación, injusticia, pobreza, desastres, enfermedades y muerte. ¿Por qué les han ocurrido tantas cosas malas a tantas vÃctimas inocentes? Si Dios es todopoderoso, ¿por qué ha permitido tanto sufrimiento por miles de años? Puesto que Dios creó el universo y lo organizó de manera tan excelente, ¿por qué permitirÃa que hubiera desorden y destrucción en la Tierra?
Un ejemplo
Usemos un ejemplo para ilustrar por qué un Dios de orden permitirÃa el desorden en la Tierra. ImagÃnese que mientras camina por un bosque se encuentra con una casa. Al acercarse advierte que está destartalada. Las ventanas están rotas, el techo está en malas condiciones, el porche de madera está lleno de agujeros, la puerta cuelga de una bisagra y las cañerÃas no funcionan.
Al ver todos estos desperfectos, ¿llegarÃa usted a la conclusión de que la casa no fue diseñada y construida por una persona inteligente? ¿Le convencerÃan sus desperfectos de que la casa solo pudiera haber sido el resultado del azar? O si dedujera que alguien la diseñó y la construyó, ¿considerarÃa que esa persona no era hábil ni habÃa pensado en lo que hacÃa?
Al examinar la casa con más detenimiento usted se da cuenta de que originalmente se construyó bien y de que hay pruebas de que el constructor pensaba con cuidado en lo que hacÃa. Pero ahora está abandonada y en vÃas de convertirse en una ruina. ¿Qué pudieran indicar los desperfectos y los problemas? Pudieran indicar que 1) el dueño de la casa murió; 2) que es un constructor hábil, pero ya no se interesa en la casa; o 3) que alquiló temporalmente la casa a inquilinos que no mostraron aprecio. Lo último es similar a lo que le ha sucedido a la Tierra.
Qué ocurrió
De los primeros capÃtulos de la Biblia aprendemos que no era el propósito de Dios que la gente sufriera o muriera. Nuestros primeros padres, Adán y Eva, murieron únicamente porque desobedecieron a Dios. (Génesis, capÃtulos 2 y 3.) Al desobedecerle, cesaron de hacer la voluntad de Dios. Se apartaron de su cuidado protector. De hecho, se desconectaron de Dios, “la fuente de la vida”. (Salmo 36:9.)
Como una máquina que va perdiendo velocidad y se detiene cuando se le desconecta de su fuente de energÃa, su cuerpo y su mente sufrieron deterioro. Como resultado, Adán y Eva degeneraron, envejecieron y con el tiempo murieron. ¿Qué ocurrió entonces? Regresaron al lugar de donde habÃan sido tomados: “Polvo eres y a polvo volverás”. Dios les habÃa advertido que la muerte serÃa el resultado de desobedecer sus leyes: ‘Positivamente morirán’. (Génesis 2:17; 3:19.)
No solo murieron nuestros primeros padres, sino que todos sus descendientes, la entera raza humana, también hemos quedado sujetos a la muerte. ¿Por qué? Porque según las leyes genéticas los hijos heredan las caracterÃsticas de sus padres. Y lo que todos los hijos de nuestros primeros padres heredaron fue la imperfección y la muerte. Romanos 5:12 nos dice: “Por medio de un solo hombre [Adán, el antepasado de la humanidad] el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y asà la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habÃan pecado [al heredar la imperfección, es decir, tendencias pecaminosas]”. Y puesto que lo único que la gente conoce es el pecado, la imperfección y la muerte, algunos consideran estas cosas algo natural e inevitable. Sin embargo, los primeros humanos fueron creados con la capacidad y el deseo de vivir para siempre. De ahà que la idea de que la muerte le ponga fin a su vida frustre tanto a la mayorÃa de la gente.
¿Por qué por tanto tiempo?
¿Por qué ha permitido Dios que los humanos sigan su propio derrotero por tanto tiempo? ¿Por qué ha dejado que haya sufrimiento durante todos estos siglos? Una razón vital es que surgió una cuestión de mucha importancia: ¿Quién tiene el derecho a gobernar? ¿DeberÃa ser Dios el Gobernante de los humanos, o pueden ellos gobernarse con éxito sin depender de él?
Los humanos fueron creados con libre albedrÃo, es decir, con la facultad de obrar por elección. No fueron creados como robots ni como animales, que actúan principalmente por instinto. De modo que los humanos pueden escoger a quién servir. (Deuteronomio 30:19; 2 Corintios 3:17.) Por eso, la Palabra de Dios aconseja: “Sean como personas libres, y, sin embargo, tengan su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios”. (1 Pedro 2:16.) No obstante, aunque los humanos tienen el maravilloso don de elegir lo que desean, tienen que aceptar las consecuencias de lo que decidan hacer.
Nuestros primeros padres tomaron una decisión equivocada. Optaron por independizarse de Dios. Es cierto que Dios pudiera haber destruido a la primera pareja rebelde inmediatamente después de que ellos dieron mal uso a su libre albedrÃo. Pero aquello no habrÃa resuelto la cuestión sobre el derecho de Dios a gobernar a los humanos. Puesto que la primera pareja quiso independizarse de Dios, hay una pregunta que requiere contestación: ¿Resulta ese proceder en una vida feliz y satisfaciente? La única manera de averiguarlo serÃa dejando que nuestros primeros padres y sus descendientes siguieran su propio camino, puesto que eso era lo que habÃan escogido. El tiempo demostrarÃa si los humanos habÃan sido creados para gobernarse a sà mismos con éxito con independencia de su Creador o no.
Ni siquiera gobernantes con buenas intenciones han podido producir un mundo pacÃfico y paradisÃaco
El escritor bÃblico JeremÃas sabÃa cuál serÃa el resultado. Bajo la dirección del poderoso espÃritu santo o fuerza activa de Dios, escribió esta verdad: “Bien sé yo, oh Jehová, que al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso. CorrÃgeme, oh Jehová”. (JeremÃas 10:23, 24.) Ãl sabÃa que los humanos necesitaban que la sabidurÃa celestial de Dios los guiara. ¿Por qué? Sencillamente porque Dios no creó a los humanos para que se las arreglaran por su propia cuenta, apartados de su guÃa.
Los resultados de miles de años de gobernación humana muestran más allá de toda duda que no les corresponde a los humanos dirigir sus asuntos apartados de su Creador. Después de haberlo intentado, no pueden más que culparse a sà mismos por los resultados catastróficos. La Biblia lo dice con claridad: “La Roca [Dios], perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él. Ellos han obrado ruinosamente por su propia cuenta; no son hijos de él; el defecto es de ellos mismos”. (Deuteronomio 32:4, 5.)
Dios intervendrá pronto
Después de permitir suficiente tiempo para demostrar el fracaso de la gobernación humana a través de los siglos, Dios puede ahora intervenir en los asuntos de la humanidad y poner fin al sufrimiento, el pesar, las enfermedades y la muerte. Al darle al hombre la oportunidad de alcanzar el máximo desarrollo en la ciencia, la industria, la medicina y otros campos, Dios ya no tiene que dejar que transcurran más siglos para que los humanos demuestren si pueden producir un mundo pacÃfico y paradisÃaco con independencia de su Creador. No lo han logrado, ni lo lograrán. El resultado de obrar asà ha sido un mundo horrible, lleno de odio y mortÃfero.
Aunque ha habido gobernantes sinceros que han querido ayudar a la humanidad, han fracasado en su intento. Por todas partes vemos hoy prueba del desplome de la gobernación humana. Por eso la Biblia aconseja: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna”. (Salmo 146:3.)
2006-07-01 11:42:29
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answer #2
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answered by Anonymous
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¿A ser Dios, dijiste? Tan bruto considerás a Dios. Solo porquerías hacemos. Guerras, drogas, pleitos, TV, cine, agresiones a las y los débiles; ... (no sigo mejor).
Ojalá algún día juguemos a ser dioses. (Como una chica de cinco años jugando a ser mamá).
2006-06-27 21:49:08
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answer #7
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answered by Ramiro de Costa Rica 7
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